Niñas de Carbonero el Mayor bailan durante el certamen.El Norte

Una docena de coros entonan villancicos para fomentar la buena convivencia vecinal

La décima edición del Certamen del Arciprestazgo de Fuentepelayo se ha celebrado en Mozoncillo

el norte

Domingo, 28 de diciembre 2014, 13:26

La iglesia de San Juan Bautista de Mozoncillo acogió el Certamen de Villancicos del Arciprestazgo de Fuentepelayo, una cita que se celebra desde hace diez años, cada vez en un pueblo diferente. De carácter no competitivo, el objetivo es servir de punto de encuentro entre los pueblos de la zona en unas fechas, además, tan importantes para la Iglesia como la Navidad.

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Doce coros, de mayores y niños, fueron subiendo al altar para deleitar al numeroso público que abarrotaba el templo con las canciones que se habían preparado para la ocasión con mucho entusiasmo y dedicación. Sonaron piezas tradicionales y otros villancicos menos conocidos, algunos incluso procedentes de otros países. Tampoco faltaron los bailes. En esta ocasión participaron Carbonero el Mayor, Pinarnegrillo, Navalmanzano, Escarabajosa de Cabezas y Pinillos de Polendos, Lastras de Cuéllar, Cantimpalos, Zarzuela del Pinar, Aldea Real, Escalona del Prado, Fuentepelayo, Aguilafuente y Mozoncillo.

El coro de Carbonero el Mayor fue el encargado de abrir el certamen con la interpretación de Buscando en Belén y Toca el pandero Manuel, en el que cuatro niñas bailaron unos pasos a los pies del altar. Las voces de Pinarnegrillo optaron por Trota, trota mi burrito manso y Venid pastorcillos.

Navalmanzano, con guitarra, botella y hasta rabel, al son de las castañuelas, cantó Luna, lunita cascabelera y Cántale, cántale. Un arcoíris y Venid pastorcillos fueron las piezas elegidas por Cantimpalos, mientras que las voces dulces de los niños y las de los adultos se combinaron en Tutaina tuturumá y Vamos, vamos, vamos, pastorcillos en el turno de Escalona del Prado. Las mujeres de Aldea Real recuperaron el villancico de su infancia Venid pastorcillos y los niños de esta localidad arrancaron el coro de palmas del público con el movido Alegría en Belén, una pieza con baile incluido típica de Mozambique.

Con sonido de zambomba y guitarra, Lastras de Cuéllar puso voz a Borriquita y Madroños al niño. Pequeños y mayores de Escarabajosa de Cabeza y Pinillos de Polendos cantaron juntos Nochebuena, Nochebuena y Suene la pandereta. Gitanos y payos y La buena noche fueron los villancicos escogidos por el coro de Fuentepelayo. Dice Pedrillo y Suene la pandereta, las piezas preparadas para esta ocasión por Zarzuela del Pinar, y Manolito, chiquito y Campanas, ding, dong, las de Aguilafuente.

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El coro anfitrión, Mozoncillo, fue el encargado de cerrar con la interpretación de Dónde será pastores y En Belén no había campanas, acompañado por el sonido del saxofón. Todos los coros y público unieron sus voces al final para entonar Noche de paz antes de degustar un chocolate con bizcochos.

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