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virginia gómez
Sábado, 6 de diciembre 2014, 23:49
La de En Construcción es una historia de ida y vuelta, la de una pareja que, creyendo en la salvación del sueño europeo, llega a una España que empieza a recortar derechos y dignidad a sus ciudadanos, muchos de ellos inmigrantes que empiezan a plantearse volver a sus países. La obra, que será presentada hoy en el Juan Bravo, es la primera de Tristán Ulloa (Orleans, 1970) como director teatral. A esta faceta este gallego de adopción ha saltado desde la interpretación como un «paso natural». Como actor, Ulloa es conocido sobre todo por su participación en películas como Lucía y el sexo, Mensaka y Mataharis, que le valieron sendas candidaturas a los Premios Goya. En televisión, sus trabajos más recientes se han visto en las series El tiempo entre costuras y Gran reserva.
Vuelves a Segovia con En Construcción, una obra que se presentó en 2012 en el ciclo Microteatro en La Cárcel como una pieza de pequeño formato. ¿Cómo surgió el paso del micro al macro?
La escena del Microteatro, de solo 15 minutos, tuvo mucho éxito. Nos dimos cuenta de que la historia mantenía una fuerte conexión emocional con el público y que la historia tocaba porque habla de temas como el amor, la inmigración y el desarraigo, así que decidimos desarrollarla y nos propusimos el reto de construir una obra de una hora y media. Además, a nivel micro apetecía contar mucho más de lo que se podía, así que, una vez tuve clara la estructura, lo puse todo en manos de Carolina Román y Nelson Dante (los actores y responsables del texto) para que lo llenasen de carne y palabras.
Precisamente ahora, la inmigración y el desarraigo son temas de gran actualidad.
En realidad, siempre lo han sido, pues España es un país de inmigrantes, y también de emigrantes, aunque parece que lo hemos olvidado. Yo mismo, nacido en Francia, soy producto del exilio.
Salir a otros países se vende ahora como una oportunidad para los jóvenes y son muchos los que se están viendo obligados a emigrar por falta de trabajo. ¿Qué opina de esta paradoja?
La situación ahora mismo la veo bastante mal y me preocupa que no tengamos nada que ofrecer a las nuevas generaciones, a la generación de mi hijo. No sé hacia dónde va el país, pero lo peor es que, en un mundo globalizado como este, ya no hay dónde esconderse. Hemos inventado un sistema que es un monstruo que nos ha devorado. El capitalismo no funciona y me parece un desastre que sean los mercados los que marquen la vida y las directrices en un país. Qué guay el objetivo de déficit, pero mira el resultado: un reguero de cadáveres. Todo está arrasado y va a ser difícil recuperar lo perdido y levantarlo. Me gustaría decir a las nuevas generaciones que se queden, pero no se puede. Además, parece que el que se va se salva, pero no es así, solo unos pocos afortunados encuentran su sitio fuera. El resto, malvive. Todo está muy perjudicado en todas partes.
Entonces, ¿qué nos queda?
Tirar adelante. Yo por eso genero mi propio trabajo y, si hay que vivir al borde de la legalidad y eso se considera ser un antisistema, entonces yo soy un antisistema. Es difícil levantar algo sin ayudas. Yo lo hago poniendo todo de mi bolsillo y, aun llenando la sala, pierdo dinero porque hay que pagar impuestos, altas, sueldos... ¿Y por qué me dedico a esto? Porque creo en la cultura como bien a largo plazo, es decir, como un legado para los demás que perdure en el tiempo. Nosotros no somos millonarios, como la gente cree, seguimos aquí porque creemos en lo que hacemos. Yo sigo porque creo que la labor la puedo amortizar, porque le puede interesar a la gente, y la gira me ha dado la razón.
Dirección teatral
¿Cómo se siente en la faceta de director?
En realidad no me ha supuesto ningún trauma, ha sido un paso muy natural. Es un trabajo de tú a tú en el que para mí todos son compañeros. Para mí la creación es algo colectivo y siempre espero que el que tengo delante sea constructivo y creativo. Ser director es un proceso costoso, algo doloroso porque duelen las trabas, pero es sobre todo muy placentero y satisfactorio, porque te hace sentir congraciado por la devolución que te hace el público.
Y esa satisfacción, ¿le animará a seguir con la dirección teatral?
Precisamente ahora estoy haciendo las sesiones de fotos del próximo espectáculo, que lleva el nombre de mi compañía, Adentro. Está coproducido con el Centro Dramático Nacional y se podrá ver en abril en el teatro María Guerrero de Madrid.
¿Y cómo actor? ¿Algo a la vista?
En teatro estamos ensayando El invernadero, la obra de Harold Pinter, que está dirigida por Mario Gas e interpretada por actores como Gonzalo de Castro y Natalie Poza. Estrenaremos el 16 de enero en Avilés y en febrero en La Abadía.
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