Pintadas en los sillares del Acueducto.

El Juzgado de Menores eleva de falta a delito las pintadas en el Acueducto de Segovia

En la nueva calificación de los hechos, como consecuencia del cambio de instructor, se tiene en cuenta que el bien dañado es Patrimonio de la Humanidad

Carlos Álvaro

Viernes, 20 de noviembre 2015, 11:22

Las pintadas que realizó una joven el pasado mes de diciembre en dos pilares del Acueducto de Segovia, en el tramo de la calle Almira, a la altura de la Academia de Artillería, serán finalmente juzgadas como delito contra el patrimonio histórico, y no como una falta de deslucimiento de bienes inmuebles, como se propuso inicialmente. La fase de instrucción ha concluido ya, y el procedimiento está pendiente de que se señale la fecha de juicio.

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En un primer momento, la Fiscalía de Menores tipificó las pintadas como falta, pero el cambio de instructor ha conllevado también una modificación en la calificación de los hechos, que pasan a ser considerados como delito contra el patrimonio por la entidad del monumento romano, Patrimonio de la Humanidad. El caso está también en manos de un equipo formado por un educador y un trabajador social, así como un psicólogo, que son los encargados de estudiar la actitud de la joven para determinar qué medidas procede aplicar, ya que la ley de responsabilidad penal de menores es punitiva, pero también educativa.

Si los hechos hubieran sido considerados como falta, se abriría la opción de una conciliación extrajudicial, que limita el castigo a pagar la limpieza, pedir disculpas al Ayuntamiento y, como mucho, prestar algún servicio a la comunidad. Al ser tipificados como delito, se contempla también la posibilidad de internamiento en un centro de menores, aunque la autora de las pintadas no es reincidente y ha reconocido su culpa.

Rápida identificación

El Ayuntamiento de Segovia fue advertido de las pintadas realizadas en el milenario monumento el 18 de diciembre de 2014; el 22 presentó denuncia en la comisaría del Cuerpo Nacional de Policía y solo dos días después fue identificada la menor, que actuó en compañía de otros cuatro jóvenes que no han sido implicados por la Fiscalía. Una pintada ocupaba dos sillares, otra uno, y en ambas podía leerse en rojo Nire, en alusión a las iniciales de cuatro de estos adolescentes, que también fueron escritas en una fachada del instituto Mariano Quintanilla y en la de otro inmueble próximo.

La gamberrada tuvo un enorme impacto en los medios de comunicación dentro y fuera de la provincia e incluso de la región, al tratarse de «la mayor agresión al Acueducto que se recuerda», como apuntó en su momento la concejala Claudia de Santos.

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