La exmilitante de UPyD y edil en en Carbajosa, Águeda Arranz, durante una campaña electoral en 2015. WORD

«A nuestro partido le retiraron la confianza hace mucho tiempo»

Águeda Arranz - Exmilitante y política de UPyD Salamanca ·

Águeda Arranz repasa su trayectoria política en UPyD, el partido que nació en 2007 como alternativa al bipartidismo y que fue oficialmente disuelto el pasado día 6

daniel bajo / word

SALAMANCA

Domingo, 13 de diciembre 2020, 14:09

UPyD ya no existe, pero durante años fue la única alternativa sólida al bipartidismo PP-PSOE. Águeda Arranz fue candidata en las elecciones europeas, se presentó a las Cortes por Salamanca, ejerció como concejal en Carbajosa y formó parte del consejo nacional del partido.

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... Fuiste uno de los rostros más reconocibles de UPyD en Salamanca. ¿Cómo fue tu paso por el partido?

–Milité prácticamente once años. Lo dejé en 2019, a principios de verano. No estuve en el momento de la fundación. Al empezar, UPyD no era nada. Estaba Rosa Díez como diputada y poco más. No éramos más. Estando en el partido sacamos grupo parlamentario, con cinco diputados, y teníamos un diputado provincial en Ávila y muchos concejales en Castilla y León, como 160 o 170. También un diputado provincial en Segovia, pero nunca representación regional en la comunidad. Había gente estupenda. Yo iba cada dos semanas a las Cortes, veía el pleno y presentaba mociones, entre otras cosas. La parcelación territorial, por ejemplo. Nos parecía que la división territorial de Castilla y León municipalmente hablando no era la correcta. No se nos hizo caso y años después la UE aconsejó a varias regiones que se modificase la ordenación del territorio.

–¿Cómo presentabais esas propuestas en las Cortes regionales?

- Acudíamos a las Cortes igual que a todos los plenos, por voluntariado político. Nunca cobramos nada por ejercer cargos en el partido. La gente se acercaba a nosotros con la idea de trabajar y cambiar el panorama político. UPyD era diferente a lo que había entonces. Estaban solos PP y PSOE. Parece que han pasado siglos, pero no fue hace tanto tiempo.

Las Cortes permiten presentar iniciativas a través de recogidas de firmas, del registro... También llevamos inciativas en trabajo común con la sociedad civil y con asociaciones.

- UPyD se disolvió oficialmente el pasado día 6. ¿Cómo recibiste la noticia? ¿La esperabas?

- La recibí a través de un compañero de Ávila, Carlos Morán. También me avisó otro compañero de Madrid. Uno siente siempre un poco de nostalgia por el trabajo hecho y por la gente que trabajó mucho y bien. En política hay que ser consecuentes y cuando los ciudadanos te retiran la confianza está claro. A nuestro partido nos retiraron la confianza hace mucho tiempo. Y una vez que eso pasa no tienes mucho más que hacer en el panorama político activo. Cuesta mucho tener abierto un partido que ya era pequeño de por sí. Si el ciudadano ha decidido que UPyD no le representa y no teníamos votos, no sirve de nada vivir de los réditos y hay que cerrar.

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- ¿Qué recuerdas de tu paso por instituciones como el Ayuntamiento de Carbajosa?

- Esos años en Salamanca compagine dos cosas: formar parte primero de consejo territorial regional, y después del consejo nacional, con el cargo de concejala a pie de calle. La política municipal es muy grata. Hay gente que lo sabe perfectamente, en Carbajosa y en otros municipios a los que presté ayuda, pero sobre todo tengo claro que hice una labor pública adecuada, más que nada porque entiendo que es lo que hay que hacer, Hubo proyectos sociales importantes y también a nivel de juventud en la última etapa de Gobierno. Y en presupuestos, participación ciudadana... Y en arte urbano. Si las fachadas de los colegios están decoradas fue por idea mía, como podía haber sido idea de otro. Para mí no tiene sentido echarse flores, porque estoy fuera del plano político.

Recordarlo también es triste porque el compañero de Carbajosa Independiente falleció en verano, pero se hicieron cosas interesantes. Se nos puso a parir por pactar con el PP, pero el balance fue muy bueno. Lo principal para una persona que se dedica a esto es escuchar, que tanta falta hace, y atender a los vecinos. Es así de fácil y así de duro.

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- Es hacer política de calle...

- No es política teórica. Al vecino le dan lo mismo los plazos y los presupuestos. Quiere que le solucionen los problemas: el bache de la calle, la tubería que se ha roto... y tuve la gran suerte de estar en un pueblo grande y de tener una trayectoria política con compañeros muy buenos, que me han hecho crecer y espero que yo a ellos. Y tuve la gran suerte de que se me escucho y de se que apoyaron mis proyectos. Y es muy gratificante, pero a veces no pasa y es duro también. A veces es frustrante, pero en ese sentido me fue bien. Estuve en el gobierno y en la oposición y siempre se me escuchó. La política no tiene que ser un enfrentamiento continuo. La gente quiere que le resuelvan los problemas y para eso hay que dialogar. Eso lo echo en falta, no tanto en la política municipal, sino en la regional y en la nacional. Ese diálogo fluido hace falta para poder sacar proyectos adelante.

- ¿Algún partido te ha tentado para volver a la primera línea?

- Sí. Me han venido a buscar y hasta ahí puedo leer. Es gratificante que se reconozca tu trabajo. Empecé así. Me vinieron a buscar y me fui cuando entendía que no tenía que estar, que es lo que hay que hacer. Y hay gente que puede criticar, y es justo, y también hay gente que reconoce la trayectoria que has tenido. Sigo siendo funcionaria desde hace 25 años y nunca he dejado mi trabajo porque creo en lo público. Estoy contenta donde estoy. Mi parte de representación pública quedó como una época vivida muy interesante y me gustaría que mucha gente se animara a ejercer, porque los mitos y las leyendas se caen y toca la realidad que nos rodea. Con los tiempos que vivimos se echa en falta ese respeto, que es importantísimo.

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- En su momento se habló mucho de si Cs y UPyD debieron fusionarse. Pasado el tiempo ¿crees que fue una decisión acertada que no se uniesen?

- El consejo de dirección de UPyD tenía toda la razón del mundo al no fusionarse. Yo estaba en esa onda. Era una cuestión a nivel filosófico. Teníamos un ideario concreto y una especie de decálogo que para el partido era de obligado cumplimiento. En contraposición con Cs, podía parece que teníamos cuestiones en común, y seguramente sí las habría, pero la parte central, la teoría en la que se basa un partido político, no era la misma. Se pone de manifiesto que en España es muy difícil que un partido con vocación de centro saga adelante. Parece que hay que escorarse porque si no es complicado. Se tomó la decisión, la compartí y la respeté y no creo que hubiera servido de nada hacer otra cosa. Éramos dos partidos pequeños, Cs creció y menguó otra vez. La política en España tiene dos grandes 'empresas', dos 'multinacionales' como PP y PSOE y las 'pymes' lo pasan mal. El juego político es así.

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