«Vivir solo de los recortes es complicado, habría que cerrar 80 fechas al año»

Los segovianos Javi Olmos y Alberto San Juan, ambos recortadores y vecinos del barrio de San Lorenzo, fueron dos de los protagonistas del concurso de ayer, aunque asumieron diferentes papeles. Mientras que el primero saltó al ruedo y consiguió el tercer premio, el segundo se ha encargado de la organización del festejo.

¿Cual es el origen para terminar siendo cortador?

Alberto San Juan: Comencé asistiendo a capeas que organizaban mis amigos, y de salir cada vez un poco más me empezó a gustar. Me gustaba participar, pero nunca me vi más allá de un concurso. Al principio me animaban mucho de ir al concurso de Valsaín, donde los toros no son muy grandes, pero no me animaba. Hasta que una vez probé en un concurso de jóvenes promesas con vacas, salí satisfecho, quedé cuarto y continué la experiencia. Al final acabé participando aquí en el año 2012.

Javi Olmos: Desde muy pequeño me gustó que me llevaran a las plazas y a los encierros para verlos. Pero poco a poco iba escapándome, saliendo de la valla cuando se podía, hasta que al final acabas saliendo a la plaza, primero a las vaquillas y luego vacas grandes y toros. Y cuando te ves fuerte con ellos, conociendo el peligro pero sabiendo manejarlo, es cuando decides presentarte a un concurso. Tuve la suerte en mi primer año de ganar varios concursos y premios, y así coger más confianza; desde entonces intento siempre hacerlo lo mejor posible y llegar lo más arriba.

¿Cuentan con el apoyo de sus familias?

A.SJ.: Lo que es apoyo como tal no, no hace mucha gracia en casa. En mi caso, mi hermana, sobre todo siempre me ha apoyado bastante. Cuando iba a algún encierro o iba a salir, la que primero lo sabía era ella. Con mis padres era un poco a escondidas, hasta que lo van viendo y no queda más remedio que aceptarlo.

J. O.: A nadie le hace gracia ver a su hijo jugarse la vida, pero nunca me lo han impedido, porque es lo que me gusta. Lo que me piden es que tenga cuidado. Alguna vez sí vienen a verme, pero lo pasan mal, por lo que entiendo que no quieran venir.

¿Y si en el futuro un hijo les plantea que quiere ser cortador? ¿que le dirían?

A.SJ.: Si él en realidad quisiera serlo, no puedes decirle nada, porque al final va a ser cortador le digas lo que le digas. Le aconsejaría entrenar muy fuerte, que tuviera cuidado y no se dejara influenciar, porque en este mundo hay que buscar a los amigos de verdad y cada vez de esos hay menos.

J. O.: Como he dicho antes, a nadie le hace gracia que su hijo se juegue la vida, pero si el quiere ser torero, pues mejor ser torero que ser cortador. Porque los toreros sí se ganan la vida con esto y los cortadores no.

Entonces, ¿es conveniente tener otra profesión?

J. O.: Sí, porque para vivir solo de los recortes uno tendría que hacer 80 fechas, y es complicado.

A.SJ.: Dedicarse exclusivamente a esto no se puede, porque es un festejo popular, que no cotiza para la Seguridad Social ni tiene sueldo fijo.

¿El cortador tiene edad de jubilación?

J. O.: La edad te la dice el toro. Cuando uno ve que empieza a estar nervioso y que las capacidades físicas no son las aconsejables, debe dejarlo.

Rituales

¿Tienen rituales antes de salir al ruedo?

A.SJ.: No tengo muchos, intento estar concentrado, sabiendo lo que tengo que hacer y poco más.

J. O.: Tengo bastantes manías, pero prefiero no decirlas porque es un momento bastante íntimo, y hay que hacerlo en soledad. Siempre siendo uno mismo, para no perder los nervios y evitar que la fuerza del toro te lleve por delante.

¿Y miedos?

A.SJ.: El principal miedo es el toro, pero para eso estamos entrando a conciencia, para que salga todo lo mejor posible.

¿Qué sienten al participar en este concurso de San Lorenzo?

A.SJ.: La ilusión de salir aquí, en el barrio donde me he criado desde chiquitito y he visto los toros desde muy pequeño. Además, la gente responde muy bien en cuanto te ve, y te anima todo lo que puede.

J. O.: Yo soy de Fuentepelayo, pero llevo varios años viviendo en el barrio y me haría mucha ilusión ganar el concurso. Que ya toca.