Unionistas golea al Calahorra y llega con vida por el 'play-off' de ascenso a la jornada final

Más allá de la importancia de partido, el día había estado marcado por la decisión clave para el futuro de Unionistas que habían adoptado los socios del club en la Asamblea Extraordinaria de aprobar la triple fórmula de financiación ofrecida por la directiva para poder comprar el césped natural para el Reina Sofía que permite jugar al club la próxima campaña en la Primera RFEF.

El choque era el último en casa de la Liga regular para Unionistas y las gradas del Reina fueron una fiesta desde el minuto 1, todo acompañado por una gran entrada de 4.779 espectadores -récord histórico de la instalación- con entradas muy asequibles para favorecer que los jugadores se vieran plenamente arropados.

Y ese empuje se tradujo en que en apenas 15 segundos -sí solo 15 segundos- se adelantaran los de Luis Ayllón. Sacó de fondo, colgó a la derecha, el centro lo puso Manu Sánchez, la mató con el pecho Espina y Jesús de Miguel la cazó en el segundo palo para mandarla a gol. Increíble. En ese instante Unionistas ocupaba la ansiada quinta plaza.

El tanto, lejos de tranquilizar los ánimos locales, puso nervioso a Unionistas. Hubo que esperar hasta los 13 minutos para el primer acercamiento del Calahorra a las inmediaciones de un Salva que no pasó apuros la primera media hora de juego. Y no porque no lo intentarán los riojanos, que exhibieron un buen pie, con el cuero circulando por el piso con criterio y hasta rapidez. En el 21 Salva tuvo que mandar forzado a córner en el primer palo un centro de Madrazo que se complicó tras tocar en los pies de Manu Sánchez.

Pero a partir de ahí el choque solo tuvo un color. Le entró miedo a Unionistas y el Calahorra se hizo con el control absoluto del esférico ante un rival sobrepasado. Y la mejor ocasión visitante, no sin polémica, casi terminó en el empate. Fue con un remate de Madrazo forzado tras ser prolongado por un compañero que Salva sacó bajo palos con los riojanos reclamando que había entrado la pelota por completo en el fondo de la portería. Paradón del meta unionista.

De ahí al descanso lo más destacable fueron los gritos de parte de la afición contra el alcalde de Salamanca: «Carbayo paga la hierba», le gritaron tras verse el club obligado a costearse el cambio de verde para seguir compitiendo.

El pitido final del colegiado fue un alivio para los charros mientras los truenos aventuraban una posible tormenta en la segunda parte. Eso sí, con los resultados que se estaban dando al descanso en la jornada (el Zamora empataba en casa del Rayo Majadahonda y también empataban entre UD Logroñés y Badajoz), los charros estaban en play-off.

El guión del partido se volvió a repetir en la segunda parte porque nada más arrancar Jesús de Miguel convirtió el 2-0 en una veloz contra que condujo Íñigo Muñoz, Salinas la puso atrás y el punta, desde la frontal del área se sacó un certero disparo junto a la base del palo para convertir el segundo del partido elevando así la cifra particular de sus goles hasta los 12 tantos. Y está renovado por dos campañas.

La segunda parte ya fue mucho más entretenida para el espectadores. Un toma y daca continuo de dos equipos buscando la portería rival que con dos o tres pasas se plantaba en el área del oponente y con ambos metas teniendo que atajar peligros centros al área. Ayllón empezó a refrescar al equipo con Mier y Nespral por Manu Sánchez y Mandi. Pero por entonces, el tanto de la UD Logroñés sacaba a Unionistas del play-off. Poco después también marcó el segundo el Majadahonda ante el Zamora.

Unionistas pudo incluso elevar su marcador a la goleada en el 74 con los dos técnicos rompiendo el ritmo con los constantes cambios. Fue a través de una internada por la derecha de Jorge Mier con el ovetense sacándose un escorado y duro chut que entre el meta y el palo impidieron que entrara; luego el cuero le cayó al goleador De Miguel y su chut lo repelió un defensa bajo palos y a la tercera tampoco pudo culminar Cortina. La grada del Reina era una fiesta jaleando a su equipo, especialmente en la grada de animación.

El choque concluyó con un lejano chut del 18 que pasó muy cerca de la grada, con parte de los aficionados marchándose antes del pitido final por la tormenta y con otra parte cantando «en En Coruña, la vamos a liar» mientras en la prolongación el capitán Carlos de la Nava, que entró en el 86, fallaba primero un mano a mano por entretenerse y en el córner posterior ya no perdonaba a puerta vacía y anotaba su primer gol de una temporada sin suerte de cara al gol, y cerraba así el choque con el 3-0 definitivo.