Paseo por los belenes de Cuéllar

Mimo, cariño, trabajo, esfuerzo e ilusión son algunos de los denominadores comunes de los dos belenes que se pueden visitar este año en la parroquia de Cuéllar, y que fueron inaugurados hace unos días. Las creaciones se pueden visitar en la iglesia de San Miguel, en concreto en la capilla del Calvario, y en el coro bajo del convento de Santa Clara, por donde el año pasado pasaron 5.000 visitantes, una cifra que se espera superar.

Los nacimientos son fruto del trabajo de poco más de una veintena de miembros de la Asociación de Belenistas de Cuéllar, que durante más de dos meses se ha empleado a fondo en dos creaciones nuevas, novedosas y a la vez muy diferentes, aunque en ambos casos con un resultado espectacular.

El belén de la iglesia de San Miguel se enmarca en el ambiente hebreo de la época de Jesús, con cuatro zonas diferenciadas, en las que se representan el pueblo de Isabel, prima de la Virgen María, el lago zona de pescadores, donde Jesús también realizó su misión; la anunciación a los pastores en zona de montaña, y finalmente Belén, con el nacimiento en el que destacan las figuras del Misterio, con un ángel portando en brazos a Jesús, mientras la Virgen y San José se encuentran recostados.

De esta creación destacan también todos los pequeños detalles, además de un gran juego de iluminación, en el que se puede ver el amanecer, el atardecer y la noche, además de algunas figuras móviles y el constante fluir del agua hasta el lago.

Otra de las novedades de este nacimiento es que tiene un audio, realizado gracias a la colaboración de distintos voluntarios, que han cedido sus voces para contar la historia de Belén. Gracias a todos estos detalles, la recreación permite trasladar al visitante a la época de Jesús gracias a detalles como el audio, la imagen y la luz.

Hasta Egipto

Continuando el recorrido por los belenes que la asociación ha realizado este año llegamos hasta el situado en el convento de Santa Clara, que este año tiene una temática diferente, ya que se trata de un belén egipcio, en el que se recuerda la huida de la Sagrada Familia a ese país ante la amenaza de Herodes, que quería acabar con todos los menores de dos años. Así lo recordó el párroco de la villa, Emilio Calvo, durante la bendición de los belenes.

Este belén se caracteriza en parte por su tamaño, ya que son más de 40 metros cuadrados con arenas, edificios, templos como el de Luxor o Abu Simbel, en el que se refleja la grandeza del imperio y la cultura egipcia, en contraste con la sencillez y humildad del pueblo, representado también en el nacimiento de Jesús, que en este caso ocurre en una haima.

A lo largo de esta creación se pueden conocer siete escenas de los evangelios de la infancia de Jesús, desde la anunciación del Ángel a María hasta la huida a Egipto, pasando por la visita de los Magos a Herodes, el sueño de San José, la anunciación del ángel a los pastores o la matanza de los inocentes.