Laura Toribio: «Los monólogos ayudan a dar pinceladas de ciencia a la sociedad»

–¿Por qué decidió presentarse a FameLab?

–Mientras hacía el doctorado participaba en actividades de divulgación para niños en el Museo de la Ciencia y por aquel entonces fue la primera edición de FameLab; estaba súper segura de que me iba a presentar a la segunda edición pero me entró miedo, no me presenté y lo dejé pasar. Después dejé el mundo de la ciencia por un tiempo, por lo que no me podía presentar al concurso. Entonces cuando volví a trabajar aquí (CIEMAT), me despertaron todas las inquietudes que tenía y quería recuperar todo lo que había dejado atrás. Un día vi una publicación en Instagram de un chico que se había presentado en otra edición y me animé. Quedaban solo 10 días para preparar el monólogo, grabarlo y presentarlo, pero me comprometí con mi proyecto y lo envié a tiempo. Al final salió bien.

–¿En qué consistía el monólogo que presentó?

–Mi monólogo iba sobre los números primos. Tuve un poco de dilema sobre si escribir sobre astronomía, que es mi campo de investigación y es lo que controlo más, pero sentía que debía explicar matemáticas. Y en lugar de irme a algo muy complejo, decidí tomar algo muy simple como son los números primos, pero que creo que se entienden mal.

A diferencia del resto de concursantes, yo no salí al escenario siendo científica, salí siendo un personaje que me había inventado, que era una persona que mentía para ligar. Había conocido a un matemático y ella fingía que le gustaban las matemáticas. Al posicionarme ahí, yo creo que me situé a la altura del público: no soy científica, no entiendo nada de matemáticas y aquí está esta persona contando cosas y no entiendo nada. Mi monólogo iba construyéndose y explicando todos los conceptos de los números primos desde una persona que, en principio, no sabe de matemáticas. Por ahí funcionó mi monologo.

–¿Cómo ha sido el paso por el concurso?

–Dentro del concurso me he sentido muy acogida, nos han tratado muy bien en todo momento, ha sido un camino muy bonito y de aprendizaje con los cursos que nos han dado, cómo nos han enseñado a comunicar... El trato personal también remarcable.

–¿Había hecho algo parecido antes?

–Toda la divulgación que he hecho, a parte del Museo, han sido actividades ya organizadas. Participé, por ejemplo. en 'Chatea con una astrónoma', organizada por la Sociedad Española de Astronomía y también hice un par de charlas virtuales a colegios. Pero no me he dedicado ni a ir a bares, ni a hacer eventos grandes ni a YouTube. A partir de ahora sí quiero hacer algo, todavía tengo que decidir lo qué pero creo que mi perfil como divulgadora tiene que dar un cambio y no dedicarme exclusivamente a colegios o centros, sino abrirme, porque a mí lo que me gusta es hablar con el público. Intentaré dar un cambio enfocado más a las redes sociales porque al final es donde está el público.

–¿Son los monólogos una buena forma de llevar la ciencia a la gente?

–Leer un artículo científico es duro, es difícil porque están enfocados a un público especializado. Leer un artículo escrito en un periódico por una persona que ha sido capaz de extraer información está bien, pero eso también está hecho para un publico al que le guste la ciencia y vaya a consumir este tipo de contenido. En cambio, el monólogo tiene la capacidad de enganchar a gente que pensaba que no le iba a gustar, precisamente porque se tratan temas con humor y desde la cercanía. También porque se tratan temas en 2 ó 3 minutos, si tienes que escuchar hablar a una persona media o una hora ya te requiere mucho, pero un monologo es algo muy rápido. Ahora vivimos en una era en la que se consume todo rápido: las historias de Instagram duran 15 segundos y los vídeos de tik tok parecido. Si intentas hacer un vídeo de media hora es para gente que realmente le gusta. Esto ayuda a dar pinceladas de ciencia a la sociedad y que llegue a más gente.