Salamanca sigue avanzando hacia la fase 1 con seis nuevas zonas que ven el paso como «un reconocimiento al mundo rural»

Para cuatro de estas zonas, además, supone la confirmación de un anhelo que ya estuvieron a punto de alcanzar la pasada semana pero que finalmente, por problemas burocráticos, no pudieron completar, lo que supuso una «pequeña desilusión» para parte de la población, como señala el alcalde de Calzada de Valdunciel, Román Hernández. No obstante, el primer edil de la localidad salmantina que encabeza la zona básica de salud más cercana a la capital, de las que pasan a la fase 1, indicó que este avance arroja «esperanza de que esto tiene su fin».

«La gente vuelve a estar contenta por empezar con esa normalidad que necesitamos todos», continúa el alcalde de Calzada de Valdunciel, quien destaca el éxito de su municipio por haber existido, por parte de la población, «bastante respeto a las normas que se han ido decretando por la autoridad sanitaria», así como «apoyo de la Diputación de Salamanca, la UME y la Junta de Castilla y León para la desinfección», por lo que espera que la nueva etapa sea «la continuación de un buen camino» en el que «no haya rebrotes», porque «lo primero es no bajar la guardia y seguir en la misma línea».

La ilusión por el cambio de fase también se refleja en la localidad de Matilla de los Caños del Río, cuya teniente de alcalde, Pilar Sánchez, afirma que supone «un reconocimiento al esfuerzo del mundo rural», porque en su opinión los pueblos «no pueden ir a rebufo de las grandes poblaciones porque la dinámica de vida no es la misma».

En ese sentido, valoró que «la desescalada por fases, como ha hecho la Junta de Castilla y León, está siendo muy importante porque, en los pueblos, se controla perfectamente bien el territorio y el estado de salud de los vecinos». Por ello, este avance hacia la fase uno es «ilusionante» para los habitantes de su pueblo «después de tanto tiempo confinados de manera muy rigurosa», lo que ha hecho que ahora reciban «un revulsivo, una motivación y una recompensa por haber hecho las cosas bien».

Otra de las localidades salmantinas que también se vio privada del cambio fue Cantalapiedra, cuyo alcalde, Miguel Ángel Marcos, refirió que la gente lo recibió «de manera sorprendente, porque se contaba con ello», aunque reconoce que tras la decisión, la población se dividía entre «los que quieren pasar de fase cuanto antes, que se desilusionaron, y los prudentes, porque el riesgo sigue existiendo y ese peligro es lo que preocupa».

No obstante, reconoce que «en general, todos tenemos ganas de volver a vivir de una manera más normal», por lo que pasar a la fase 1 supone «un primer paso en esa vuelta a la normalidad» que, no obstante, espera que por el momento, y hasta que «no haya más datos» sobre otros focos de contagio, evite «el movimiento entre entre provincias y Comunidades», algo que entre los ciudadanos de Cantalapiedra genera «inquietud y alarma».

En el lado contrario se sitúa el primer edil del último de los pueblos que encabeza una zona básica de salud salmantina que la pasada semana se quedó sin pasar a la fase 1, a pesar de la inexistencia de contagios en los últimos días. Y es que el alcalde de Fuentes de Oñoro, Isidoro Alanís, considera que este avance supone «poco cambio» para los municipios de menos de 5.000 habitantes donde los ciudadanos «ya gozan de cierta libertad al no tener horarios para las actividades de deporte y paseo».

Sin embargo, para un municipio como el suyo, situado en la frontera con Portugal, lo importante es «que se abran las fronteras», lo que supondrá un verdadero «cambio sustancial» porque la localidad vive «del tránsito internacional, a nivel económico y social». Es por ello que el alcalde de Fuentes de Oñoro reclama que dicha apertura «no se demore más de la cuenta» y que si Portugal y esta zona básica de salud de Salamanca están en la misma fase, «se puedan comunicar, porque hasta que eso no se haga, no se va a recuperar la vida normal».

Y aunque a todos los efectos, el cambio oficial de fase se producirá el mismo día para las seis zonas básicas de salud confirmadas este viernes por el Gobierno, los municipios salmantinos que han recibido como una total novedad la decisión del paso a la fase 1 son Fuenteguinaldo y Peñaranda de Bracamonte, siendo esta última la mayor de todas las localidades que, por el momento, avanzaron de fase en la provincia charra.

Su alcaldesa, Carmen Ávila, señala que el cambio de fase es un «reconocimiento a todos los ciudadanos, que se han comportado ejemplarmente», destacando entre ellos a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y a los empleados y gestores de las dos residencias de la localidad, que no han registrado «ningún caso y han realizado todos los test». No obstante, la alcaldesa de Peñaranda de Bracamonte sí reconoce que existe en el pueblo «cautela y responsabilidad, por lo que implica este cambio para todos», al ser «casi pioneros» y tener que «salvar bien la situación y comportarnos con mucha prudencia».

En la misma línea se manifiesta la alcaldesa de Fuenteguinaldo, María Lourdes Palos, quien advierte «preocupación» en la población porque el tránsito «pueda aumentar». No obstante, espera que la gente de otras zonas básicas de salud sea «tan responsable» como la de Fuenteguinaldo y «que no nos visiten en estas semanas» para «no dar un paso hacia atrás después de tanto tiempo confinados» y seguir avanzando en una desescalada que, al menos para los municipios de diez zonas básicas de salud de la provincia de Salamanca, ya está en marcha.