La Cofradía de la Fuencisla estudia restaurar las pinturas del camarín de la Virgen
Cientos de segovianos visitan la cámara de la Virgen recién restaurada con un presupuesto de unos 40.000 euros
Miguel Ángel López
Domingo, 19 de abril 2015, 22:59
El museo del Santuario de la Nuestra Señora de la Fuencisla ocupa una sala contigua al camarín de la Virgen. Es una estancia pequeña por la que hay que pasar para llegar al camarín de la patrona, donde los fieles pueden entrar en contados días del año, como el 8 de diciembre, la fiesta de la Inmaculada, y en alguna ocasión especial, como la de este domingo. La Real Cofradía de la Fuencisla abrió el camarín al público después de la misa de doce y media para mostrar el resultado de la última restauración, iniciada el pasado invierno para suprimir las filtraciones de agua que estaban arruinando la bóveda de la linterna, las pinturas del techo y los frescos de las paredes.
El Patronato del Alcázar restaura seis figuras del siglo XVII de la sacristía
-
Aparte de la Virgen, su ajuar y sus joyas, lo más valioso del Santuario es el cuadro de La Asunción pintado en el siglo XVII por José Ribera El Españoleto, situado tras un cristal en la sacristía y visible cuando alguien echa un euro en la ranura para iluminarlo. Pero el templo tiene muchas más obras de arte, la mayoría del XVII de autor desconocido, y no todas están en buen estado. Seis tallas situadas en la sacristía y otras dependencias del templo (algunas almacenadas) acaban de ser restauradas, cuatro angelotes, un Niño Doliente y un san Juanito cuya policromía vuelve a lucir como en la época de su realización.
-
Los trabajos los ha llevado a cabo el equipo de restauradores del Patronato del Alcázar. Julio Borreguero explica que cuando los vio el cronista de la ciudad Antonio Ruiz aconsejó la intervención, a la que se brindó el Patronato. La restauración comenzó en noviembre y terminó la pasada semana. Las tallas, casi con su aspecto original, están a la vista en las esquinas de la antesala de la sacristía, limpias, relucientes, con el lustre parecido al que tuvieron tras el esmerado trabajo de los restauradores, que además han entregado a la Cofradía un completo informe. Comparten estancia con los azulejos azules de los Vargas decorados con imágenes de la Catedral y el Alcázar, medio tapados ahora por un gran mueble. Pero son otro bien artístico, moderno, pero apreciable.
Cientos de personas hicieron cola después de misa para subir hasta el camarín, donde las camareras de la Virgen esperaban para ordenar la visita y mostrar el manto (el blanco de Pascua, con la talla de la patrona vuelta hacia las visitas) para que lo besaran los fieles. El motivo de muchos era la devoción por la Virgen de la Fuencisla, pero también en parte curiosidad por ver el resultado de las obras y el estado del camarín, iluminado para que luciera la patrona y pudieran verse bien las pinturas murales. Como recuerdo, al final de la visita el presidente de la Real Cofradía de Nuestra Señora de la Fuencisla, Julio Borreguero, entregaba a los visitantes una estampa de la Virgen que en el reverso tiene impresa una poesía de Santa Teresa de Jesús.
Donativos
Las obras han tenido un coste final de alrededor de 40.000 euros, y la Cofradía de la Fuencisla ha contado con la desinteresada colaboración de muchos segovianos para financiar el comienzo de los trabajos, 15.000 euros reunidos sobre a sobre y moneda a moneda en los cajetines de donativos, en las cuentas abiertas en dos entidades bancarias (Bankia y Caja Viva-Caja Rural) y con iniciativas como el torneo de pádel organizado por la Junta de Cofradías de Semana Santa.
Julio Borreguero está satisfecho con las obras. Y a la espera de que las administraciones públicas hagan efectivo el dinero comprometido para esta restauración (que es solo una parte de lo que realmente necesita el Santuario), los 25.000 euros restantes «para pagar todo lo que debemos hasta ahora».
La obra se ha centrado en la cúpula del camarín, donde se ha levantado todo el tejado para hacerlo nuevo e impermeabilizarlo con una capa de poliuretano; además, se ha reconstruido el volumen existente al lado del camarín, el que da acceso al Oratorio de los Reyes del lado derecho del altar, que no se hizo durante la restauración de la Casa Rectoral. «Esa parte estaba incomunicada porque después del derrumbe (de 2007) no se hizo y la consecuencia es que el agua entraba directamente al Santuario y había filtraciones por muchas partes; así se ha recuperado al cien por cien el Santuario y hemos evitado que el agua entre directamente», señala Borreguero.
Con esta intervención también se ha recuperado la conexión del templo con la Casa Rectoral, destruida en el derrumbare de hace ocho años, y falta ahora «acondicionar esta habitación, que se hará en breve». Es la estancia que da paso al Oratorio de los Reyes, gemela de la del lado izquierdo donde está el pequeño museo que muestra documentos, valiosos objetos de plata recuperados del hundimiento de la Casa Rectoral y ropajes litúrgicos históricos y que la Cofradía quiere habilitar para ampliar el pequeño espacio museístico y mostrar algunos más de los bienes que custodia.
También está a punto de terminar el arreglo de la puerta derecha del Santuario, que en la práctica era hermética porque el deterioro de la madera y de los herrajes impedían su apertura. El trabajo de carpintería está casi acabado y solo falta aplicar una mano de pintura y colocar los refuerzos de unas escuadras de hierro para que la puerta vuelva a ser operativa y, como indica Borreguero, «pueda abrirse para que entre la carroza de la Virgen».
Mantener en perfectas condiciones el inmueble y los bienes de arte que contiene requiere mucho dinero. A lo largo de la historia, las aportaciones de los segovianos han sido incesantes y han permitido acometer los arreglos urgentes en el Santuario, y las ayudas institucionales hacer las obras importantes, como la restauración del retablo del Altar Mayor, la del cuadro de Ribera, las de las tallas de la Virgen y el niño tras el expolio de enero de 2012 o la reconstrucción de la Casa Rectoral.
En perspectiva
Ahora a Cofradía tiene en mente arreglar las pinturas murales y las del techo de la bóveda del camarín de la Virgen (de autor desconocido de finales del XVII), cuyo deterioro se ha acelerado por las filtraciones de agua. Los muros del camarín hace tiempo que perdieron gran parte de los dibujos, una representación arquitectónica de los palacios de la Jerusalén celeste con la típica perspectiva barroca y los puntos de fuga algo forzados, que fueron restaurados hace más de veinte años, cuando ya había desaparecido la parte baja y el zócalo inferior, aunque ahora se ven más desdibujados por efecto de la humedad y caben casi dos dedos entre la capa de yeso, cada vez más ahuecada, y la pared.
En la bóveda se observan con claridad los desprendimientos de la pintura y de las molduras que ya se advirtieron hace ocho años y que, el pasado verano, se hicieron patentes con el descubrimiento de trozos de policromía en el suelo y el color blanco del yeso y las huellas de humedad en uno de los lados del techo.
Restaurar todo eso supone un presupuesto inalcanzable para la Cofradía. Pero Borreguero y los demás miembros de la junta rectora no cejan en el empeño. «Es la segunda parte y queremos involucrar a las administraciones, ver si la Junta de Castilla y León puede restaurar las pinturas. Vamos a ir paso a paso, primero que lo vean los técnicos y a ver qué opinan ellos».
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.