Una llamada de auxilio para seguir salvando vidas
Animales. Luna Gatuna lleva tres años ayudando a los gatos abandonados. Llevan ya más de 200 adopciones, pero se están quedando sin ayudas y no saben hasta cuándo aguantarán
manuel laya / word
Domingo, 25 de octubre 2020, 12:21
Mar Esteban es responsable de comunicación de Luna Gatuna. La asociación va a cumplir tres años, es un espacio dedicado a la promoción de adopciones y su labor es conseguir que los gatos sociables encuentren un hogar. A lo largo de estos tres años, Luna Gatuna ha conseguido conseguir más de 200 adopciones. Sólo en este 2020 llevan 60. Mar nos explica que ahora «son gatos que han salido de la calle y están viviendo felices en casas, les hacemos contrato de adopción y seguimiento y son gatos que están esterilizados».
La idea del centro anima a los adoptantes, es una manera de que las personas interactúen con los animales y se decidan, «venir y conocer al gato es una idea fantástica, no es lo mismo que ver una foto. Si vienes al centro y el gato juega contigo ya te lo llevas si realmente quería adoptar», nos cuenta Mar. El sistema es fácil según nos explica Mar, «funcionamos con casas de acogida, que consiguen que los gatos socialicen, les dan la medicación, aguantan a los gatos enfermos, y cuando el gato está en perfectas condiciones es cuando llega el adoptante y se lo lleva. Hemos llegado a tener 40 gatos en acogida a la vez». De esta manera el adoptante se lleva un gato en perfectas condiciones.
La pandemia supuso un gran número de adopciones, Mar nos relata cómo la gente le confesaba que «una vez en casa ya decían que no salían de sus vidas. Hubo un momento en el que casi no teníamos gatos para dar en adopción». El problema llegó en mayo y junio cuando empezaron a surgir muchas camadas indeseadas. El número se ha disparado, tanto que la asociación no puede recoger a más animales.
La parte menos bonita de la historia es que Luna Gatuna tienen una situación crítica, Mar nos cuenta lo que supone seguir con este nivel alto cifras, «nos hemos desbordado este verano con animales abandonados, además gestionamos una colonia de gatos negros que está muy cerca del local, nosotros estamos esterilizando gatos, rescatando camadas que nacen. Ahora no damos más, podemos tener hasta 20 peticiones de ayuda en una sola semana, gatos abandonados en la calle, enfermos, con crías paseándose por la ciudad, … No llegamos a todo». Únicamente este verano la asociación ha rescatado a más de 50 crías. Además, no tiene ningún tipo de ayuda institucional y vive únicamente de los donativos y no saben el tiempo que van a poder seguir adelante. Ahora mismo Luna Gatuna no sabe cuánto tiempo más podrá seguir abierta, «solo en comida nos supone un gasto que no podemos asumir, ahora mismo estamos viviendo mes a mes, si somos capaces de aguantar seguimos otro mes y otro mes y sino pues tendremos que cerrar cuando la situación sea insostenible», nos declara Mar.

Mar cuenta que mucha gente tiene un concepto erróneo de que los gatos en la calle se buscan la vida, «todo el mundo tiene ese concepto y eso es mentira. Mucha gente se dedica a llevar a perros a colonias para que aprenda a cazar. Un gato en la calle tiene muchos peligros que le acechan y si encima es casero, en tres meses está muerto». Una solución para frenar un poco el número de abandonos sería 'chipear' a los gatos, como se hace con los perros, una propuesta que llevaron al Ayuntamiento. «Ya hay comunidades autónomas que lo están proponiendo, para saber dónde está el gato si lo has perdido, si lo han abandonado, si está vivo o muerto,… Cada gato que sale de Luna Gatuna va con chip a nombre del propietario, no es ni complicado ni caro pero no es lo corriente. La esterilización y el chip debería ser algo obligatorio para todos los gatos».
Una de las grandes dudas cuando alguien ve un animal abandonado es ¿qué debo hacer si me encuentro un gato abandonado? A esta respuesta nos contesta Mar, «Lo primero que tienen que hacer es llamar a policía local y estos avisan al servicio de recogida Scooby, que es una protectora. Se encargan de mirar si tiene o no chip y ver si puede pertenecer a alguien que lo haya reclamado, que lo haya denunciado o difundirlo en redes sociales por si se ha perdido. Cuando nosotros podemos actuar recogemos a ese animal si está enfermo lo primero es llevarlo a un veterinario para que lo evalúen por si tiene alguna enfermedad o herida y después avisamos a alguna casa de acogida para que esté en una casa unos días hasta que se recupere. Lo comunicamos en redes sociales por si alguien lo ha perdido, no suele pasar casi nunca pero algún caso se ha dado».
Experiencias
Sara y Josué son pareja y un día decidieron adoptar. Nunca habían tenido gatos. Josué solía ir con los amigos a jugar a juegos de mesa mientras estaban rodeados de gatos y ahí empezó el flechazo. Ya hace dos años que han adoptado. Reconocen que al principio estaba aterrados, pero la experiencia en Luna Gatuna les hizo decidirse. Sara nos cuenta que «antes de tenerlos vinimos unas seis veces para tenerlos, jugar con ellos y al final nos decidimos. Posteriormente hemos seguido viniendo para jugar con el resto y estar con ellos». Además de las visitas siempre intentan aportar algo para ayudar a la asociación «les traemos comida de gatos que no la aceptan o no les gusta».
Josué nos habla de la «muchísima compañía que aporta un gato, cuando estás en casa solo el gato enseguida se te acerca, te busca, empieza a ronronear». Cuando adoptaron, a Josué no le hacía mucha gracia que los gatos entraran en algunas habitaciones de la casa, pero ahora reconoce que «al final lo que haces es adaptar el piso al gato, el piso es de los gatos ahora. Se les coge muchísimo cariño y al final les dejas hacer vida por donde quieran». La pareja decidió tener dos porque saben que uno solo se aburriría «cuando te tienes que ir a trabajar uno se aburre, pero dos juegan entre ellos y están más a gusto».

Ana Fernández, por su parte, es voluntaria en Luna Gatuna. Empezó a venir a pasar la tarde con los gatos porque vive fuera de su familia y le hacen compañía. Se ofreció a ayudar y ya lleva un año y medio como voluntaria, «me ofrecí desde el principio a pasar las tardes con ellos y tener a algún gato en acogida. Empecé a acoger gatitos y ya llevo 10 en total, ahora mismo tengo tres en casa».
Explica que se encarga del cuidado de los gatitos que llegan en peor estado, «a mi casa me llevo los gatitos que están peor, porque ya tengo mucha experiencia con ellos, me llevo los que están muy mal y necesitan darles el biberón, antibióticos,… Los hay que no son sociables porque no han tenido nunca contacto humano, pero se acaban convirtiendo en gatos adorables». Como estudiante no se puede permitir tener un animal en casa pero sí puede 'quitarse el mono gatuno' acogiéndolos durante temporadas. Ana se siente realizada con su labor y la compañía de los gatos, «un animal te lo da todo, animo a todo el mundo a adoptar porque es una experiencia maravillosa».
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.