La obra propiedad de la Casa Lis 'Mujer acodada en mesa' de Olga Sacharoff, expuesta en el Reina Sofía

Según la información facilitada por el espacio museístico salmantino, 'Mujer acodada en mesa' es una de las pinturas «más viajeras» de la Casa Lis, ya que ha participado en más de diez exposiciones en otras instituciones, y ya se encuentra expuesta en la segunda planta del Edificio Sabatini del Museo Reina Sofía en el capítulo dedicado a 'Territorios de vanguardia: ciudad, arquitectura y revistas'. El hilo conductor de esta parte de la exposición se centra en el surgimiento del arte moderno en tres espacios concretos y distintos del arte de otras épocas.

La pintura del Museo Casa Lis se exhibe en una de las salas de exposiciones del Reina Sofía dedicada al panorama artístico barcelonés junto a las creaciones de artistas extranjeros de vanguardia como Picabia, Robert y Sonia Dalunay y Albert Gleizes. Así, esta obra creada por Olga Sacharoff en 1915 permitirá que los visitantes descubran «la influencia cubista en la autora», especialmente de Juan Gris, aunque después «la artista evolucionó centrándose en una paleta de colores grises y azulados y transformando las líneas rectas del cubismo en formas onduladas y alargadas que recuerdan a las figuras de Modigliani».

Olga Sacharoff fue una pintora española de origen georgiano. Nació en Tiflis en 1879 y estudió en la Escuela de Bellas Artes de la ciudad. En 1910 se trasladó a Múnich, donde entró en contacto con el expresionismo alemán y en torno a 1911, viajó a París. Fue allí donde se sumergió en el cubismo, corriente en la que se enmarca gran parte de su trabajo. Al estallar la Primera Guerra Mundial, regresó a España y residió en Mallorca, estableciéndose posteriormente en Barcelona.

En la ciudad condal, colaboró en la revista de Francis Picabia '391', que se editaba allí y era considerada portavoz del dadaísmo. A partir de estos años, la artista dejó atrás sus modos más vanguardistas y se sumergió en la estética del 'novecentismo' mientras en su vida personal contrajo matrimonio con el fotógrafo Otto Lloyd. En su trabajo, las notas surrealistas de los comienzos se sumaron a un tono ingenuo, derivando después a un otro figurativo muy esquemático y colorista definido por los temas populares y festivos y un tipo de composición marcada por la presencia de numerosos personajes en el cuadro. A partir de la década de los cuarenta, su producción se tornó más decorativa y repetitiva en respuesta a la demanda, cobrando un mayor impulso en el género del retrato. Además, Olga Sacharoff también pionera en el uso del collage.