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Mari Tere con algunas de sus piezas. M.Jesús Gutiérrez

Monumentos con miles de puntadas

San Esteban de la Sierra ·

Mari Tere Hernández muestra por primera vez en una exposición el trabajo de miles y miles de horas para representar lugares significativos con punto de cruz

M. Jesús Gutiérrez / Word

San Esteban de la Sierra

Lunes, 23 de agosto 2021, 11:05

Hay muchas formas de entretener el tiempo de una forma activa y artística; y una de ellas es la que ha elegido a lo largo de su vida Mari Tere Hernández, quien a lo largo de los años ha atesorado numerosas piezas realizadas con bordado ... serrano, de lagartera, ganchillo, bolillos o punto de cruz, por poner un ejemplo. Piezas que realiza «para mi, para mi familia», señala, porque es algo «que me gusta, es un hobby y me relaja» y que lleva haciendo «casi toda mi vida».

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Su casa en San Esteban de la Sierra es el lugar donde se puede admirar toda esta artesanía, aunque hay que señalar que los vecinos de este pueblo serrano y sus visitantes han tenido la oportunidad de admirar todo este trabajo gracias a una exposición, «la primera y la única», afirma, que se ha realizado en uno de los salones del Ayuntamiento gracias a la insistencia de «mi hijo David y a Toño, pero no como alcalde sino como amigo, que fue el que empezó a decirme que tenía que exponer y entre los dos me convencieron». Tras decidirse, miembros de la Asociación El Álamo -«Alberto, Ana, Fran, Rebeca, Mari Jose, Rosa Mari y Goyi»- le ayudaron a preparar la muestra y «cada uno fue a su casa a buscar lo que tenían» para decorar la exposición como toalleros y palanganeros y hasta «una reliquia como es una rueca con los usos, que yo nunca había visto».

Así, 32 piezas con un poco de todo como bordados serranos, mantelerías realizadas con distintos estilos, piezas de encaje de bolillos...; y entre todas llamaban especialmente la atención los cuadros hechos con punto de cruz de muy diversa temática, desde animales, principalmente perros -y entre ellos uno de su propiedad-, y escenas costumbristas o bodegones hasta monumentos destacados de la capital salmantina como la Plaza Mayor, en una estampa nocturna y otra de cuando aún tenía jardines, «imagen de finales del siglo XIX, principios del XX», la fachada rica de la Universidad de Salamanca y el puente romano. Cuadros que ya vienen con todo el material, pintados y con hilos de colores, «solo tienes que coserlo», pero que aún así le han llevado más de un año de trabajo.

Pero hay otros monumentos, como el puente romano de San Esteban de la Sierra que es una verdadera obra de arte, sobre todo por la dificultad que conlleva. Ella la describe como «mi obra maestra», a la vez que explica todo el proceso para su realización, pues no es algo que se pueda comprar en ninguna tienda. «Partiendo de una fotografía, mi hermano la pixeló y salieron unos colores, pero a mi no me gustaban, porque cuando estás bordando tienes una idea de la tabla de colores que hay, sabes cuáles corresponden a los verdes, a los grises, etc., sabes la escala y sobre esa iba buscando los tonos que quería; y hay muchas hebras en los que tienes que mezclar dos colores, a lo mejor un blanco y un gris, un negro y un gris...» para conseguir el efecto deseado. Fue un trabajo que «me costó sangre, sudor, lágrimas, rabietas... Tardé más de un año y cogiéndolo con ganas, echando hasta seis horas diarias porque no hay dos puntadas iguales». El resultado, un cuadro que mucha gente piensa que es una fotografía, una lámina y no se creen que esté hecho con punto de cruz.

El de la fachada de la Universidad también lo considera, junto con el puente romano de San Esteban de la Sierra, uno de los más difíciles, «en ese también lloré unas pocas veces, fue muy complicado hacerlo», añade.

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Después de tantas puntadas y tanto trabajo, Mari Tere Hernández no ha valorado en ningún momento vender sus piezas, «cuesta mucho trabajo hacerlas y es algo que económicamente no puedes valorar».

Ahora, tras la exposición, se muestra orgullosa y satisfecha de haber mostrado su trabajo. «Estoy muy contenta por la respuesta que ha tenido, no me esperaba tanto». Y es que por ella han pasado personas de todas las edades, mujeres y hombres, vecinos que han acudido en más de una ocasión y todos se han sorprendido con lo que han encontrado, «no se esperaban que yo hiciera algo así, además venían con ganas de preguntar, de que les explicara».

Tras esta experiencia, Mari Tere Hernández sigue con su labor, pues tiene empezados varios trabajos, «una colcha, una manta de ganchillo de punto tunecino, dos cuadros, una alfombra a punto de acabar... Siempre tengo variedad, por si me canso de una cosa, empezar con otra».

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