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césar blanco
Sábado, 28 de marzo 2015, 16:38
Lleva 28 años al frente del servicio de Alergología. En este tiempo Isabel Esteban deja entrever la incidencia del cambio climático en la prolongación de la temporada polínica, para desgracia de los alérgicos. Pero también los hábitos de la sociedad o las variables demográficas tienen su influencia en la evolución de las alergias Isabel Esteban sentencia que la polución también suma para acentuar y aumentar los síntomas. En este sentido, puntualiza que «la contaminación de los motores diesel hace que el polen sea más agresivo».
La primera gran conclusión que extrae es que «cada vez hay más alergias y cada vez a más cosas». Es la polisensibilización. Pero además también precisa que a su departamento llegan cada vez «casos más graves», en los que mucho tiene que ver la contaminación y las condiciones ambientales.
Cuando se le pregunta por los alergenos más frecuentes, Esteban destaca la frecuencia de las reacciones a las gramíneas. Pero no son exclusivas. «En los últimos diez o doce años se observa una mayor prevalencia a la arizónica típica de los setos que se plantan entre chalés; también se ven cada vez más casos de alergia al olivo, y aunque Segovia no sea un sitio donde abunden, un alto porcentaje de los que plantan esta especie termina padeciendo síntomas con otras oleaceas, como a los lilos o el fresno».
Esos cambios medioambientales se reflejan también en el incremento de las alergias a la salsola, cuyos casos han crecido conforme ha avanzado el fenómeno de la desertificación, explica la especialista segoviana. Otro factor detectado es la prolongación de la temporada polínica, que contribuye también a esa polisensibilización.
Población pediátrica
Para hacer frente a los procesos alérgicos, Esteban es totalmente partidaria de la inmunoterapia. La responsable de la unidad de Alergología del Hospital General advierte de que «el 50% de las rinoconjuntivitis pueden derivar en asma y el asma tiene una alta morbilidad». «La solución no es quedarse en casa, sino la vacuna, ya que la inmunoterapia está avalada por la Organización Mundial de la Salud», apostilla. Precisamente este organismo universal se hace eco de la eficacia que entraña la vacunación en los niños, sin embargo la población infantil, en general, se vacuna poco.
La especialista del complejo hospitalario añade que hay dos formas de administración de la dosis: la subcutánea, a la que el paciente puede someterse en el propio centro de salud; y la sublengual, que el alérgico puede pincharse en su propia casa. Esteban ha estudiado vacunas para combatir las alergias a determinados cereales, y en concreto a la harina de cebada, a la mostaza, a medicamentos como la amoxicilina, al alpiste o el anisakis.
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