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Cargas policiales durante la protesta en la Plaza del Oeste. José Manuel García
Salamanca

La protesta por los árboles del Oeste: contundencia policial, denuncias y gritos al alcalde

Los vecinos de la zona han pasado de las palabras a la acción y han rodeado los árboles para evitar su tala. Así se han vivido los momentos de mayor tensión

María Pedrosa

Salamanca

Martes, 22 de octubre 2024, 16:14

Se ha llegado al límite. A pesar del ruido que los vecinos de la Plaza del Oeste han creado desde la comunicacion del Ayuntamiento de retirar los árboles de la zona por «razones de seguridad», con escritos y reuniones, la tala ha continuado y ellos no han parado. Con una convocatoria remitida a los medios de comunicación a las 09:00 h. en la que se pedía el cese «inmediato» de la misma, la crispación ha ido de menos a más, según informa Salamancahoy.es.

Eran las 08:50 h. y ya había hasta dos furgones de la Policía Nacional, tras su presencia como medida de refuerzo en la jornada de lunes, cuando las increpancias de los vecinos, negadas por Inmaculada Cid, sobrepasaron la labor de la Policía Local, que secundaba la labor de los jardineros desde primera hora. Pasada la rueda de prensa en la misma plaza, momento de la tala y momento de crispación.

Una decena de vecinos decidieron rodear los árboles que se iban a talar, saltándose la vallas de seguridad y la cinta que acordonaba la zona. Jóvenes y personas mayores unieron fuerzas para evitar que la Policía los moviera del lugar al grito «no a la tala». Además, hubo palabras para el alcalde de la localidad, Carlos García Carbayo. «Que venga el alcalde y nos quite de aquí gritaban».

La línea de agresividad fue hacia arriba, en crecimiento. Continuaba la policía pidiendo a los vecinos su retirada, pero estos respondían con negativa. Así comenzaron los empujones. Y de los empujones a la detención de uno de los varones presentes. Estaban los agentes desplazando por la fuerza a las personas presentes y estas evitándolo, cuando el varón involucrado estiró la mano hacia uno de los agentes y la represión fue inmediata. Varios policías se lanzaron sobre él, haciéndole caer al suelo y arrastrándolo unos metros, hasta que pudieron reducirle. Fue inmediatamente después llevado a la comisaría ante los gritos de los allí presentes, algunos de ellos profiriendo insultos.

Al mismo tiempo, otro varón, también joven, fue reducido por los agentes, pero no detenido, aunque se le ha interpuesto una denuncia por desacato a la autoridad. Con él también se utilizó la fuerza y con otra joven que ignorando lo ocurrido a su alrededor, volvió a rodear uno de los árboles, en un intento desesperado y con final escrito, para evitar la tala.

El resto de vecinos no se iban. Seguían gritando y pedían a los agentes que parasen. «Suéltenle», gritaban. La Policía Nacional, a través del diálogo, intentaban apaciguar los ánimos. Y con el paso del tiempo, lo consiguieron. También los trabajadores encargados de la tala, quienes comenzaron más tarde de lo previsto.

Desde el lugar de los hechos, la tensión se mantenía, desplazados hasta la acera de enfrente y rodeados por los policías. El ambiente se rebajó. Las protestas no, pero la decisión esta tomada y el informe de los técnicos del Ayuntamiento contundente: la madera «es un grave problema estructural de los árboles analizados», estando presente en «toda su arquitectura primaria y secundaria». «La valoración global de probabilidad de fractura en ramas y tronco es alta debido a las causas», informan.

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