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Clara Luquero posa junto al lienzo de ‘Las Meninas’, de José Luis López Saura, en la puerta de la Casa Consistorial, durante la Noche de la Luna Llena.
«Segovia mantiene la espina dorsal de la Capitalidad Cultural Europea»

«Segovia mantiene la espina dorsal de la Capitalidad Cultural Europea»

La alcaldesa está convencida de que los nuevos proyectos encajan con la filosofía de la frustrada candidatura del 2016

César Blanco Elipe

Domingo, 5 de julio 2015, 13:27

28 de junio de 2011. También hacía un tórrido calor aquel día en Madrid. En el Ministerio de Cultura, Manfred Gaulhofer despejaba la incógnita. La Capitalidad Cultural Europea se esfumaba hacia el norte. San Sebastián se imponía por el estrecho margen de un voto. El chasco duró poco, la decepción se prolongó más. La ciudad se rehizo y unos meses más tarde. La marca Segovia 2016 desaparecía, pero no su espíritu prendido en la población de una pequeña gran urbe, como 'vendió' la candidatura. Nacía 'Segovia Cultura Habitada', como seña de la identidad que tomaba el testigo de la ambición frustrada en una amarga víspera festiva de San Pedro hace cuatro años.

La alcaldesa, Clara Luquero, confiesa que aún recuerda aquella aventura. Entonces se ocupaba de la concejalía de Cultura. «No creas, que lo tengo todo aquello en la cabeza», reconoce a día de hoy. Pero rápidamente se repone, cambia el tono melancólico por el optimista y enaltece el valor y el trabajo bien hecho de una pequeña población como la segoviana, que estuvo tan cerca de alcanzar el éxito de la Capitalidad Cultural Europea de 2016.

El legado está vivo. Obviamente no se ha podido hacer todo lo que se quería y se ha tenido que prescindir de proyectos, en especial los que aludían a la creación de infraestructuras, el punto más débil de la ambición continental. Como dijo José Antonio 'Tono' Martínez unas horas después de conocerse el fallo del jurado favorable a San Sebastián, «hay una parte del programa que puede hacerse». El que fue el coordinador del equipo creativo en la última y definitiva fase de la ambición segoviana, apostillaba que «lógicamente los conmemorativos que iban a tener lugar en 2016, no se iban a realizar».

Sin embargo, apuntaba que el concepto de laboratorio aplicado al patrimonio vivo se podía consolidar. Se refería a Titirimundi o al trabajo de la compañía Nao dAmores, como ejemplos. «Hay muchas cosas que se pueden llevar a cabo. De hecho, aproximadamente el 30% del programa puede realizarse sin problemas», insistía Martínez.

Inamovible en la agenda

Cuatro años después de aquella declaración de intenciones, ahí está el proyecto del centro de creación de La Cárcel, que ha crecido por fuera y por dentro y también de cara al exterior, con el microteatro, la danza, las instalaciones plásticas del programa Galerías, los Encuentros de Mujeres que Transforman el Mundo, las exposiciones como la recientemente dedicada a Santa Teresa... En contraposición a ese éxito, al que aún le falta algún remate para completar la remodelación de la vieja prisión, está la decepción de la paralización del teatro Cervantes, que contaba con bendiciones dentro de la candidatura y que los rifirrafes políticos han dejado languidecer, ya sin cerchas.

Más pruebas de que el espíritu del 2016 anidó en la ciudad y que todavía perdura aquella incipiente innovación creativa y una ebullición de la participación ciudadana son las más de cuarenta actividades de las más diversas manifestaciones artísticas que alumbraron (y nunca mejor dicho) la calurosa Noche de Luna Llena.

La alcaldesa mantiene su plena confianza en este «maratón cultural que permite a la ciudadanía disfrutar de la cultura y ser su protagonista». La iniciativa fue uno de los escaparates de la ilusión generada por la anhelada la Capitalidad Cultural Europea, quizás el más multitudinario y llamativo. Hoy, cuatro años después de no haber logrado la designación, la vigencia de sus valores y de su desarrollo está intacta. Así lo afirmaba la regidora. Clara Luquero incide en que, aunque naciera al amparo de Segovia 2106, la Noche de Luna Llena seguirá siendo una cita inamovible en el calendario de la ciudad porque en ella comulgan la implicación de la ciudadanía en la vida cultural y la innovación creativa y artística.

La Noche de Luna Llena encarna lo que la alcaldesa denomina «la espina dorsal de la Capitalidad Cultural Europea», que no es otra cuestión que el fomento de la participación y de la creatividad.

Homenajes luminosos

Las seis horas de actividad y la respuesta e implicación de miles de personas, muchas de ellas llegadas de fuera para conocer in situ la Noche de Luna Llena tal y como precisó la nueva concejala de Cultura, Marifé Santiago, dan fe de esa vigencia. Sonó música de diversos estilos, hubo sorprendentes instalaciones lumínicas, talleres para que los más pequeños demostraran sus pinitos plásticos, pasacalles, pintura colectiva, fotografía, circo, acrobacias, narraciones, poesía y rap, magia, cine y danza.

Este nuevo plenilunio cultural, que ha contado con la colaboración de Bankia en su materialización económica, estuvo dedicado al Año Internacional de la Luz. Los primeros sonidos de la Noche de Luna Llena resonaron a las 20 horas en el Azoguejo. Dulzainas y tamboriles arrancaron una rebolada que transitó por la Calle Real y anunció el inicio de ese maratón al que se refería Luquero. Por su parte, la Unión Musical Segoviana tomó el corralillo de San Sebastián para izar el telón de la noche con 'Luces en el teatro musical'. Luego otro pasacalles más anómalo y brillante por los espejos que cubrían de arriba abajo a los zancudos recogió las miradas de admiración a su paso por la Calle Real.

Este eje hasta la Plaza Mayor concentró buena parte del programa, sobre todo al principio, cuando todavía el sol aguantaba la salida de la luna en todo su apogeo. A la altura del Cervantes, la palabra 'Abierto' construida en siete bloques, cada una con una letra, incitaba a pensar en una reivindicación hecha desde el arte y la acción callejera, pero también simbolizaban la apertura cultural de la ciudad.

Deseos encerrados y seres lunáticos

En la Casa de los Picos, los visitantes pudieron dejar sus deseos en unas originales cajas de cerillas hechas y decoradas para la ocasión. Un poco más arriba, en la misma Calle Real, el patio de la familia Torreagero daba cobijo a 'Nannar, hijos de la luz', seres lunares que no se perdieron su noche más pletórica. Bajando por la puerta de la Luna, en el Paseo del Salón, Espacio Arte dibujó en el suelo círculos formados por 'diyas', velas de cerámica que la gente prendió en el triunfo de la luz sobre la oscuridad. También en este corredor, el fuego tomó protagonismo para acompasar y embellecer las coreografías que fusionaban danza y la manipulación de objetos.

En la elipse, los niños ocuparon la sillas y mesas habilitadas para exhibir sus destrezas plásticas, mientras los transeúntes hacían colas para retratarse junto a 'Las Meninas' de José Luis López Saura o para tomar un refrigerio y reponer fuerzas con un cocktail y unas brochtas de frutas. Y así, entre arte, creatividad, imaginación, innovación y también gastronomía, la Noche de Luna Llena revivió el espíritu 2016.

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