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diana gil
Jueves, 6 de agosto 2015, 17:05
os vecinos de Aldeanueva del Codonal llevan meses preguntándose por unos peces que no son inquilinos habituales de la cubeta de recarga de los acuíferos de Santiuste de San Juan Bautista. Esta especie forastera por estas aguas ha despertado curiosidad, pero también ha sembrado cierta preocupación, sobre todo entre los aficionados a la pesca, que muestran su inquietud y recelo. Los residentes cercanos al lugar del hallazgo, habituales del arte de tirar la caña, dieron el aviso. Una llamada a El Norte de Castilla alertaba de que «había millones de especies de siluros».
normativa de pesca
La regulación de la pesca en la comunidad autónoma es tajante en el caso de que un pescador halle una especie exótica invasiva. La Junta de Castilla y León establece que el cangrejo rojo, cangrejo señal, lucio, lucioperca, percasol, pez gato, alburno y siluro entrañan un riesgo para el ecosistema de la región. Por ello, la norma decreta que «no podrán devolverse a las aguas los ejemplares capturados» de ninguna de las especies mencionadas. Además se «deberá dar muerte inmediata a dichos ejemplares, excepto en el caso del cangrejo rojo y señal, que podrán mantenerse vivos hasta abandonar el tramo de pesca, momento en el que deberán ser sacrificados». Los cadáveres han de retirarse del medio natural para su erradicación a través del autoconsumo o el depósito en sitios para la eliminación.
El Servicio Territorial de Medio Ambiente, y más concretamente su jefa en funciones, Montserrat de Andrés, envió una unidad móvil al lugar para comprobar sobre el terreno la advertencia lanzada por los pescadores. Poco después confirmó a este periódico la presencia de una especie exótica e invasora; pero no se trata de siluros, sino de peces gato.
La responsable territorial explica que los agentes medioambientales se acercaron al emplazamiento indicado para dar fe de las informaciones y allí realizaron «una inspección ocular» que determinó que los vecinos estaban en lo cierto. Ambas especies los siluros y los peces gato son prácticamente iguales, por lo que puede haber confusión. La diferencia radica en la cola. De hecho, actúan de igual forma sobre la fauna autóctona de la zona.
El nombre de pez gato deriva de los tentáculos o barbillas que se extienden a cada lado de la mandíbula superior, y en algunas ocasiones también en la inferior.
Por el momento, el Servicio Territorial de Medio Ambiente va a proceder a efectuar «medidas de control» para establecer en qué estado se encuentra el pez gato y cuántos ejemplares hay en el cubeta, ha revelado Montserrat de Andrés. Asimismo, la responsable en funciones especifica que «es un ejemplar que se instala en los fondos» de estos embalses de agua, de ahí las dificultades que entraña la comprobación de su presencia. Para llevar a cabo esta vigilancia, los agentes medioambientales harán uso de la pesca eléctrica, que consiste en producir pequeñas descargas eléctricas dentro del agua que adormecen a los peces y facilitan su captura. Este método sirve, además, para que los animales, una vez son estudiados puedan ser devueltos a su hábitat natural.
El proceso de inspección carece de momento de plazos definidos porque «depende de las condiciones», matiza Montserrat de Andrés. Una vez terminada esa fase, se llevará a cabo la eliminación de esta especie invasora. Sin embargo, los resultados de los controles que se van a desarrollar determinarán el mejor método para esa erradicación.
Originaria de Norteamérica
En cuanto al tamaño de los peces gato encontrados en esta cuenca, De Andrés señala que «no son muy grandes». Sin embargo, los pescadores cuentan que han logrado pescar «ejemplares de un máximo de 15 centímetros con caña». La responsable territorial en funciones asevera que hasta la llamada de El Norte no habían recibido quejas ni de vecinos ni pescadores, ya que si éstos los detectan, antes deben proceder a su destrucción, pero no han de informar de ello.
Los pescadores temen que este el pez gato acabe en los cauces de otros ríos, ya que «cuando empiece el invierno va a ir río abajo» y acabaría con las especies autóctonas de la zona, como los gobios. La cubeta pertenece al Voltoya, que deriva en el Eresma y éste a su vez en el Duero.
Esta especie ha sido introducida en numerosos países europeos, así como en Rusia y en Chile. En España, y concretamente en Aragón, se distribuye principalmente por el río Ebro y sus galachos asociados, en especial aguas abajo de Zaragoza. También se ha detectado en algunos canales y acequias de regadío como el canal Imperia o el de Tauste.
El pez gato es una especie originaria de Norteamérica, propia de Estados Unidos, México y Canadá. Según un estudio biológico del Gobierno de Aragón, fue introducido intencionadamente en España a principios del siglo XX con fines deportivos, concretamente en el lago de Bañolas, en Cataluña. El tamaño varía. En el medio natural pueden medir hasta 60 centímetros, aunque la media es de 30, especifica ese informe. Sus hábitos son nocturnos o crepusculares. Suele vivir en aguas dulces tranquilas de lagos, embalses y remansos con abundante vegetación y arenas o gravas finas.
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