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Iván San Martín
Juan Manuel Corchado, la cara de la innovación que llega bajo sospecha al sillón de Unamuno
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Juan Manuel Corchado, la cara de la innovación que llega bajo sospecha al sillón de Unamuno

El nuevo rector de la Universidad de Salamanca accede al cargo tras una fulgurante carrera de éxitos en la transferencia de la ciencia a las empresas y en medio de una investigación sobre su producción científica real

Félix Oliva

Salamanca

Viernes, 31 de mayo 2024, 18:59

Un científico con alma de empresario, omnipresente cara de la innovación tecnológica, imprescindible para las instituciones locales y que lo ha conseguido todo a base de moverse. Así se puede definir a quien alcanza el puesto de máximo honor en la ocho veces centenaria Universidad de Salamanca envuelto en las dudas sobre la relevancia real de su brillante currículo investigador.

Desde este 31 de mayo, Juan Manuel Corchado (Salamanca, 1971) es el nuevo rector del estudio salmantino, un puesto que ha perseguido en los últimos años y que culmina un deseo, el de ser rectorable, que anidaba en él desde hace tiempo. La relevancia, su proyección como figura de la investigación y la innovación, es según personas cercanas el motor que le ha movido desde que llegó al Departamento de Informática y Automática de la Universidad de Salamanca.

Ya convertido en profesor doctor, Catedrático en el Área de Ciencias de la Computación e Inteligencia Artificial, fue dos veces decano de la Facultad de Ciencias y perdió unas elecciones con Ricardo Rivero, el rector que se hizo sorpresivamente a un lado en marzo pasado y dejó expedito el camino al que había sido su rival, que se encontró listo y preparado, sin candidato alternativo al que derrrotar. Es rector, eso sí, con la oposición del profesorado: la mitad metió su papeleta en blanco, un voto de castigo.

Sus pasos hay que seguirlos desde su llegada a la dirección del Parque Científico de la Usal, el campus donde la universidad salmantina quería volcar sus proyectos de ciencia e investigación y terminar de salir de su zona de confort en las carreras de humanidades. En aquella foto estaba hace diez años Corchado cuando se firmó el primer gran desembarco de una empresa tecnológica en Salamanca, UST Global, una multinacional que iba a instalarse en el parque para crear hasta 3.000 empleos. Avalado por un político, el expresidente mexicano Vicente Fox, aquello quedó en poca cosa como otros proyectos 'bluff': no hizo sede propia y los contratos no pasan del centenar diez años después.

Corchado dio en el Parque Científico pistas que han caracterizado su carrera. «Él se ha labrado su propio camino», asegura un antiguo cargo de la Usal que alumbra el enfrentamiento de Corchado al sistema tradicional de conocimiento. «Lo ha conseguido todo a base de moverse», insiste. Y se ha movido mucho.

Sin 'padrino' conocido en las entretelas universitarias, empezó creando sus propios máster; si en el departamento un investigador podía traer un convenio al año con una empresa para desarrollar proyectos, él traía tres al trimestre. Su proyección coge impulso cuando el rector Daniel Hernández Ruipérez le nombra vicerrector de investigación, donde empieza a manejar con soltura las relaciones y se ocupa llevar a otro nivel una sus habilidades: la transferencia de lo universitario a lo empresarial.

Llegó a la universidad con la idea de trabajar de cara a empresas externas y fue cuestionado por ello, pero ese ha sido su triunfo. Se le ha achacado con frecuencia haber usado infraestructura de la institución para impulsar sus proyectos y labrarse una gran imagen de marca personal como científico brillante y hombre de innovación. El ejemplo claro es su transatlántico personal, el grupo de investigación Bisite, una «metralleta» de conseguir fondos con proyectos concedidos por más de 40 millones de euros.

Allí mantiene a su núcleo más fiel, una camarilla con la que, dicen los que le conocen, ha sido extraordinariamente generoso a la hora de repartir resultados. Muy activo a la hora de presentar proyectos a todo tipo de convocatorias, ha sido destino recurrente de la cuantiosa financiación pública, estatal y europea, para el desarollo de la innovación. Dicen sus detractores que, muchas veces, él y su equipo lo logran con proyectos que son 'calcos' los unos de los otros. Todo apunta ahora a que, de dentro de esa camarilla, alguien escapó con datos comprometidos.

Ránkings y citas

Su actividad ha contribuído a su relevancia como científico, pero también le está generando problemas. «Siempre le preocuparon los ránkings y que la Usal tuviera mejores posiciones en investigación», aseguran. Estar personalmente bien posicionado ha sido una de sus obsesiones. Citado decenas de miles de veces en documentos científico, presumió de ser uno de los científicos más prestigiosos del mundo. Su actividad, no obstante, está en entredicho justo ahora que llega a rector.

Un sistema para que su núcleo próximo le citara hasta 20 veces en cada estudio que firmaran le pudo catapultar como uno de los científicos más citados del mundo

Publicaciones periodísticas han descubierto miles de documentos de corta extensión llenos de citas a sus trabajos; como él mismo ha explicado, eran trabajos de prueba con sus alumnos y colaboradores pero que sí estaban en repositorios donde se cuantificanba, y que se han borrado cuando ha surgido la polémica. Según el diario 'El País', habría organizado un sistema para que su núcleo próximo le citara hasta 20 veces en cada estudio que firmaran, lo que le pudo catapultar como uno de los científicos más citados del mundo.

Por este motivo, el Ministerio de Ciencia ha solicitado a un comité científico independiente un informe sobre sus «prácticas científicas» en el que se va a investigar el asunto de las presuntas autocitas. Todavía no hay resultado del mismo, pero eso ha enturbiado las últimas semanas antes de su toma de posesión que llega en medio de dudas sobre la relevancia real de su excelso currículo, aunque él ya ha dado explicaciones.

Sus proyectos tienen un fuerte respaldo institucional que apoyan, subvencionan, promocionan o financian

Su posición en Salamanca está poco discutida. Su relación con todas las instituciones locales y regionales es sólida, se ha convertido en un hombre de la innnovación imprescindible en casi todas las salsas cuando la política pone su foco en la ciencia como argumento. Asentado en Bisite, su influencia se ha expandido sin freno, con eventos como Startup Olé, que dirige su hermano Emilio Corchado; o la apertura del Air Institute, una organización privada dedicada a la investigación en el campo de la inteligencia artificial, blockchain y ciberseguridad, del que Corchado es responsable.

Tanto el evento de empresas innovadoras como Bisite o el Air Institute tienen en común el fuerte respaldo de las instituciones, que apoyan, subvencionan, promocionan y financian sus actividades. En el último, ha conseguido la cesión de un edificio municipal en el que se han invertido 700.000 euros. El cargo de rector le obliga a un paréntesis en esta carrera por enlazar unos éxitos con otros y estar «en el candelero» científico y empresarial. En el sillón de Unamuno se enfrenta también a un inicio de mandato convulso, al impacto que las dudas sobre su trayectoria investigadora puedan tener sobre la imagen de la institución y al reto de callar las bocas de quienes piensan que ha buscado más rendimiento personal que institucional. Tiene seis años por delante.

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