LUIS MIGUEL YUSTE BURGOS
Sábado, 18 de abril 2015, 21:49
La plaza de San Martín, junto a la llamada en la actualidad Plaza de Medina del Campo, es uno de los rincones más bonitos y representativos de Segovia. Toma su nombre de la emblemática iglesia de San Martín y está junto a la gran arteria de Segovia que es la calle Real (actualmente dicho tramo de la calle Real posee el nombre de calle Juan Bravo). Lo cierto es que esta zona es conocida popularmente como 'la plaza de las Sirenas'. Pero, ¿de dónde procede este nombre popular?
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En casi todas las guías o libros divulgativos sobre la ciudad de Segovia se alude a que dicho nombre hace referencia a dos bonitas esculturas labradas en mármol por el artista Francisco Bellver colocadas al inicio de las escalinatas de acceso a la plaza de Medina del Campo en el año 1852. Pero lo cierto es que estas esculturas no son sirenas, sino esfinges, es decir, ese ser mitológico con cabeza de mujer y cuerpo de león. Al parecer, en el año 1850, el Ayuntamiento de Segovia encargó a dicho artista la ejecución de dos sirenas, dos farolas y la fuente que hoy está ubicada en lo alto de la plaza de San Martín. No sabemos si es por desconocimiento de lo que era una sirena o más bien en base a una 'licencia creativa' del artista en vez de ejecutar dos sirenas labra dos estupendas esfinges que fueron colocadas donde aún las podemos ver en la actualidad. En mi opinión, lo más probable es que la denominación popular de este rincón de Segovia no proceda de estas esfinges, mal llamadas sirenas. De hecho, es posible que el Ayuntamiento de Segovia, en la citada fecha encargase a Francisco Bellver la labra de unas sirenas para hacer honor al nombre popular de la plaza en un momento en el que una mayoría de la población ya no sabía a ciencia cierta lo que era este ser mitológico. De este modo, posiblemente, el nombre popular de esta plaza venga desde mucho más antiguo, en concreto de la Edad Media, una época en la que prácticamente todos los ciudadanos sabían perfectamente lo que era una sirena.
La sirena es un ser fantástico, híbrido, con origen en la mitología griega: Las famosas sirenas relatadas en 'La Odisea', de las que fue advertido Ulises para no caer en sus hechiceros cantos. Este ser mitológico es que el que hereda en su misma configuración la Edad Media en los llamados Bestiarios, aquellos escritos con la compilación de los diferentes animales, reales y fantásticos, y su identificación con actitudes morales del cristianismo. San Isidoro, en sus Etimologías (XI, 3, 30-31) las describe con total exactitud: «A las sirenas, que eran tres, se las imagina con cuerpo mitad doncella, mitad pájaro, provistas de alas y uñas; una de ellas cantaba con su propia voz, otra con una flauta y la tercera con una lira; arrastraban al naufragio con su canto a los seducidos navegantes. Pero la verdad es que fueron unas meretrices, las cuales arruinaban a quienes se acercaban, y estos se veían en la necesidad de simular el naufragio. Tenían alas y uñas porque el amor vuela y hiere. Se dice que vivían en las olas, porque las olas crearon a Venus». De este modo, la sirena es un ser híbrido con cabeza de mujer -a veces también de hombre- y cuerpo de ave que fue asociado al pecado con un carácter admonitorio. No debemos confundir las sirenas con las nereidas, ninfas protectoras de los mares, hijas de Nereo y Doris, con cabeza femenina y cuerpo de pez. Si bien es cierto que dicha confusión se produjo en la misma Edad Media por una asimilación de la mitología nórdica (existía un ser híbrido marino con similares connotaciones morales que la sirena de la mitología griega), en los bestiarios medievales, a la representación del animal mitad humano mitad pájaro se les denomina sirena, incluso en algunos de ellos, para evitar dicha confusión, se les cita como sirenas-pájaro para distinguirlos las nereidas o sirenas-pez.
¿Dónde tenemos sirenas en la plaza a la que hoy me estoy refiriendo? Obviamente en los capiteles del atrio (o galería porticada) de la iglesia San Martín, donde existen varios y muy bellos ejemplares de sirenas esculpidas (frontales y con las alas explayadas). Por tanto, lo más coherente es que el nombre popular de esta plaza haga referencia a estos capiteles, pues en la Edad Media, como ya he indicado, la población sabía distinguir perfectamente estos seres híbridos esculpidos en sus capiteles, usados con carácter doctrinal y catecúmeno en la iglesia de San Martín.
En la actualidad existe incluso un hotel que mantiene dicho nombre inmemorial de la plaza (incluso su imagen en el interior), contribuyendo de este modo a que el popular nombre de de este enclave de Segovia no desaparezca del recuerdo de sus habitantes.
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