«El peor referente para los niños son los padres. Es un error ponerse de ejemplo»
El experto en neuropedagogía infantil y del desarrollo, José Ramón Gamo, aboga por la comunicación abierta y la información entre progenitores e hijos adolescentes para superar conflictos
c. b. e.
Viernes, 24 de abril 2015, 23:43
Un aula del instituto de La Albuera repleto de padres. Una estampa rara porque en esos pupitres se sientan habitualmente sus hijos. Pero en la tarde de este viernes ellos eran los alumnos, ávidos de conocer y de empaparse de la lección que iba a impartir José Ramón Gamo. El especialista en neuropedagogía infantil y del desarrollo y director técnico de los centros CADE ha desvelado algunas claves que a buen seguro tendrán que poner en práctica los padres para enfrentarse y manejar los conflictos que emergen cuando los hijos pasan a la adolescencia.
Los códigos cambian con respecto a otras etapas y también la coyuntura actual es diferente y en constante evolución. Vayan esas premisas por delante, Gamo ha citado algunos de los factores de riesgo que los progenitores han de identificar. «La sexualidad y el consumo» son algunas de esas amenazas que pueden detonar el conflicto entre padres e hijos a esas edades.
«El abordaje de los problemas no puede anticipar ni debe cerrar puertas», bosqueja el experto. Y de ahí parte la importancia de saber comunicar. Por ejemplo, con respecto a los coqueteos con las drogas. Si los progenitores se adelantan y levantan un muro sin haberse informado con anterioridad de qué son, cómo usan o cuáles se suelen consumir más, es posible «que se seas el último en enterarte de que tu hijo se droga y entonces pierdes el control», alerta el neuropedagogo infantil.
José Ramón Gamo es partidario de que los padres «desvelen su ignorancia y no tengan miedo de contar a sus hijos sus preocupaciones, en vez de usar el dedo acusador». El especialista reclama a los adultos que recaben y utilicen «información veraz, que hablen con sus hijos y no se dediquen solo a opinar». Eso es a lo que llama no cerrar puertas, a un estilo de comunicación abierta, a diferencia del modelo que prima en edades más tempranas a la adolescencia, cuando esa relación es más cerrada y restrictiva.
Complicidad
El sistema que defiende el experto consiste en que si se plantea un conflicto, los progenitores «han de poner la pelota en el tejado de los chicos». Ello contribuye a «crear escenarios abiertos», que a su vez ayudan a la complicidad.
Internet y la proliferación de las redes sociales han sido un factor de cambio en las relaciones paterno-filiales. «Es la primera vez que los chavales tienen más conocimientos que los adultos», advierte el director técnico de los centros CADE. Los padres han de tener en cuenta esta situación y combatirla mediante la formación para poder adquirir la capacidad de supervisar, aboga el especialista. Gamo rehuye de que los padres se pongan de ejemplo ante sus retoños adolescentes. «La peor referencia para los niños es su viejo», subraya.
En cuanto al reciente suceso acaecido en un colegio de Barcelona, en el que un menor de 13 años mató a un profesor e hirió a cuatro personas usando una ballesta y un puñal, Gamo duda de que se haya debido a un brote psicótico. «Otra cosa es que el chico sea un psicópata, porque al parecer tenía todo premeditado, mientras que un brote se produce por una alteración de la personalidad y no existe premeditación», detalla en su análisis.
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