La provincia produce 500 millones de plantas de fresa

cifras son casi de mareo. 763 hectáreas cultivadas de las que se obtendrán unos 500 millones de plantas. Son datos de la campaña de la fresa en la provincia de Segovia, que se está desarrollando durante estos días, tras su inicio a finales del pasado mes de septiembre y que se prolongará aún un par de semanas más, y en la que se emplean más de 3.000 personas.

España es el primer productor del cultivo de fresa en la Unión Europea y el segundo a nivel mundial, sólo superado por Estados Unidos. Esta producción en nuestro país tiene a Segovia como uno de sus mejores exponentes. La provincia en general, y concretamente la zona del Carracillo, son líderes en la producción nacional y regional de plantas de fresa, produciendo casi el 50 y el 60% respectivamente. La planta destaca por su calidad y técnicas de cultivo, además de la recolección, que garantizan la máxima fiabilidad del material a la hora de la siembra para fruto.

La mayoría de la planta que estos días se manipula en la provincia, se destina a los viveros del sur de España, principalmente a la provincia de Huelva, pero también se exporta, en gran medida a Marruecos, aunque también a otros países como Grecia, Italia o Alemania.

El trabajo comienza en el mes de abril, cuando se coloca la planta. En la provincia de Segovia destacan, por superficies, los municipios de Navalmanzano, Chañe y Fuente El Olmo de Fuentidueña, localidades que superan el centenar de hectáreas cultivadas, y en las que a su vez existe mayor movimiento de manipulación y procesado ahora en el mes de octubre, convirtiendo a esta campaña en una de trascendental importancia para el desarrollo de estas zonas rurales. El listado lo encabeza Navalmanzano, con 179 hectáreas cultivadas, situándose bastante lejos otras localidades como Aguilafuente, con 10, o Carbonero, con 17. En total son una veintena los municipios de la provincia donde se encuentra localizada la plantación de la fresa, aunque el grueso se sitúa en la comarca del Carracillo, donde también se encuentran la mayoría de las empresas que manipulan la planta.

Durante la primavera se trae el tallo madre a la zona, que se planta, tras la preparación de los terrenos. En cada hectárea se cultiva una media de 650.000 plantas, que se cuidan durante todo el verano. Las condiciones climatológicas son excepcionales para que el cultivo se desarrolle hasta el mes de octubre, cuando se aprovecha el frío que detiene el ciclo reproductivo. Es en este momento en el que la planta se selecciona para enviarla a los clientes del sur, un proceso que exige gran cantidad de mano de obra.

Temprano

El trabajo comienza en el campo, con maquinaria especializada, donde se recogen las plantas, para su posterior traslado a las naves de manipulación, donde miles de personas seleccionan las mejores para su traslado a la zona de plantación. En las naves y almacenes el trabajo comienza temprano. En un constante ir y venir de vehículos, las instalaciones se van llenando de plantas, que se amontonan, para su posterior reparto por toda la nave. Los trabajadores, en su mayoría mujeres, realizan una selección de las plantas, escogiendo las buenas. Seguidamente las cortan, dejando la zona de la raíz y eliminando las hojas, y van realizando manojos de diez plantas, que se van depositando en cajas, en las que se incluyen unos 50 grupos, con lo que cada caja contará con unos 500 ejemplares. Mientras, los controladores comprueban que todo el proceso, que se ejecuta de forma manual, se realiza correctamente.

Las cajas finalizadas se disponen en palés, que se cargarán en camiones frigoríficos y que en apenas unas horas partirán para su distribución hacia el punto de destino, donde las condiciones climatológicas no son tan duras como en la provincia y producen sus frutos.

Allí se volverán a plantar y ofrecerán sus frutos, que llegarán a nuestros hogares en la primavera. Con su color rojo intenso y sus distintas variedades, las fresas, nuevamente, harán las delicias de todos los paladares, muchos de los cuales desconocen que el inicio de su cultivo se desarrolla muy cerca de su mesa, en la provincia de Segovia, donde el cultivo llegó hace unos 35 años, para quedarse, gracias a los excelentes resultados que se obtuvieron en las primeras campañas.