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EVA CAÑAS / WORD
SALAMANCA
Lunes, 5 de marzo 2018, 11:53
El Cristo del barrio de Prosperidad reparte perdón allá por donde va. Cada Domingo de Ramos recorre sus calles, sin llegar al centro de la ciudad, es su esencia y de lo que están orgullosos sus hermanos. Unido al perdón está el indulto que piden para un preso, cuya libertad depende de lo que se decida en Consejo de Ministros cada Viernes de Dolores.
La hermandad celebró ayer la festividad dedicada a Nuestro Padre Jesús del Perdón, su imagen titular, que tiene como morada lo que un día fue el convento de las RR MM. Bernardas, que dejaron el edificio hace casi tres años. Sus dependencias puede que sean ocupadas por Proyecto Hombre Salamanca, como ayer reconocían desde la hermandad.
Durante la eucaristía, el padre Gerardo hablaba a los fieles de en templo lleno sobre el significado de participar en el posterior besapiés: «Al dar el beso le dejas todo lo que te pesa, preocupa o angustia», porque como invitaba a los presentes, «no te lo lleves, se lo has dejado a él». Y en referencia a la advocación de este Crucificado, este religioso insistía en practicar el perdón, «porque más paz tendréis, porque donde hay paz hay perdón y entendimiento».
Tras finalizar la misa comenzó el besapiés, que en esta ocasión estrenaba un nuevo altar de culto. En concreto, en lugar de subir la imagen al paso, el Cristo del Perdón estaba a ras de suelo, rodeado de dos faroles de plata con iluminación natural y dos ánforas con claveles rojos y flores moradas.
Esta hermandad, que fue fundada el 8 de diciembre de 1944 cumplirá el próximo año 75 años de historia, unida al barrio que recorre en la tarde del Domingo de Ramos, desde su primera salida en 1945, donde ya indultaron a un preso, que por entonces no se realizaba a través de un real decreto del Consejo de Ministros sino que se trataba de un interno de la cárcel de la capital (en el actual DA2), en grado preventivo. Como recuerda el actual hermano mayor, Francisco José Forteza, «la hermandad pagaba una fianza, y si era necesario le comprábamos ropa o zapatos si lo necesitaban para salir en procesión, y también le pagábamos el viaje para su vuelta a casa».
Y como los más mayores evocan, nada tenía que ver la cárcel antigua con el centro penitenciario actual de Topas, «uno allí se estremecía al entrar», reconoce Forteza.
Con la apertura de la nueva cárcel, los indultos comenzaron a oficializarse a través del real decreto que aprueba cada año el Gobierno de España, en el que no todos los años se ha concedido la petición por parte de la hermandad salmantina.
Sin embargo, su hermano mayor confirma que la procesión se prepara como si se concede el indulto, cuy acto se ha desarrollado en los últimos años en la plaza del Museo del Comercio, donde se hace lectura pública del indulto, «porque no podemos esperar al Viernes de Dolores para organizar todo».
Su primera procesión salió de los Escolapios, de la que se cumplirá 73 años esta Semana Santa, siendo hermano mayor un sastre, Ricardo Lobato. En la actualidad, sus actuales responsables animan a los vecinos del barrio a unirse a la hermandad, bien como hermanos o también con la posibilidad de salir en procesión alumbrando, sin pasar a la nómina de hermanos, tan solo pagando cinco euros del donativo de la vela. Esta posibilidad se puso en marcha hace tres años y cada Semana Santa invita a los vecinos de Salamanca a acompañarles esa tarde detrás del paso de El Calvario.
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