Sergio Dalma jalea el chupinazo y Javi Guerra oficia el pregón del sacrificio

El sabio refranero dice que de bien nacido es ser agradecido. Y Javi Guerra ha demostrado tener buena cuna. Y también algo sumamente difícil, que es ser profeta en su tierra. Segovia le quiere y el ama Segovia, «cuyo buen nombre llevo y llevaré orgulloso allá donde vaya con el único interés de aportar todo lo que sea positivo para nuestra ciudad y tierra». La próxima cita en la que tendrá esta ocasión será en la ciudad suiza de Zurich, el 17 de agosto, en el Campeonato de Europa de Maratón que correrá en un nuevo reto que califica de «ilusionante».

El atleta ha oficiado un pregón inaugural de las Ferias y Fiestas de San Juan y San Pedro cargado de emotividad, de recuerdos (a pesar de su juventud) y de valores. El sacrificio, el afán de superación ante las adversidades y las zancadillas que pone la vida, la familia, la convivencia, una vida sana inspirada en la práctica deportiva «para ser mejor persona»... En definitiva, una lección vital pregonada ante miles de segovianos deseosos de escuchar el pistoletazo de salida -o mejor dicho, el chupinazo- con el que da comienzo la carrera de la algarabía y el jolgorio.

Guerra ha devuelto desde el escenario su «absoluta gratitud» al pueblo segoviano que desde niño le ha apoyado. Ha tenido palabras sentidas para su padre, Paco Guerra, al que desde los 12 años ha querido emular. También para su familia cuando, en plena adolescencia, le brindó su apoyo incondicional cuando se topó con las «dificultades que para un chaval de mi edad suponía entrenar, competir y renunciar a lo que mis amigos hacían como chicos normales que se podían divertir y trasnochar».

El campeón segoviano ha aprovechado el pregón para hacer una llamada a los jóvenes y niños, a los que ha animado a practicar deporte, cualquier modalidad vale, «y no como una obligación, sino como un complemento básico y fundamenal para su formación como personas equilibradas».

Proclamación

Antes de que Javi Guerra hiciera este alegato y alentara a la multitud que poco a poco se ha agolpado a los pies del Acueducto, la tradición ha mandado. Los miembros de la corporación local han acompañado al escenario a las damas y la Alcaldesa de las Ferias y Fiestas para su proclamación. La regidora saliente, Fátima Barbao, ha hecho con lágrimas en los ojos el traspaso de la montera y del bastón de mando a Verónica Robledo, representante del barrio de Santa Eulalia.

Pero la explosión festiva ha llegado después de los vivas del pregonero. La alcaldesa de Segovia, Clara Luquero, ha debutado sin problemas en el prendido de la mecha del cohete que se ha alzado al cielo de la ciudad para hacer retumbar el chupinazo con el que se ha dado el pistoletazo de salida a las fiestas de la capital.

Luego, el firmamento se ha coloreado con los chispazos rotundos y sonoros del castillo de fuegos artificiales que ha anunciado el primer concierto del ciclo.

Bailando pegados

Y ahí la algarabía sí que ha estallado a ras de suelo. Sergio Dalma inicia en Segovia su gira que le llevará por la piel de toro tras su éxito en Argentina. El artista ha querido saltarse la dieta y degustar el afamado cochinillo de Cándido. Y hasta se ha animado a trincharlo al estilo más tradicional con la tirada del plato.

El manjar le ha cargado las pilas y ha arrancado el concierto conuna carrera por el escenario entre los vítores, aplausos, piropos de las admiradoras. Algunas han llegado incluso de fuera de Segovia para disfrutar de la primera escala de la gira 'Cadore'. Dalma ha tardado dos canciones en jalear a un público que ya estaba entregado a su voz ronca: «¡vamos Segovia, ya estamos en verano!». Ha agradecido el cariño de la ciudad, de los forasteros que se han trasladado solo para verle y ha prometido hacer saltar a la gente «en un marco incomparable».