La mitad de los parados segovianos sobreviven sin ninguna prestación

Suman 5.026. Son personas en desempleo que han agotado todo tipo de prestaciones. No cobran ya paro, ni subsidio, ni Renta Activa de Inserción (RAI). Su perfil responde al de un hombre de entre 50 y 60 años, trabajador de la construcción o el metal y víctima de un expediente de regulación de empleo hace entre tres y cuatro años.

El responsable provincial de la Federación de Servicios Públicos de UGT, Miguel Ángel Mateo, alertó ayer de la gravedad de esta situación, que afecta a casi la mitad de los parados de Segovia. «Esta es una ciudad muy pequeña y a la gente le preocupa el qué dirán, hay familias que lo están pasando francamente mal pero no están yendo a lugares como el comedor social porque tienen vergüenza», lamentó.

Según los datos del Ministerio de Empleo correspondientes al mes de agosto, 5.732 de los 10.758 parados segovianos cobran una prestación. De ellos, el 55% se benefician de la prestación por desempleo y el 35% del subsidio. Además, casi el 9% perciben 426 euros procedentes de la RAI. Son 495 personas con especiales dificultades para acceder al mercado laboral y en condiciones económicas y sociales desfavorecidas, una situación que es, para muchos, la antesala a la pérdida por completo de cualquier derecho a una ayuda. Solo en Segovia son más de 5.000 los que la padecen, y más de 100.000 en Castilla y León. En toda España, superan la cifra de 1,9 millones.

La radiografía es desoladora para los sindicatos, que culpan a la reforma laboral y la devaluación de los salarios del desaguisado en el mercado de trabajo y los niveles de consumo. Si no hay empleo y los sueldos son cada vez más bajos, advierten, la ciudadanía difícilmente va a contribuir a impulsar la demanda de bienes y servicios, lo que en un territorio como Segovia, que se nutre en gran parte del sector servicios y el comercio, supone cierre de negocios y despidos.

Tanto UGT como CCOO han reaccionado frente a este panorama y han lanzado una campaña a nivel nacional para reivindicar el sueldo digno, la protección social y el empleo con derechos. Pretenden recorrer instituciones, medios de comunicación y centros educativos para abrir espacios para la reflexión y el debate y explicar las razones por las que hay que dar un giro en la dinámica de rebaja de salarios. A su juicio, recuperar el poder adquisitivo es la clave para salir de la crisis.

Miguel Ángel Mateo recriminó que, ante la imposibilidad de devaluar la moneda, se ha optado por depreciar los sueldos con el objetivo de ganar competitividad, aunque aseguró que frente a esa intención lo único que se ha conseguido es que el consumo interno se retraiga y que avance la pobreza.

Según subrayó el secretario provincial de CCOO en Segovia, José Antonio López Murillo, las retribuciones han caído una media de un 11% desde 2009 en la región, que se sitúa como la comunidad española donde más se han reducido los salarios. Mientras, desde el inicio de la crisis la demanda interna ha disminuido en un 15% y no se atisban signos de recuperación. «La gente ha perdido esa capacidad de compra y, si no se empieza a recuperar, va a ser complicado salir de esa tesitura en la que nos encontramos», insistió.

Los sindicatos siempre han defendido que los salarios no son los responsables de la crisis económica, pues los datos demuestran que los costes laborales unitarios en España están por debajo de la media de los países del entorno. «La competitividad se ha perdido por otras causas, no por los costes salariales», incidió López Murillo, quien recordó que es el modelo económico y la tecnología aplicada lo que contribuye a hacer empresas y mercados más competitivos.

Las organizaciones sindicales informaron ayer, por otra parte, de que se reunirán con la Diputación y el Ayuntamiento para incentivar en Segovia el Diálogo Social. Mateo explicó que aprovecharán los encuentros para intentar marcar las líneas estratégicas de las contrataciones de desempleados que se prevén gracias a fondos de la Unión Europea, que según puntualizó deben destinarse prioritariamente a los sectores de la hostelería y la construcción, ambos «muy castigados» por la crisis.