Un centenar de socios de La Colodra surcan los Arribes del Duero a bordo del crucero ambiental

Más de un centenar de miembros de la Asociación Cultural Provincial La Colodra, con sede en Casla, realizaron el pasado fin de semana una excursión a los Arribes del Duero, en la que realizaron un crucero ambiental por a bordo del navío aula de la Estación Biológica Internacional Douro-Duero.

Los excursionistas se desplazaron desde Casla hasta Madrid para continuar hasta Miranda do Douro, donde degustaron una típica y sabrosa comida portuguesa, consistente en bacalao dourado y ternera mirandesa. Después, y con un tiempo espléndido, se dirigieron al barco para realizar un recorrido de dos horas de duración, en el que pudieron observar todas las peculiaridades del parque, que atesora numerosas especies de pájaros y plantas.

La navegación se realiza entre acantilados y aguas internacionales donde se puede visualizar el paisaje, la fauna y la flora autóctona zamorana. Los acantilados de granito que se observan durante toda la navegación configuran un cañón con alturas superiores a los 300 metros y su paisaje espectacular ha conseguido que expertos en materia medioambiental hayan solicitado su declaración como Patrimonio de la Humanidad.

Atractivo turístico

El Parque Natural Portugués do Douro Internacional se creó en el año 1998, pero no fue hasta el 2002 cuando se aprobó por parte española el Parque Natural de los Arribes del Duero. Este crucero ambiental constituye uno de los mayores atractivos turísticos de la comunidad, ya que ofrece «inmensas posibilidades ecoturísticas».

El crucero ambiental dispone de una embarcación de 120 plazas con motores ecológicos insonorizados e incluye al final de cada viaje una degustación de vinos de Oporto y una exhibición didáctica con un búho real de la que disfrutaron los miembros de la Asociación Cultural Provincial La Colodra.

Una vez finalizada, pasearon y realizaron compras por el precioso enclave portugués. Sobre las siete de la tarde se dirigieron a Zamora y dedicaron la noche a pasear y degustar los ricos vinos y tapas.

El domingo por la mañana, los excursionistas tuvieron oportunidad de descubrir, acompañados por una guía, la riqueza patrimonial de Zamora, ciudad con la mayor concentración de románico en un espacio de apenas cuatro kilómetros.