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REDACCIÓN / WORD
SALAMANCA
Martes, 17 de diciembre 2019, 17:57
El rector de la Universidad de Salamanca, Ricardo Rivero, y la alcaldesa del Ayuntamiento de Béjar, Elena Martín, suscribiern ayer en la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Industrial un convenio de colaboración cultural por el cual la ciudad acogerá una exposición sobre Miguel de Unamuno y el espectáculo teatral 'Siempre pícaros', producido por la Oficina del VIII Centenario de la USAL y realizado por la Compañía Garufa Teatro, que será presentada en elTeatro Cervantes el 24 de enero, según informó ayer la Universidad.
La muestra 'Unamuno y Béjar', que podrá visitarse en el Centro Municipal de Cultura San Francisco hasta el 12 de abril, aborda a través de textos y fotografías la relación y vinculación entre el exrector y la ciudad textil. A través de los diferentes paneles se recoge la labor literaria de Miguel de Unamuno, por medio de textos escritos por él mismo que muestran su faceta más pública, poemas y elogios que dedica a los habitantes de la comarca bejarana, fotografías que le retratan en su vida privada y un tributo realizado por distintos artistas que están ligados a su figura.
Por tanto, la exposición quiere ilustrar el paso del escritor por la localidad de Béjar y por los pueblos de su entorno, que comenzó en 1900 cuando, tras conseguir la Cátedra de Griego, fue nombrado por primera vez rector de la Universidad de Salamanca, cargo que desempeñaría en otras dos ocasiones, según explica su comisario y técnico de la USAL, José Antonio Sánchez Paso.
«En esos primeros años del siglo XX, Unamuno ya era un personaje público preocupado por todo lo político, lo social, lo educativo y lo literario, que escribía de forma habitual en los periódicos y revistas del momento y comenzaba a tener una obra literaria, cuya voz era reconocida y respetada en Salamanca, en la provincia y en España. Todo ello iría a más en los treinta y seis años siguientes, hasta convertirlo en el primer intelectual español, cuya vigencia sigue viva hoy como ninguna otra de los integrantes de la Generación del 98 de la que formó parte», subrayó Sánchez Paso.
Según se resalta en la colección, Béjar era en aquellos años una pujante ciudad industrial de 10.000 habitantes, con un fuerte movimiento obrero y una alta conflictividad laboral, una burguesía textil en plena expansión y una elite intelectual liberal y progresista que introdujo los mejores avances en educación, sanidad, reglamentación urbana y cultura; una ciudad, en definitiva, que venía siendo desde la Revolución de 1868 un foco de atención constante en la política y la sociedad nacional.
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