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El novillo que causó la muerte del aficionado de 66 años, ya en San Francisco. Llevaba el asta ensangrentada.
El fallecimiento de un hombre en el primer encierro tiñe la fiesta de luto

El fallecimiento de un hombre en el primer encierro tiñe la fiesta de luto

El novillo le atravesó el corazón con el cuerno izquierdo y la víctima falleció en el acto

mónica rico

Lunes, 31 de agosto 2015, 11:33

Un hombre de 66 años, Juan Manuel R.B., falleció ayer de forma fulminante, después de que un novillo le atravesara el corazón, en una terrorífica cogida en el primero de los encierros de Cuéllar, que tuvo lugar en la zona del Embudo, el lugar en el que se realiza el cambio del traslado por el campo y el inicio del trayecto urbano.

Trece muertes convierten el 2015 en el año más trágico en los encierros desde 2000

  • La muerte de Juan Manuel R.B. en el encierro celebrado ayer en Cuéllar eleva a trece el número de fallecidos en estos festejos en España en 2015, el año con más víctimas mortales de los últimos quince. Desde 2000, 74 personas han muerto en encierros y festejos taurinos en España. De ellos, 71 eran hombres y 3 mujeres. Después de 2015, los años más trágicos son 2009, con diez personas fallecidas, y 2012, con ocho.

  • Otras siete personas murieron en los años 2010 y 2011, mientras que en 2007 fallecieron cinco. En 2013 murieron cuatro personas, y tres víctimas mortales se registraron en los años 2001, 2003, 2004 y 2008. Con dos fallecidos, se sitúan los años 2000, 2002, 2005 y 2006, siendo 2014, con un muerto, el año con menos víctimas mortales producidas en los encierros.

  • En 2015, la primera víctima fue un joven de 33 años, que murió en Benisa (Alicante), en mayo. El 24 de junio un hombre de 43 años falleció tras recibir varias cornadas durante la lidia tradicional del toro de San Juan en Coria (Cáceres). Solo un día después, murió un hombre de L'Ampolla (Tarragona) tras pasar varios días ingresado al resultar herido, el 22 de junio, durante la celebración de un toro embolado en las fiestas de Sant Joan. El 5 julio falleció la tercera víctima del año, un hombre de 43 años, al recibir una cornada en los festejos taurinos de las fiestas de Sant Pere celebradas en el barrio de Grau (Castellón). El 14 julio murió un turista francés de 44 años a consecuencia de una cornada durante los espectáculos taurinos en Pedreguer (Alicante).

  • La primera víctima de este mes de agosto se produjo el día 9, cuando un hombre de 32 años recibió una cornada en el cuello en un encierro en Villaseca de la Sagra (Toledo). La víctima se encontraba grabando el espectáculo con su móvil y no se percató de que el animal se acercaba. Días después, el 14, perdieron la vida dos hombres, uno de 32 años, que recibió una cornada en la localidad valenciana de Museros durante los festejos del 'bou al carrer' y otro de 55 que había sido corneado el día anterior en un encierro en Blanca (Murcia). Un día después, el 15 agosto, José Alberto Peñas López, de 36 años, concejal de Traspinedo, falleció cuando participaba en un encierro en Peñafiel (Valladolid) por las graves heridas que le causó un novillo. El día 16 murió otro joven de Calahorra tras ser corneado durante una suelta de vaquilla en las fiestas de Lerín (Navarra).

  • El pasado 22 agosto, un hombre de 45 años falleció a consecuencia de una cogida sufrida durante los festejos de bous al carrer en Borriol (Castellón). Además hay que sumar la muerte de un anciano de 89 años, en Gata de Gorgos (Alicante), al golpearse en un encierro.

Allí, la víctima se vio sorprendida por la rápida carrera del quinto de los novillos, que se había quedado rezagado en la zona alta del Embudo. Sin apenas poder reaccionar, el astado le insertó una cornada mortal, y le arrastró varios metros, continuando su carrera por las calles de la villa con el cuerno izquierdo ensangrentado. Mientras, el cuerpo inerte del fallecido era recogido por varios de los corredores y trasladado rápidamente a la ambulancia que se encontraba a escasos metros.

Según informó el cirujano jefe de la enfermería de la plaza de toros, Pablo Vázquez, la cornada se produjo directamente en el corazón, por lo que la muerte fue fulminante y el fallecido llegó ya sin constantes vitales a la ambulancia en la que se le trasladó hasta la enfermería del coso local, donde ingresó ya cadáver. Hasta el lugar se personó el juez, que realizó el levantamiento del cadáver, para enviarlo a Segovia, donde se le practicó la autopsia.

En un primer momento, la confusión sobre la identidad del fallecido fue máxima, puesto que el corneado no portaba ninguna documentación ni se encontraba con ninguna persona conocida en el lugar de la cogida. Tras unos minutos de incertidumbre, fue la mujer del fallecido, cuellarana de nacimiento, la que se acercó a la enfermería y reconoció el cadáver. Juan Manuel era natural de Cáceres, aunque residía habitualmente en Rentería (Guipúzcoa). En Cuéllar tenía familia política y una vivienda en la que pasaba largas temporadas.

Trágico encierro

En el trágico primer encierro también se registró un segundo herido, aunque no por asta de toro, un varón de Segovia, de 58 años de edad, que sufrió un fuerte golpe por uno de los novillos, también en la zona del Embudo. En esta ocasión únicamente registró contusiones y un traumatismo craneoencefálico, por lo que desde la enfermería de la plaza de toros se le derivó a Segovia para su valoración.

El de ayer fue un encierro complicado ya desde el inicio, cuando, en el momento de la salida de los corrales, dos de los novillos de la ganadería de Blázquez y Rein, se desviaron hacia la derecha, causando algún susto entre los asistentes, aunque rápidamente se unieron a sus compañeros para continuar el trayecto guiado por los caballistas, que tuvieron que realizar grandes esfuerzos para parar a la manada, que realizó el trayecto por el pinar de forma muy rápida. De hecho, el paso de Las Máquinas se realizaba en torno a quince minutos después de la salida.

El cruce de la carretera de Cantalejo no revistió muchos problemas, a pesar de que un astado quedó rezagado, pudiendo ser conducido posteriormente. Ya con la manada agrupada, se intentó el cruce del túnel, con numerosos problemas, ya que se volvieron prácticamente todos los astados, que finalmente lo atravesaron, no sin dificultades. Tras un largo descanso, la manada iniciaba su camino hacia la villa de forma compacta, aunque algo nerviosos, por lo que las primeras reses hacían su entrada en el trayecto urbano minutos antes de las 9:30 horas, hora prevista para el comienzo. En la zona del Embudo quedaban rezagados dos de los novillos. Uno de ellos, castaño, se desvió hacia la derecha y subió y bajó la ladera en varias ocasiones, ocasionando varias escenas de peligro y llegando incluso a voltear a uno de los espectadores que allí se encontraba.

El segundo de ellos también había quedado solo, alejado de la manada, que había hecho su entrada ya en el casco urbano, y, tras ser reconducido por Pedro Caminero, uno de los directores del encierro, emprendió una rápida carrera, en la que se llevó por delante la vida de Juan Manuel R. B., que se encontraba en el lugar. La noticia corrió como la pólvora y la consternación se apoderó de todos. No había acabado la mañana cuando en el balcón de la Casa Consistorial ondeaban ya las banderas a media asta, y se instaló un crespón en señal de luto.

El alcalde, Jesús García Pastor, profundamente sobrecogido, recordó que en la villa una desgracia como la de ayer no se vivía desde hace casi una treintena de años y mostró su solidaridad con la familia del fallecido, a cuyo dolor se unió, tras una «tragedia que nos ha sorprendido a todos».

Destacó García Pastor que se trata de una fatalidad, en un año negro para los festejos populares, de los que recordó tienen su riesgo aunque habitualmente no llegan a consecuencias tan extremas como la que se dio ayer. También el párroco de la localidad, durante la misa en honor a Nuestra Señora del Rosario, hizo mención a lo ocurrido y tuvo unas palabras de aliento para la familia del fallecido.

La organización de los encierros volvió a recordar el peligro existente en la zona del Embudo, un lugar complejo, con un altísimo riesgo, a pesar de que alberga una visión espectacular del encierro. En un bando emitido por la Alcaldía de Cuéllar hace unos días se recordaba que las talanqueras allí instaladas no son aptas para la seguridad del público, ya que su cometido es el de encauzar el ganado.

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