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Los testimonios de los corresponsales: «era como un enorme brasero»

Paula Hernández Alejandro

SALAMANCA

Jueves, 22 de noviembre 2018, 12:54

La visión-versión de la prensa nacional (¿acaso no se edita en la capital del Estado y su influencia no repara en fronteras?) aporta algunos matices, complementarios, que no pueden dejarse en el olvido. Así, el Sol –ofrece la información más extensa y detallada– fija la hora exacta de la detección del incendio: las 8:30 de la mañana. Lo mismo apuntan ABC, Imparcial y La Libertad. El primero habla de una mañana «de densa niebla», circunstancia que pudo retrasar el descubrimiento del fuego. Su origen se sitúa en el hollín de una chimenea o en una chispa proveniente de las estufas. (La calefacción se componía de tales aparatos y braseros). La jornada lectiva se había iniciado con normalidad. Nada extraño a la vista. La profesora Luisa Marcos impartía la clase de Pedagogía a 56 alumnas. En otra sala, Fernando Felipe explicaba la asignatura de francés a 76 educandas. Esto es: asistían 134 futuras maestras, las que se hallaban en el edificio. «Todas abandonaron rápidamente los locales, y dejaron los libros, los sombreros y los abrigos». Sin pensarlo mucho. A cuerpo. Aquello fue «una fuga precipitada».

La evaluación de las pérdidas aproximaba a ABC y El Sol. Para el primero, 400.00 o 500.000 pesetas; para el segundo, «pasan de las 400.000». La Libertad no se va lejos: calcula 500.000. Y todos coinciden en «la gran confusión de los trabajos de salvamento». El corresponsal de El Sol utiliza uno de esos «Se cuenta…», escudo para salvaguardar la credibilidad. Es que «cuando una vecina de la calle de la Magdalena avisó en la portería de la Normal que salía un humo sospechoso no dieron importancia a su advertencia». El Imparcial, por su parte, relata que «se dio aviso a los porteros de la Normal, y éstos pudieron comprobar que las llamas habían prendido ya en varias habitaciones, y que se propagaba con enorme rapidez a los cuartos próximos, constituyendo una inmensa hoguera». Tan grande que después se hablará del «enorme brasero». Los bomberos se retiran a las 6:30 de la tarde, aunque un retén permanece de guardia. El periodista de 'El Sol 'entra en el patio del edificio, una vez sofocado el incendio. Y ve esto: «quedan en pie las paredes maestras, que son de cantería. También se conserva la techumbre del piso bajo, a pesar de que descansan sobre ella los restos humeantes del tejado». Es su testimonio notarial.

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