Larga vida al cernícalo primilla

Un equipo del Grupo de Rehabilitación de la Fauna Autóctona y su Hábitat (Grefa), un experto del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC) y un miembro del Colectivo Azálvaro han instalado 21 nuevos nidales en la parte segoviana de la comarca de Campo Azálvaro para favorecer la presencia del cernícalo primilla. En total, la zona cuenta con una veintena de especies de aves rapaces.

La nueva infraestructura terminó de colocarse la semana pasada en el entorno de El Espinar, según precisó a Ical José Aguilera, integrante del Colectivo Azálvaro que ha participado en esta actuación encaminada a avanzar en la protección de este pequeño halcón amenazado a escala mundial.

El cernícalo primilla ha estado ligado históricamente a los caseríos ubicados en la comarca de Campo Azálvaro, en cuyos tejados y aleros hacían sus nidos. Pero el deterioro de buena parte de estas construcciones provocado por el paso del tiempo y el olvido ha hecho que poco a poco la especie desapareciera de muchas de ellas, por lo que se procedió a intervenir para afianzar la colonia con la colocación de nidales.

Aun así, estos pastizales naturales y las prácticas agrícolas, hoy en desuso, así como su histórico aprovechamiento silvopastoral tradicional, sumado a una variabilidad climática como elemento predominante, ha favorecido la creación de una variada y valiosa comunidad de avifauna en el valle, de ahí su designación y clasificación con figuras de protección a nivel estatal e interestatal. Una riqueza ornítica que impulsó su declaración como Zona de Especial Protección para las Aves de Castilla y León (ZEPA) bajo la denominación Campo Azálvaro-Pinares de Peguerinos, incluida en la Red Natura 2000.

Tal y como detallaron fuentes del Colectivo Azálvaro, entidad conservacionista de Segovia sin ánimo de lucro, se trata de una zona de alimentación para una rica comunidad de aves rapaces a lo largo de todo el año. En total se han observado hasta 20 especies diferentes, algunas de las cuales nidifican en el espacio protegido y sus alrededores, como el águila imperial ibérica o el buitre negro, que se alimentan en los pastizales de sus llanuras y en los muladares gestionados por Azálvaro.

Es un área de cría habitual de cernícalo primilla y, de hecho, se registran «importantes concentraciones postnupciales» de esta especie durante el verano gracias a la abundancia de alimento en esa época. No en vano, «en pocos lugares es posible ver tantas y tan diversas especies de rapaces como en Campo Azálvaro», donde «cernícalos primilla, milanos reales o águilas reales, entre otras especies, son comunes», añadieron desde este colectivo.

De especial interés

La instalación de 21 nidales se ha llevado a cabo con la esperanza de restituir una colonia de cernícalo primilla (Falco naumanni) que resulta de especial interés por las características físicas la altitud del enclave en el que se encuentra, una zona de pastizales de montaña situada 1.300 metros por encima el nivel del mar. Esta colonia ha sido seguida durante años por el investigador del MNCN-CSIC Juan Antonio Fargallo, que ha constatado la presencia en temporadas pasadas de más de una quincena de parejas.

No obstante, el deterioro de la infraestructura que lo acogía, junto a la depredación, ha conducido al cernícalo casi a su desaparición, de ahí la citada intervención del equipo del Grefa junto con Aguilera y Fargallo, con la instalación de 21 nidales tipo tinaja para crear «un sustrato de nidificación seguro».

«Queremos agradecer encarecidamente la autorización de los propietarios de la infraestructura para desarrollar dicha actuación de conservación, sin la cual habría sido imposible favorecer la recuperación de esta colonia tan singular», añadió el Colectivo Azálvaro a través de un comunicado. Una actuación que, además, permitirá incrementar la investigación, la educación ambiental y conservar los valores paisajísticos y biodiversos de este espacio tan singular.