el norte
Miércoles, 17 de junio 2015, 12:06
En las últimas prospecciones efectuadas para estudiar, detectar y denunciar posibles casos de impacto sobre la avifauna en la ZEPA Campo Azálvaro-Pinares de Peguerinos, situada entre el Parque Nacional Sierra de Guadarrama y las estribaciones de las provincias de Ávila y Segovia, efectivos de la Patrulla de Vigilancia del Colectivo Azálvaro encontraron restos óseos de buitre leonado junto a la torreta fin de línea y un cadáver accidentado de un buitre leonado colgando en el apoyo perteneciente a la línea eléctrica de evacuación del Parque eólico Ávila, propiedad de la empresa EDP-Energías de Portugal.
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De acuerdo con las características de la línea y la ubicación de la misma cerca de CTR de Ávila-Norte, han aumentado los impactos sobre la fauna, a consecuencia de las colisiones y electrocuciones de la avifauna con la línea. «Se considera necesario ante la magnitud de los impactos sobre los valores naturales existentes en la zona afectada, un estudio de tales afecciones y la previsión urgente de medidas protectoras y correctoras que minimicen o supriman los posibles impactos negativos. Las empresas responsables deben cumplir con su obligación de compensar económica y medioambientalmente por los daños ambientales producidos en sus instalaciones, y eliminar los riesgos para la fauna en la medida de lo posible», argumenta el presidente del Colectivo Azálvaro, José Aguilera.
Pocos días después se localizó otro cadáver de buitre leonado, esta vez junto a un arroyo. «La proximidad del cadáver a un curso de agua es indicio de un posible caso de intoxicación, algo que desveló la necropsia», explican desde esta organización. «En efecto, tras examinar su interior para poder determinar las posibles causas de la muerte, se extrajeron de su interior unas estructuras en forma de bolas, técnicamente conocidas como egagrópilas, compuestas de restos no digeridos por algunas aves». En este caso estaban compuestas íntegramente por plástico. La exposición y posterior migración de los compuestos tóxicos en el interior de su cuerpo y la obstrucción del tracto digestivo, pudo causar en un corto período de tiempo, la muerte del animal.
«En los últimos años, una gran cantidad de aves necrófagas se concentran de forma permanente en las inmediaciones del vertedero de Ávila-Norte. Los vemos atravesar a diario varias líneas eléctricas y de aerogeneradores, para verse forzadas a alimentarse de productos tóxicos o indigestos en la zona de rechazo del CTR», indica la ONG sobre los impactos más graves sobre las poblaciones de aves carroñeras de la ZEPA Campo Azálvaro-Pinares de Peguerinos.
El Colectivo Azálvaro reclama que se adopte un régimen de alimentación adecuado a las necesidades de las aves necrófagas, y recuerda que están protegidas por la legislación ambiental, tanto española como europea, y consideradas de interés comunitario en la Red Natura 2000, lo que implica la adopción de medidas para conservarlas.
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