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césar blanco
Domingo, 16 de agosto 2015, 12:45
Cañicosa, pedanía del municipio de Matabuena situada a 40 kilómetros de la capital segoviana. Estos meses de verano, la localidad recibe nuevos vecinos, aunque su estancia no durará mucho. Como máximo tres meses, los tres que una familia con niños puede estirar la temporada estival. Pero no es lo habitual, no suelen agotar en el pueblo desde el primer minuto hasta el último segundo del ocio y tiempo libre vacacionales. Matabuena es un buen ejemplo para dar fe casi notarial del aumento de población que registran en estas fechas los pueblos de la provincia. Todos los términos sin excepción, en mayor o medida, ven cómo el desembarco de veraneantes infla sus censos por unos meses. Retornando a Matabuena, habitualmente residen 236 personas; pero durante el verano al menos triplica ese padrón. En concreto, asume la llegada de más de 660 vecinos estivales, alcanzado los 900 residentes en estas fechas.
La familia Manchón Arcones es de las que ayuda a engordar ese censo de Matabuena. Su destino de vacaciones es la pedanía de Cañicosa, en donde se refugian de la vorágine de la ciudad en busca de la naturaleza y de la tranquilidad. Además, es el pueblo donde vivían los abuelos y bisabuelos, por en su caso también influye la llamada de la tierra, el regreso a los orígenes, el retorno a la cuna segoviana. Hace dos años, la familia decidió reformar la casa de sus antepasados para afianzar aún más esos lazos emocionales y vitales con el pueblo. En verano, son unos vecinos más de Matabuena.
El reencuentro con los parientes y con los amigos es un buen y frecuente motivo para pasar las vacaciones en el terruño. El aluvión de miles de hijos pródigos que un día salieron de la localidad para ganarse el pan y que ahora regresan para disfrutar de su descanso estival es un fenómeno visible en cualquier municipio de la provincia.
Y más en fiestas patronales
Y ahora, en esta quincena de agosto, con fiestas en buena parte de la geografía segoviana, se hace aún más evidente. Es el caso de Feli Martín Barrio. Nacida hace 41 años en Vitoria, su padre, Vicente, nació en Rebollo y se fue al País Vasco a trabajar. En uno de esos veranos en los que retornaba al pueblo, en las fiestas de la zona conoció en Valleruela de Sepúlveda a la que es su mujer, Guadalupe. Desde entonces, este término con un censo de apenas 60 habitantes el resto del año se convirtió en su destino de vacaciones.
El Ministerio de Hacienda y Administraciones Locales se ha interesado por este fenómeno y ha intentado cuantificarlo. ¿Cuánta gente vuelve a su pueblo durante el verano?El Gobierno ha elaborado para ello la Encuesta de Infraestructuras y Equipamientos Locales, un informe (sus últimos datos son de 2013)que compara las cifras oficiales del padrón con la estimación que los municipios hacen sobre la gente que acude a sus pueblos durante el verano:población estacional lo llaman.Y el resultado es brutal.
Solo y únicamente los pueblos de Segovia, es decir, los 208 núcleos más sus pedanías, quitando de la lista a la capital (que también acoge su contingente de veraneantes), asumen durante estos meses el desembarco de 128.721 personas, cuando durante el resto del año viven y transitan sus calles 106.953 residentes.O sea, durante julio y agosto (también se incluyen aquí los puentes o fines de semana) la población crece, crece y crece hasta alcanzar un censo total de 235.664 vecinos. Esa avalancha de veraneantes cuantificados a través de la encuesta oficial suponen supone una demografía el 20% mayor que la que normalmente habita en los pueblos segovianos los otros diez meses del curso.
Reforzar los servicios
Las cifras del estudio, como el algodón del mayordomo de la televisión, despejan la realidad y limpian de intuiciones y extrapolaciones el fenómeno del aluvión veraniego y del retorno a los orígenes. Ese censo provincial y estival, sin contar la capital, que suma casi 236.000 personas, es más del doble del oficial que reside el resto del curso.
La llegada de los veraneantes obliga a los ayuntamientos a reforzar sus servicios. Con estas cifras, tampoco debe extrañar que los médicos rurales pidan refuerzos cuando se acercan la vacaciones y los pueblos multiplican su población. No todo son problemas o incertidumbres, también beneficia a los bares y tiendas (fruterías, por ejemplo)que ven cómo crece su volumen de clientes.
Al final va a ser verdad eso de que (casi)todo el mundo tiene pueblo y que el verano es el mejor momento para visitarlo. La encuesta del ministerio certifica que este fenómeno se percibe en menor medida en localidades del alfoz (como Trescasas, Espirdo, Valverde del Majano, Hontanares de Eresma, Palazuelos de Eresma o La Lastrilla). También hay salvedades, como Torrecaballeros. Son núcleos que de por sí han multiplicado su población durante los últimos años y que cuentan con menor volumen de emigrantes. ¿Dónde se registran más incrementos de población?Según los datos del Gobierno, las cifras son más llamativas en localidades del nordeste, como Riaza, Ayllón o el caso de Cerezo de Arriba, donde los 190 vecinos que viven habitualmente reciben la visita estival de más de 2.000 personas, según la encuesta.
También pequeños núcleos de la campiña y de la Tierra de Pinares viven en verano su particular boom demográfico. En Coca, la población se multiplica por tres con la llegada de más de 4.000 convecinos de verano; y en Cantalejo se duplica ya que prácticamente el contingente que elige este destino repite en cantidad el censo normal.
Si se habla de los municipios que en términos absolutos acogen más veraneantes en estos meses, El Espinar y el Real Sitio de San Ildefonso se llevan la palma. El primero asume la llegada de cerca de 18.000 personas, mientras que el segundo eleva su censo estival con más de 10.200 residentes. En ambos casos se trata de núcleos con un potente fenómeno de segundas viviendas, muchas de ellas de madrileños que eligieron en su día escaparse de la capital e instalarse en estos enclaves serranos, al menos para disfrutar del descanso y del ocio tranquilo.
La población flotante está directamente vinculada con esta operación retorno de los familiares. La Encuesta de Turismo de Residentes del INE certifica que, en el primer trimestre del año (últimas cifras disponibles),siete de cada diez viajeros de Castilla y León se alojaron en casas de familiares durante sus traslados (el 71,4%), mientras que el resto utilizó establecimientos reglados, como hoteles, casas rurales... Yeste porcentaje de techo amigo o cama en casa familiar es mayor en verano.
Atraídos por...
Pero, al margen de eso, para calcular esa población flotante también se tienen en cuenta los equipamientos de los que disponen estas localidades. Aquellas con mayor oferta turística, con un especial encanto medioambiental, con mejores servicios son puntos de atracción para urbanitas que, durante los meses de verano, buscan un destino para escapar de la ciudad, una segunda residencia.
¿Cómo se ha llegado a estas cifras, a cuantificar estas casi 129.000 personas?La encuesta del Ministerio de Hacienda yAdministraciones Públicas reclama de forma periódica datos sobre las dotaciones que tiene cada municipio (red de abastecimiento, potabilizadoras, bibliotecas, alumbrado, centros culturales y asistenciales, colectores, servicios de bomberos, tanatorios).
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