Algunos de los vecinos desalojados de Monsagro charlan en presencia de la psicóloga de la Junta. S. G.

Los desalojados por el incendio en Salamanca: «La pena está ahí, pero no nos falta sentido del humor»

Más de un centenar de vecinos de la localidad de Monsagro se enfrentan al segundo día de desalojo debido a las llaman que acechan sus viviendas

Silvia G. Rojo

Salamanca

Miércoles, 13 de julio 2022

Sentados en corro, como cualquier día de verano en los que cuando cae el sol los vecinos se sientan a tomar el fresco y así, compartir las vivencias o noticias del día. Esa es la primera imagen que ofrecen los vecinos de la localidad salmantina de Monsagro ... que, por segundo día consecutivo, permanecen alejados de sus viviendas ante la amenaza del fuego y las llamas y para los que el Ayuntamiento de Ciudad Rodrigo ha habilitado la Escuela Hogar los Sitios.

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«La pena está ahí, pero tampoco nos falta el sentido del humor», comenta Hilario Luis Mateos, uno de los vecinos desalojados el martes. «Nos hacemos a la idea de que estamos en Benidorm», bromea, «aunque el miedo está presente, tememos que el fuego pueda entrar en el pueblo».

Residente en el País Vasco, vive en Monsagro durante los tres meses de verano y relata cómo es el momento en el que te dicen que tienes que salir de tu casa. «Nos avisó la Guardia Civil y si la autoridad te dice que tienes que evacuar, es así, coges lo esencial para asearte, una muda, una camiseta y sobre todo, las pastillas». En ese momento sale al quite la farmacéutica, Noelia Calzada, que comparte charla con los vecinos que se encuentran en Los Sitios. «Tú por eso no te preocupes, que si hay que traerte pastillas se traen», le tranquiliza.

Hilario se trasladó en su propio coche junto a su mujer y sus cuñados, pero antes de emprender la marcha fueron a interesarse por una vecina y una tía con bastante edad.

Asegura que «a parte de la desgracia, es una experiencia que nunca había tenido, y lo único que puedo decir es que el trato está siendo maravilloso, desde el alcalde de Ciudad Rodrigo hasta el resto de la corporación, el que da lo que tiene, no está obligado a más».

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«Más unidos que nunca»

Pilar Mateos tiene una situación similar aunque, en este caso, reside durante el año en Madrid. «Yo en casa no tenía humo, lo tenía todo cerrado, pero la Guardia Civil nos dijo que había que desalojar».

Antes de salir, coincide en que «los unos nos hemos preocupado por los otros, ya veías que unos se iban en el autobús, otros con la Guarcia Civil, somos una pequeña familia todo el pueblo y creo que nunca hemos estado tan unidos todos».

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Calcula que abandonaron Monsagro unas 130 personas, de las que una treintena se encuentran en la Escuela Hogar los Sitios, «muchos vecinos tienen familia o casa en Ciudad Rodrigo y están con ellos», aclaran.

Coincide con su compañero en que el trato recibido está siendo «fenomenal, todo lo que se diga es poco», aunque en la mente de todos está volver a su casa cuanto antes, «de momento no sabemos cuándo».

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El párroco de Monsagro y la psicóloga hablan con algunos de los vecinos; Hilario, aficionado a la pintura, enseña una de sus obras que tiene fotografiadas en el teléfono y otra vecina en la habitación que la han cedido. S. G.

Como anécdota, Pilar dice que sus hijos «nos han visto en las noticias, continuamente nos están llamando, pero ya les hemos dicho que estamos atendidos y que aquí nos quedamos».

Reconoce que situaciones como la que están viviendo «parece que siempre les toca a otros, que no te va a pasar a tí, pero ya lo ves, con ganas de volver y pensando que se te va a quemar la casa».

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Transmitir tranquilidad

Para atender todos esos miedos y necesidades está con ellos Jesica Marques, psicologa del 112, del Grupo de Intervención Psicológico en Desastres y Emergencias (Gripde). Su labor es la de transmitir «tranquilidad» y prestar atención en caso de que se produzca algún tipo de crisis nerviosa. «Hacemos con ellos un relato cronológico de lo que han ido viviendo para que se sitúen y lo asimilen, que sepan dónde están ahora y qué puede ir pasando luego».

«Nuestra tarea es acompañarles», insiste, «son personas a las que les han sacado de sus casas y que pueden sufrir crisis».

Junto a ellos también comparte tertulia el párroco de la localidad, Efraín Peinado, que como comentan los vecinos, «ha estado todo el tiempo con nosotros, acompañándonos».

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El alcalde de Ciudad Rodrigo, Marcos Iglesias, se suma igualmente al turno de visitas, aunque en su caso es mucho más que eso, pues la primera noche ha dormido en la Escuela Hogar, igual que la psicóloga y un concejal de Monsagro. El alcalde de este municipio, Ángel Mateos, es de los que debe enfrentarse de manera literal al fuego pues trabaja en las cuadrillas de extinción.

De momento, es el consistorio mirobrigense el que está corriendo con todos los gastos e intendencia y el que tuvo que montar la logística de manera inmediata. «Casi que estamos acostumbrados y sabemos a quien dirigirnos y qué hacer porque todo lo que ha supuesto la Covid ya nos ha servido de experiencia», concluye Igleisas.

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