Leticia Martín recoge en su pregón cómo se vive el Carnaval de Ciudad Rodrigo desde la hostelería

«Para mi ha supuesto un gran reto, ya que jamás he podido vivir este momento debido a mi trabajo», comentó la pregonera, «la hostelería también tiene sus peajes y uno de ellos es trabajar cuando todo el mundo está disfrutando de las fiestas».

Se presentó como «Leti para los amigos y desde ya mismo para todos vosotros», recordando que era «nacida, criada y engordada en Ciudad Rodrigo. ¡No puedo ser más farinata».

Esta plazuela del Buen Alcalde está llena de recuerdos de niñez para muchas de las personas que han vivido 'en la ciudad', como se dice en Miróbriga de los que habitan murallas para adentro. En el caso de la cocinera y propietaria del restaurante Estoril sus juegos infantiles tenían este escenario y ahí tuvo más de algún tropiezo practicando con los patines tal y como ella mismo se encargó de explicar.

El paso del tiempo no ha impedido que siga siendo un lugar de referencia «y es que en esta preciosa plazuela sigo escribiendo parte de mi historia personal, aunque sea de otro modo».

Puso como ejemplo las noches de verano cuando «al salir de mi trabajo no hay mayor satisfacción que relajarme en una de sus terrazas mientras me quedo extasiada observando cada rincón y contemplando nuestra Iglesia del Sagrario o Cerralbo iluminada».

Desde un punto de vista más profesional, apuntó que están «tan unida» a la plazuela «por la cantidad de martes que acudo para comprar los maravillosos productos que nos da la huerta de Ciudad Rodrigo y que son imprescindibles en mi cocina».

Leticia Martín trató de reflejar, igualmente, cómo se conjuga una profesión como la hostelería y la fiesta, en este caso, las fiestas grandes de la localidad.

«Desde mi rincón de Estoril, viendo como se lo pasa la gente, cómo disfrutan con la gastronomía, con las actuaciones que programamos y que están pensadas para todos y cada uno de los clientes que atraviesan nuestra puerta de entrada». Añadió que «ese rincón donde paso momentos muy pero que muy estresantes, pero también otros que solo vivo por estas fechas».

Apunto que, a pesar de todo, son «momentos que ya estás echando de menos cuando acaban» y que además, «te producen ese cosquilleo en forma de nostalgia y que te llevan a pensar en el año siguiente».

La pregonera concluyó manifestando que «en realidad el Carnaval no termina nunca, el Carnaval, de un modo u otro, siempre está presente en Ciudad Rodrigo porque el Carnaval es nuestra vida. ¿Y la vida? La vida es un carnaval».

Para cerrar este acto, los integrantes de las peñas de esta plazuela la entregaron una serie de obsequios y el alcalde, Marcos Iglesias, dirigió unas palabras alabando el pregón que se acababa de pronunciar.

Estas casetas están abiertas después de los desencierros cada del Carnaval del Toro.