La Junta invierte diez millones de euros en desplegar dos programas de atención a la dependencia 5.0 en Salamanca

Blanco firmó un convenio de colaboración con los presidentes de las mancomunidades de Vitigudino, Alfonso Castilla, y de Cabeza de Horno, Arturo de Inés, para la implantación de este nuevo modelo de atención en 33 municipios de la zona. Según explicó, ambos proyectos se enmarcan en el proceso de modernización de los servicios sociales de Castilla y León, como «una apuesta por proteger a los mayores, y donde ellos quieren muchas veces, que es en su casa». «Se tarta de combinar el modelo de atención residencial, para las personas mayores que los necesiten, con otros modelos para las personas que quieran permanecer en sus viviendas», resumió.

Durante la visita a Peralejos de Abajo, en la que estuvo acompañada asimismo por el presidente de la Diputación de Salamanca, Javier Iglesias, la consejera evidenció que la realidad sociodemográfica de Castilla y León, marcada por un envejecimiento acusado, donde uno de cada cuatro habitantes tiene más de 65 años, y unas condiciones de baja densidad y alta dispersión de su población, obliga a buscar «soluciones innovadoras» a los cuidados de larga duración. Y una de ellas pasa por «favorecer que las personas que quieran seguir viviendo en sus hogares puedan hacerlo con seguridad y dignidad».

Tal y como reconoció, el proyecto 'A gusto en casa' ya se ha puesto en marcha en zonas rurales de Valladolid y Ávila con «muy buenos resultados» y, en estos momentos, la Junta de Castilla y León se plantea incorporar la teleasistencia avanzada, el último proyecto de modernización aprobado en las Cortes a finales del año pasado, y que cuenta con la adhesión de todas las nuevas tecnologías a las viviendas para que «las personas que quieran permanecer en ellas puedan recibir todos los servicios sociales y sanitarios que requieran».

Según expuso la consejera, en el modelo 'A gusto en casa' cobran especial protagonismo los cuidados de proximidad y el papel proactivo de los profesionales, que actúan adelantándose todo lo posible a la aparición de problemas que puedan derivar en la imposibilidad de que el usuario sea atendido en su propio domicilio. Además, el programa incluye otros servicios de apoyo a las familias y a los propios usuarios, como «acciones formativas, grupos de autoayuda o servicios de respiro», y la activación del vecindario, es decir, «la implicación de la comunidad con las personas mayores, procurando su participación social, su bienestar y su calidad de vida».

Por otro lado, el proyecto 'Viviendas en red', que cuenta con una vivienda piloto en Peralejos de Abajo, está dirigido a las personas vulnerables que, «aun necesitando apoyos, quieren seguir viviendo en un hogar pero no pueden hacerlo», bien porque su vivienda no reúne las condiciones arquitectónicas para permitir el desarrollo de una vida autónoma, bien porque ya no tienen una casa en propiedad en el entorno en el que nacieron o vivieron.

En este sentido, Isabel Blanco explicó que este proyecto también facilita el retorno al pueblo de aquellos que un día emigraron y «ahora desean volver a sus orígenes, y llegar al final de su vida en un hogar, arropados por su entorno». Se trata de una intervención arquitectónica sobre inmuebles construidos y en desuso en el medio rural, con pequeñas rehabilitaciones que garanticen dos premisas: «una eficiente prestación de servicios de proximidad a los mayores para que puedan disfrutar de una vida lo más autónoma posible y su inclusión y la de los profesionales que los apoyan en la vida comunitaria del municipio».

En conclusión, Blanco consideró que ambos proyectos tratan de «atender a las personas mayores y protegerlas, avanzar en el sistema de dependencia 5.0, incorporando todas las tecnologías en estas viviendas para darle un futuro al mundo rural, fijar población y crear empleo». Según sus cifras, se espera que en todos los pueblos de de la comarca que van a participar en estos dos proyectos piloto haya 170 usuarios beneficiados gracias a las 60 viviendas adaptadas, a las que hay que sumar otras diez para los cuidadores. «Esto es apostar por nuestros pueblos y luchar contra la despoblación», concluyó la consejera.

Por su parte, el presidente de la Mancomunidad de Vitigudino, Alfonso Cartilla, quiso agradecer el esfuerzo a la Consejería y reconoció la «amplitud y ambición» del proyecto. «Se trata de desarrollo rural. Con esto creamos empleo, rehabilitamos viviendas municipales, adaptamos viviendas privadas y, en el proceso, también hay otros sectores beneficiados, como las tiendas, los bares o las panaderías del mundo rural», manifestó. Finalmente, el presidente de la Mancomunidad Cabeza de Horno, Arturo de Inés, mostró su alivio por esta iniciativa ya que «en los pueblos hay muchas personas viviendo solas, abandonadas totalmente, así que esto es una cosa extraordinaria», valoró.

'Conciliamos' en Vitigudino

Antes de la presentación de estos dos nuevos programas sociales en Peralejos de Abajo, la consejera de Familia e Igualdad de Oportunidades mantuvo una reunión con la alcaldesa de Vitigudino, Luisa María de Paz, para conocer de primera mano las necesidades del municipio y compartió con la regidora los numerosos recursos y programas que ofrece su departamento en las áreas de protección y atención a los más vulnerables, apoyo a la mujer, a la juventud y a la infancia, entre otros.

Precisamente en lo que respecta a este último campo, la consejera animó a la alcaldesa a solicitar la celebración del programa 'Conciliamos' en su municipio, aprovechando su extensión a cualquier localidad que lo reclame con independencia de la población que tenga. Cabe recordar que este servicio ofrece atención lúdica a niños de entre tres y 12 años en periodos vacacionales mientras sus padres trabajan, facilitando así que puedan compatibilizar sus tareas profesionales con el cuidado de sus hijos.