La caldereta de la Fiesta del Postiguillo reúne en Cuéllar a más de un centenar de personas

La lluvia se hizo presente en la Fiesta del Postiguillo organizada por la Asociación de Vecinos de la Cuesta y El Salvador, pero excepto en momentos puntuales, docuando el chirimiri obligó a buscar cobijo, la jornada pudo desarrollarse con normalidad.

Por la mañana, decenas de personas se acercaron hasta la Huerta del Duque para realizar una visita guiada especial, de la mano de José Luis Herrero. Aunque es un entorno conocido por todos, con las indicaciones técnicas y una auténtica lección de fisiología botánica, los participantes salieron con unos conocimientos ampliados de la flora del lugar y, además, pudieron plantar un arbusto.

Por tercer año consecutivo, la Fiesta del Postiguillo congregó a más de un centenar de vecinos, principalmente al mediodía, con una ruta por los bares del barrio, desde el La Torre y el Ketramas hasta El Abrevadero y La Calleja. Este vermú tradicional estuvo amenizado por el grupo Los 1.100 y sus ritmos de dulzaina y tamboril. También acompañó la música en la caldereta popular, en el propio entorno del Postiguillo. Un guiso de carne, pimiento y patatas, además con el toque especial del cocinero, que triunfó entre los comensales.

Tras la comida, la tradicional sobremesa, con los asistentes disfrutando de los juegos de naipes, antes de que los juegos populares copasen protagonismo. Los más pequeños pudieron conocer de la mano de sus mayores cómo jugar a la rana, y también disfrutaron con partidas de futbolín. El broche final lo puso una chocolatada popular, y varios sorteos de regalos entre los que adquirieron el ticket de la comida.

Es una fiesta joven la del Postiguillo, pero año tras año aumenta su poder de convocatoria en Cuéllar.