La Junta asegura que el olor a purín en la ciudad «es inevitable»

El delegado territorial de la Junta de Castilla y León se ha mostrado molesto con las declaraciones de la alcaldesa, Clara Luquero, al interpelar a la Administración regional por el problema del mal olor que en los últimos días ha envuelto a la capital. La regidora intuye que el hedor procede de explotaciones agrícolas de fuera de los límites del término municipal de Segovia. De todos modos, el Ayuntamiento está estudiando la procedencia. De confirmar esa sospecha, Luquero ha advertido que reclamará a la Junta una solución para evitar el «desagradable olor» a purín que se ha extendido por las calles.

Javier López-Escobar replica que no hay competencias en este asunto, más allá de la que regula la actividad ganadera en la comunidad autónoma. Sobre la expansión por el aire del olor a purín, no hay lindes entre administraciones. Ni tampoco límites o fronteras municipales. Es una cuestión que se escapa a controles en el sentido en el que sople el viento, da a entender el delegado territorial de la Junta en Segovia.

El máximo responsable del Gobierno autonómico subraya que tanto el Seprona de la Guardia Civil como los equipos de Sanidad y Medio Ambiente sí velan por evitar los vertidos irregulares de purín. Y en este sentido, «no ha habido sanciones últimamente y tampoco se ha detectado una contaminación en las aguas por culpa del purín, sobre todo en las aguas potables», tranquiliza Javier López-Escobar. Los daños medioambientales provocados por los vertidos de este desecho sobrante de las balsas, que el resto del tiempo permanecen tapadas de manera natural en las explotaciones, son «aislados y hay que tratarlos adecuadamente», añade en su exposición.

El viento en tierra de porcino

Así pues, el delegado territorial de la Junta de Castilla y León achaca ese olor que se ha instalado en la ciudad desde hace una semana a «un episodio normal». Luego, se ha dado la desafortunada circunstancia de que «el viento y las condiciones climatológicas han ayudado a extenderlo», prosigue con la explicación.

El hedor no es algo nuevo en la ciudad del Acueducto. La utilización del purín para el abono las tierras de cultivo en época de siembra está muy asentado en las explotaciones agrícolas de una provincia como la segoviana, que posee entre un millón y un millón y medio de cabezas de porcino, señala López-Escobar. El esparcimiento de esta clase de abono y a esta altura del calendario, propicia para la siembra de los campos, «es algo ordinario y da lugar a un olor que hay aguantar mientras dure y hasta que se pase», dice el representante de la Junta.

Además, los agricultores tienen programadas las cantidades que pueden verter. Este aspecto «está regulado y supervisado», pone de manifiesto López-Escobar.

«Poco acostumbrados»

En el caso de la capital segoviana, el término municipal se encuentra «rodeado de cultivos, lo que ocurre es que estamos poco acostumbrados a este olor», que es mucho más intenso y desagradable en las zonas rurales, como también señaló la alcaldesa el jueves.

«No hay que buscar tres pies al gato», concluye el delegado territorial. «El purín huele como huele y es algo inevitable», insiste, al mismo tiempo que manda un mensaje sobre la guerra de competencias: «el Ayuntamiento no puede limitar los derechos de la actividad de los agricultores», apostilla.