nacho sáez
Domingo, 27 de septiembre 2015, 22:38
Esta vez, a diferencia de lo que sucedió el año pasado, la lluvia no deslució el regreso a su casa de la Virgen de la Fuencisla. Los segovianos pudieron despedir a su patrona como les gusta hacerlo, sin que por medio se interpusiesen las inclemencias meteorológicas. El final del Novenario estuvo respaldado por un día fenomenal: un sol radiante y buenas temperaturas en una tarde casi veraniega pese a que el otoño ya se ha echado encima.
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Esa favorable climatología propició que miles de segovianos se resarcieran de lo ocurrido hace justo un año. Entonces, la lluvia obligó a celebrar en la Catedral la despedida a la Virgen para evitar daños a la imagen, que acababa de ser restaurada tras el robo que sufrió, y el acto quedó deslucido. La procesión se tuvo que realizar por el interior de la Catedral y algunos se quedaron sin poder demostrar su devoción a la Virgen.
Este domingo, los segovianos se sacaron esa espina y volvieron a rondar honores a su patrona a los pies del Acueducto. Tras el rezo del rosario en la Catedral comenzó el recorrido hasta la plaza del Azoguejo, donde le esperaban miles de segovianos que habían ocupado su lugar incluso tres cuartos de hora antes de su llegada. Cuando esta se produjo, la plaza del Azoguejo rompió en aplausos en un momento de plena emoción.
Como la que se vivió con el desfile de los cadetes y de la banda de música de la Academia de Artillería, que escoltaron la procesión. Acto seguido fue el turno para los bailes que brindaron un año más los componentes del grupo de danzas Emperador Teodosio, orgullosos de poder mostrar su arte ante la Fuencisla. «Estamos felices de estar junto a ti. Ayúdanos a ser mejores personas», le dirigió uno de los miembros del grupo. Después comenzaron los bailes, que incluyeron la interpretación de cuatro piezas: Ronda de Zarzuela, Jota de la Estrella, Jota de Arroyo de Cuéllar y Jota de la Virgen de la Fuencisla. La música solo se vio interrumpida por los aplausos del público, que quiso reconocer el buen trabajo realizado por este grupo Emperador Teodosio.
Quedó el terreno listo para el obispo, César Franco, que se estrenaba en este acto tan querido por los segovianos. Era la primera vez después de ocupar la vacante del anterior prelado, Ángel Rubio que presidía el camino de vuelta de la Virgen de la Fuencisla hasta su santuario de las Peñas Grajeras, y supo reconocer su importancia.
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El traslado de vuelta de la Virgen desde la Catedral a su santuario de las Peñas Grajeras puso el punto y final al tradicional Novenario. Nueve días de fervor y devoción a la patrona de Segovia que han contado este año con una novedad. En esta ocasión el obispo César Franco ha sido el único predicador en la novena de los jóvenes, que se ha desarrollado entre el pasado día 19 y ayer a las siete de la mañana, y también con el novenario de la tarde, que ha tenido lugar en su caso entre el pasado día 18 y ayer a las siete y media de la tarde.
Los sexmos también han tenido su importancia y hasta el próximo 7 de octubre se seguirá celebrando su Novena en el Santuario de la Fuencisla. Además, este pasado viernes se celebró la Ofrenda de los Frutos y ayer una misa que contó con la participación de la coral Voces de Castilla.
El próximo año se conmemorará la coronación de la Virgen y por este motivo ya se están organizando diferentes actividades para celebrar su centenario. El obispo nombró una comisión que se está encargando de ello y es posible que en los próximos días se avancen los actos programados para la ocasión.
«Espero saber amarte como los segovianos», dijo en una de sus primeras frases. Después invitó a todos los presentes en la plaza del Azoguejo «a manifestarle [a la Virgen de la Fuencisla] vuestros anhelos y a suplicarle por nosotros». Tampoco faltaron los ruegos. «Mira a las familias, sobre todo a las que pasan dificultades», comenzó el obispo. «Protege a los niños y a los jóvenes; mira a los ancianos; y a los pobres de la tierra que nuestra sociedad margina. Dános tu compasión para los que huyen de sus países o sufren persecución. Que no nos falte el trabajo, ni ninguno de los bienes indispensables para vivir. [...] Que no haya ninguna comunidad sin pastor». Y dejó un último mensaje: «Por ti, Segovia es la que es».
La Salve
«Viva la Virgen de la Fuencisla», respondió la plaza del Azoguejo, que volvió a aplaudir con fuerza cuando el obispo terminó su discurso y también después de que todos los devotos cantaran la Salve. En ese momento finalizaron los actos a los pies del Acueducto y la procesión volvió a emprender la marcha en dirección al santuario, agradeciendo una vez más que el clima les hubiera permitido disfrutar del fervor que sienten por la Fuencisla.
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Este acto tan especial lo pudieron vivir otra vez con la mezcla de intimidad y grandiosidad característica de esta fiesta. Además de las autoridades religiosas, participaron en el recorrido las civiles y militares: la alcaldesa, Clara Luquero, buena parte de la Corporación municipal, el presidente de la Diputación Provincial, Francisco Vázquez, la subdelegada del Gobierno, Pilar Sanz, el teniente coronel de la Guardia Civil Fernando Gil, el coronel director de la Academia de Artilllería, Javier Alonso, el comisario jefe de la Policía Nacional de Segovia, Juan Jesús Herranz, y el jefe de la Policía Local, Julio Rodríguez, entre otros. Todos despidieron con fervor a la Virgen.
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