Salamanca

Muere el pequeño Alberto tras casi un año de intensos tratamientos

Demasiado tiempo en un hospital, demasiado tiempo a expensas de pruebas y demasiado tiempo conformándose con ser niño entre cuatro paredes pero siempre, con una sonrisa. El pequeño Alberto de cuatro años ha fallecido este martes tras casi un año tratando de poner fin al linfoma de Burkkit que padecía, según informa Salamancahoy. Después de someterse a un medicamento experimental en el Hospital Infantil Universitario Niño Jesús de Madrid ya como última opción, no salió como se esperaba y finalmente han dicho adiós al niño de la sonrisa eterna.

A pesar de la dureza del tratamiento, el símbolo de fuerza que atinaba a hacer con el brazo para mostrar que podía con ello es la imagen que perdurará en el recuerdo de quienes le conocían. Y es que tanto sus familiares como sus allegados hicieron lo posible para evitar este triste final. Desde movilizar a miles de personas para encontrar un donante de médula con el que efectuar un transplante exitoso como exigir más investigación para que un caso similar no se pueda repetir.

Lo segundo es la esperanza que queda, lo primero la espinita difícil de sacar. Encontrar al donante perfecto fue la primera opción y las que parecía más efectiva. Después de hacer frente a dos ciclos fuertes de tratamiento, el siguiente paso era conseguir ese transplante de médula. Sin embargo, el Banco de Médulas tanto nacional como mundial no encontró un donante compatible y a pesar de la movilización conseguida a través de redes sociales que aumentó en número de donantes, no se completó con éxito.

Fue así cuando llegaron al plan B: intentarlo con sus propias células madre. A pesar de que en un primer momento tuvo buen resultado, incluso fue dado de alta, pronto tuvieron que recurrir a la última posibilidad y probar con ese tratamiento experimental. A pesar de explotar todas las posibilidades, finalmente el pequeño Alberto ha fallecido este martes.