El Patronato celebra el Día del Alcázar con 538.839 visitantes, un 10% más

El general Alfredo Sanz y Calabria se despide de la Academia de Artillería con la Medalla del Alcázar, un reconocimiento al trabajo desarrollado en los últimos tres años y medio al frente del Patronato de la fortaleza regia. La recibió este viernes en la Sala de Reyes como cierre de la conmemoración del Día del Alcázar, instituido hace 32 años para dedicar un día a quienes trabajan en el histórico edificio y para hacer una breve reflexión sobre las actividades realizadas. Fue el último acto que presidió el general como presidente del Patronato, y al leer la memoria anual destacó «un dato muy positivo», el de los 538.839 visitantes recibidos, y un 10% más (54.000) que el año anterior, que mantienen al Alcázar entre los diez monumentos más visitados de España.

La cifra es probable que sea aún mejor en la próxima memoria anual, pues el pasado mes de febrero se registraron 28.743 visitantes, 4.350 más que en el mismo mes de 2014, lo que supone el febrero de mayor afluencia desde 2005, cuando la Empresa Municipal de Turismo empezó a recoger datos estadísticos. Aunque el balance de actividad es mucho más amplio. Sanz y Calabria subrayó el «estupendo trabajo realizado por todo el personal», en especial al cumplir las misiones encomendadas al Patronato desde que se constituyó en 1951, y entre ellas las de conservación y mantenimiento del patrimonio histórico y artístico del conjunto, siempre bajo la dirección del Maestro Mayor, José Miguel Merino de Cáceres, y del alcaide del Alcázar, el coronel Javier Alonso Bermejo.

Por ejemplo, citó el general las obras realizadas en el último año en el revoco original de la fachada sur, que han permitido recuperar su aspecto original; también fue recuperado el foso y el puente de Santa Bárbara (por el que antiguamente se entraba a la fortaleza desde el valle del Clamores); se ha llevado a cabo la remodelación de los aseos, una obra compleja, «sin cerrar el Alcázar un solo día», y ahora se acometerá la renovación de la fachada de poniente y el arreglo de la verja de entrada a la plaza de la Reina Victoria Eugenia, dañada en un accidente.

Otras obras de restauración se han centrado en el elemento decorativo de la verja, la reintegración pictórica y volumétrica de 23 pinturas de la Sala de la Galera o el trabajo en el escudo de piedra caliza encontrado durante las obras del foso.

Proyecto museográfico

El coronel Alonso declaró a El Norte respecto a las obras realizadas que «se han acometido todas las previstas en el plan de infraestructuras y van a seguir los trabajos en los tramos norte y sur de la muralla, así como en su parte baja, en la torre de Juan II, tanto en el interior como el interior». En las previsiones figura también un cambio en el proyecto museográfico del edificio, en fecha aún por determinar, que supondrá una reordenación de las visitas y habilitar el acceso recuperado el año pasado a través del puente de Santa Bárbara como salida, además de ampliar la zona visitable, para lo que será necesario trasladar parte del Archivo Histórico Militar a otras salas.

Tras la lectura de la memoria del Patronato, la celebración del Día del Alcázar prosiguió con la presentación por Merino de Cáceres del conferenciante, el arquitecto Juan Hernández Ferrero, a quien conoció en 1970 en la Escuela Superior de Arquitectura de Madrid y con quien mantiene desde entonces una profunda amistad. Hernández, que ingresó en 1973 en el equipo de Arquitectura de Patrimonio Nacional, ha trabajado en todos los palacios y sitios reales de España, de los que es un gran conocedor, y su conferencia tuvo precisamente el título de Los palacios reales, nuevos alcázares en la España de la Edad Moderna.

En su intervención recordó la primera lección de Merino de Cáceres a la que asistió, que el profesor inició con los orígenes del Alcázar de Segovia. Y porque conoce la pasión del Maestro Mayor por el edificio, declaró: «Señores patronos, estén tranquilos, el Alcázar está en las mejores manos».