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Jueves, 22 de mayo 2014, 17:26
Ese agujero más hecho en el cinturón para contener los dispendios municipales ha tenido su efecto. Es cierto que las cuentas estarán más apretadas, los gastos más comedidos y las inversiones más restringidas; pero al fin y al cabo los ayuntamientos se sienten un poco más saneados. Su contabilidad respira más aliviada, tampoco mucho más porque la lupa del Ministerio de Hacienda está encima. Saben que los sacrificios han de continuar, al menos a medio plazo. Han tenido que diseñar su propia ingeniería financiera, cortar de aquí, subir de allá... y confeccionar un traje a medida de la ley de estabilidad que penaliza la tentación de un despilfarro desmelenado por encima de las ya mermadas posibilidades económicas. El margen de maniobra se ha visto coartado y aquellos macroproyectos faraónicos se han guardado en el cajón. Los alcaldes miran más el dinero. Toca priorizar y garantizar los servicios esenciales.
La teoría, además de conocida, es obligatoria. Y la práctica poco a poco da los resultados deseados para que esos número rojos sean menos colorados y sonrojantes. Algunos ayuntamientos han conseguido enjugar la deuda hasta dejar el saldo negativo a cero. En la provincia, 142 de los 209 municipios que componen el mapa político segoviano terminaron el año pasado sin deuda viva. Es decir, dos de cada tres cerraron el ejercicio 2013 sin créditos pendientes de abono con cajas y bancos por antiguos préstamos concedidos.
58,2 millones y a la baja
En conjunto, los consistorios segovianos dejaron a deber al término del curso pasado 58,2 millones de euros, según los datos hechos públicos por el Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas. Son 2,5 millones menos que la deuda que acumularon al acabar 2012.
La lógica de los números impera y son los municipios con los censos más poblados los que presentan las mayores deudas en términos absolutos. La capital segoviana, con más de 21 millones de euros, está a la cabeza. Obvio. Sin embargo, hay otros consistorios más endeudados si se mide y distribuye esa rémora financiera por habitante. Bajo esta premisa mucho más próxima y tocante a la realidad económica de cada localidad, el pueblo peor parado de la lista elaborada por Hacienda es Maderuelo, que con apenas 115 habitantes arrastra un endeudamiento de unos 300.000 euros, lo que equivale a que cada vecino debería pagar una media de 2.608 euros para sanear las cuentas municipales.
Le sigue el Ayuntamiento de Samboal, que con unos 780.000 euros en negativo por créditos y préstamos arroja una deuda por habitante que asciende a 1.592 euros. El tercero en el 'ranking' es el Real Sitio de San Ildefonso, uno de los grandes padrones de la provincia salvando el de la capital, Cuéllar y El Espinar. El Consistorio granjeño acumula la segunda deuda más cuantiosa del territorio segoviano, con 8,4 millones (1.520 euros por vecino). Luego se sitúan Valseca, Santa María la Real de Nieva y completan ese vagón de cabeza de entidades locales con los números rojos más elevados por habitante Palazuelos de Eresma (4,8 millones en total y 1.024 por residente) y Cantalejo (3,6 millones de débito vivo, o lo que es lo mismo, casi 927 por habitante).
Por su parte, la deuda que soportan las arcas municipales de Cuéllar asciende a algo más de 4,7 millones de euros. Esto se debe, en gran parte, al préstamo hipotecario de 1,6 millones por el complejo de Niñas Huérfanas, patrimonio municipal que consta de 24 viviendas y 67 plazas de garaje. A ello hay que sumar un crédito ordinario que en la actualidad asciende a unos 700.000 euros, por lo que el edificio acarrea una deuda municipal de unos 2,3 millones de euros. Además, hay que añadir 300.000 euros de la cuenta de tesorería, que, según afirma el alcalde, Jesús García, quedará liquidada a final de este mismo ejercicio.
El resto corresponde al débito a largo plazo solicitado para la ejecución de inversiones y cuya amortización se hace año tras año. El Ayuntamiento de Cuéllar viene amortizando en los últimos cuatro años en torno a 700.000 euros, informa Mónica Rico.
Municipios
El saneamiento de las cuentas municipales llevó al Ejecutivo central a mejorar la semana pasada las condiciones de financiación de las entidades locales que se habían acogido al plan de pago a proveedores. Además de reducir en 140 puntos básicos la primera fase del fondo, se amplió en diez años el plazo de devolución para los municipios con mayores problemas. La reducción de los tipos de interés se extendió también a las comunidades autónomas, lo que supondrá un ahorro de 980 millones aproximadamente.
Jaime Pérez, alcalde de Santa María la Real de Nieva: «Ahora tardamos menos de un mes en pagar los servicios contratados»
«Cogimos un Ayuntamiento con 1,6 millones de euros, una barbaridad para un presupuesto que no llega al millón. En los dos primeros años de mandato logramos reducirla entre un 20% y un 25% y ahora la deuda es cerca de un 30% menor». Así, con números, el alcalde de Santa María la Real de Nieva, Jaime Pérez (PP), defiende la gestión contable de este mandato para intentar recortar los números rojos del Consistorio. Una tarea nada fácil debido a «la complejidad de una estructura que genera pérdidas. Tenemos catorce núcleos de población que es muy difícil de mantener». A veces los sacrificios no son populares, pero «la mayoría de la gente lo ha terminado asumiendo». Pérez recuerda que la primera decisión que se adoptó para ajustar la contabilidad fue reducir a la mitad el presupuesto de fiestas. «Fue duro porque hay gente que se negó drásticamente. También se pasó de tener dos días de toros a uno».
Pérez detalla la fórmula para enjugar el endeudamiento: «contener el gasto y mejorar los ingresos mejorando y revisando el cobro de tributos como el IBI. Ahora se escapa menos gente de pagar».
Julio César Aguado, alcalde de Valseca: «Vamos amortizando no haciendo inversiones y subiendo alguna tasa»
Antes de todo, el alcalde de Valseca, Julio César Aguado (PP), duda de las cifras que da el Ministerio de Hacienda sobre la deuda viva del municipio. Según el departamento de Montoro, esos números rojos ascienden a 351.000 euros. El regidor calcula que la situación es aún peor y haciendo unas cuentas rápidas la eleva a unos 700.000 u 800.000 euros. «Habrá que preguntarse en base a qué el Ministerio publica esa cifra», cuestiona el regidor. El plan de pago a proveedores permitió saldar algunas facturas pendientes. Pero Aguado fía la amortización total «a largo plazo». «Hay que seguir sacrificándose.
De momento vamos amortizando y pagando intereses en función de no hacer inversiones y subir algún gravamen». Es decir, aplicar la constricción de gasto y la búsqueda de más ingresos, aunque no siempre sea del agrado del pueblo. Es consciente de que esos esfuerzos que se piden no son populares, pero cuando su equipo llegó al Ayuntamiento «todo eran trampas» y achaca buena parte de la precariedad de la contabilidad municipal a la herencia del anterior gobierno local.
Inés Escudero, alcaldesa de Cantimpalos: «Se trata de no gastar más de lo que tenemos, como hacemos en casa»
Inés Escudero (PP) ocupa la Alcaldía de Cantimpalos desde 2007. Igual que ha habido legados envenenados, ella agradece la recepción de una herencia financiera sin deudas. Recuerda que en 2009 se juntaron tres intervenciones (en la propia Casa Consistorial, el depósito y calles) que se pudieron acometer gracias a las subvenciones de la Diputación y de la Junta. Esta ayuda hizo que el Ayuntamiento no tuviera que condenarse con gastos excesivos. «Tampoco hemos hecho obras faraónicas, como piscinas o pabellones que se han construido en otros sitios; hemos acometido obras pequeñas y asumibles», precisa la regidora. Ese ejercicio de realismo no quita que le hubiera gustado hacer más.
Como en otros Ayuntamientos, la tijera al gasto se ha centrado en el programa de fiestas para «respetar los servicios esenciales». «Entre 2008 y 2012 se redujo en 30.000 euros», apostilla Escudero como ejemplo de «buena gestión», quien agradece la comprensión de los vecinos. El secreto de una deuda viva nula es «ser conscientes de no gastar más de lo que tenemos, como haríamos en nuestra casa».
Pablo Ángel Torrego, alcalde de Navalmanzano«Hemos optimizado servicios y ahorrado en alumbrado o dietas»
Navalmanzano es uno de los 142 municipios de Segovia ue cerraron el año pasado sin deuda viva. Un logro más valioso aún si se tiene en cuenta el padrón de una localidad que roza los 1.200 habitantes. La inmensa mayoría de los consistorios de la provincia que están sin endeudamiento con los bancos y cajas no llegan a los 500 residentes. Es más, 61 de esos censos no llegan al centenar de vecinos. El alcalde, Pablo Ángel Torrego (Independiente por el PSOE), justifica el cero en el capítulo contable de la deuda viva en «tener una buena herencia» de los gestores anteriores. La teoría a aplicar es la ya sabida: reducir las inversiones y priorizar. En Navalmanzano también tuvieron que prescindir de los festejos taurinos en favor de otras actuaciones más imperiosas, como la tercera fase del pabellón. Torrego también aboga por «optimizar y maximizar los servicios, como la guardería o la biblioteca». Entre las medidas adoptadas, cita el nuevo sistema de alumbrado que ha servido para ahorrar unos 6.000 euros; o suprimir las dietas por asistencia a plenos a los concejales, que ha dejado en las arcas unos 4.000 euros.
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