ana nuin
Viernes, 28 de noviembre 2014, 10:59
«Hoy tengo un debate intenso en mí. Por una parte, me he desvivido por defender los intereses de la ciudad de Segovia, con la mejor de mis intenciones y siempre con plena capacidad y, por otra, el aguantar humillaciones de compañeros de la Corporación en el desempeño de mis funciones, Pero el colmo ha sido la gestión del pabellón del Peñascal, donde he defendido los intereses de la ciudad lo mejor que he podido y sabido. Como no me he sentido respaldado, hoy presento mi dimisión de este equipo de gobierno». Con este mensaje en su perfil de Facebook, el concejal de Deportes, Javier Arranz, ha anunciado que abandona la bancada socialista en el Ayuntamiento de Segovia para pasarse al grupo mixto.
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Arranz, representante del Ayuntamiento de Segovia en la comisión de seguimiento de las obras, salió de la última reunión, celebrada el pasado día 21, indignado por los nuevos plazos para la conclusión de las obras, que en el mejor de los casos estará lista en septiembre de 2015. «Después de muchos dimes y diretes, de cinco años de retraso, resulta que todavía hay que esperar un año o dos para que el pabellón esté construido, cuando se había hablado de febrero o marzo», recordó Arranz, quien dijo sentirse «engañado y decepcionado por la Junta, no tengo ya ningún tipo de confianza en lo que dicen». En ese momento, el concejal afirmó que «dado que la Junta ha demostrado su nula capacidad para resolver este asunto después de cinco años», la mejor solución sería que el Ayuntamiento retome el expediente y se encargue de culminar el proceso de contratación. «Seguro que es capaz de hacerlo mejor, porque hacerlo peor es imposible». Sin embargo, la alcaldesa, Clara Luquero, ha descartado esa posibilidad, lo que ha provocado que el todavía concejal de Deportes anuncie su abandono del equipo de gobierno.
Ya el pasado agosto, la alcaldesa de Segovia se vio obligada a apaciguar ánimos ante las turbulentas relaciones entre algunos miembros de su equipo de Gobierno. Tema «zanjado», señaló entonces Clara Luquero. «En todo grupo humano hay malos entendidos y a veces hay faltas de comunicación», admitió la regidora al referirse a la tensión que protagonizaron la alcaldesa en funciones, Claudia de Santos, y el edil de Deportes, Javier Arranz.
La mecha la detonaron la paralización de las obras del pabellón del colegio Peñascal y el consiguiente doble ultimátum que lanzó el concejal a la Junta de Castilla y León para que solucionara y explicara la situación de unos trabajos incumplidos. Primero, dio un plazo de siete días para que la Administración regional aclarara lo sucedido y facilitara una salida a un callejón ciego en el que el proyecto parecía haberse encallado. Luego, añadió que si en noviembre las instalaciones no estaban concluidas, se pedirían responsabilidades e indemnizaciones a la Junta por los daños ocasionados al Consistorio en una obra que cofinancian las arcas municipales. Incluso advirtió que se sumaría a las movilizaciones que emprendieran las familias y vecinos.
Luquero suavizó los mensajes y desmintió que hubiera habido una desautorización en el seno de su equipo. Sí que explicó que Arranz «ha sido mucho más reivindicativo, mientras que la alcaldesa en funciones se mostró más comedida y con un tono más institucional». De esta forma, la alcaldesa justificó y exculpó a uno y otra, al mismo que reivindicó el afán de ambos, cada uno a su manera, de defender los intereses de la ciudad. Tres meses después, Javier Arranz ha dimitido por considerar que vuelve a ser desautorizado.
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