Pendientes del socio número 144

«Estaba viendo el informativo en televisión y de repente apareció el rótulo con el nombre Jorge de Miguel. Le dije a mi marido: 'Mira, es el nombre del procurador madrileño que tenemos en la asociación'». A partir de ese momento, la presidenta de Clásicos de Segovia, Isabel San Lorenzo removió Roma con Santiago hasta comprobar que, efectivamente, la identidad de uno de los dos españoles desaparecidos en Indonesia tras el naufragio de un crucero turístico corresponde a la del socio número 144 del colectivo que dirige.

Después de un intento de llamada sin éxito, relata, «vi que la última vez que usó el 'whatsapp' fue el pasado 14 de agosto y, como no tengo el teléfono de ningún familiar suyo, llamé a un socio de Collado Villalba que también le conoce. Él no sabía nada, pero se acercó al taller donde Jorge suele llevar a arreglar el coche y allí le dijeron que estaba de vacaciones en Indonesia».

Desde entonces, Isabel San Lorenzo vive pendiente de las noticias sobre las tareas de búsqueda de Jorge de Miguel y Víctor García, que se reanudaron el lunes después de haber sido suspendidas el pasado sábado, siete días después de rastrear la zona del naufragio en torno a la isla de Sumbawa.

El barco turístico con 25 personas a bordo zarpó el 14 de agosto de la isla de Lombok para la de Komodo, dos populares destinos turísticos del país, pero se hundió la madrugada del 16 cerca de Sumbawa. La embarcación de madera carecía de radio o sistema de GPS, por lo que no pudo emitir una alerta, aunque contaba con chalecos salvavidas. Una parte de los náufragos se agarraron al bote salvavidas con capacidad para solo cuatro personas y otro grupo trató de nadar hacia Sangeang, informó Efe. Entre el sábado y el domingo fueron rescatados 23 náufragos incluidos los españoles Rafael Martínez y María Pallol, que ya han regresado por barcos que pasaban por la zona.

San Lorenzo define a Jorge de Miguel como «una persona que, a la vez que es muy agradable y simpática, es también reservada. No tiene mucha relación con el resto de los socios, porque cuando viene a las concentraciones suele hacerlo acompañado de algún amigo o amiga, pero con mi marido y conmigo, que estamos en la directiva, sí tiene contacto».

Hace tres meses

La última vez que se vieron fue hace tres meses, cuando el socio madrileño acudió a la concentración organizada el pasado 13 de mayo en Madrona, en la que se realizó una ruta por varias iglesias de la provincia. «Estuvo comiendo con nosotros y me encargó una camiseta y un polar rojos con el logo de la asociación. Tenía previsto venir a recogerlos en julio, con motivo de la celebración de San Cristóbal, pero al final no pudo venir».

Jorge de Miguel, que suele acudir a los encuentros de clásicos con un BMW rojo, figura como socio 144 de una agrupación que en la actualidad cuenta con 160 miembros, muchos de ellos de provincias cercanas, como Madrid, Ávila y Salamanca.

El colectivo se formó en noviembre de 2008, cuando un grupo de aficionados decidieron crear un club que pudiera dar cabida a todo tipo de clásicos con más de 25 años, ya que hasta ese momento existían agrupaciones monomarcas, que solo admitían vehículos de una marca o modelo específico.