El lío de 'los jeques' acaba el idilio político PP y Cs y complica el final del mandato

El de PP y Ciudadanos ha sido un gobierno extraordinariamente bien avenido y sin fisuras, y solo una crisis como la de Peace City World le abre ahora una importante brecha que va a impedir que el buen entendimiento llegue hasta el final. El partido 'naranja' tiene prevista una comparecencia este martes de la teniente de alcalde, futura candidata y cabeza visible de Cs en el ayuntamiento, Ana Suárez; no saldrá sola, le acompañará el recién nombrado secretario de organización en Castilla y León, Manuel Hernández, lo que da al asunto un cariz de partido justo ahora que se acercan elecciones. Pero lo que podía verse afectada de inmediato es la estabilidad del gobierno municipal.

El detonante ha sido el famoso congreso de la 'Dubái de Salamanca', el proyecto «fantasioso» abiertamente criticado por el alcalde, Carlos García Carbayo. La presencia de supuestos representantes de jeques inversores ha traído cola y ha alimentado las dudas sobre el coste del congreso (ya despejadas, 36.000 euros) y su efectividad. Pero lo que ha pricipitado todo fue descubrir que el asesor municipal contratado por concurso que organizaba el congreso carecía de la titulación que había presentado para hacerse con el puesto de 47.000 euros al año.

A partir de ahí, el alcalde decidió romper todo vínculo con cualquier pretensión de traer una inversión que se ha anunciado como potencialmente milmillonaria. Se cesó al asesor, se le reclamarán daños y el sueldo cobrado (llevaba tres años ejerciendo, fue elegido por concurso con el proyecto mejor valorado) y se ha decidido romper el protocolo firmado, uno de los pocos documentos firmes existentes de la relación entre la organiación Peace City World y Salamanca.

Carbayo se desmarcó con contundencia e invitó al concejal Fernando Castaño, adalid de la idea, a hacer lo propio. Lo hizo el edil de Turismo por medio de una declaración por escrito difundida el viernes, pero lo hizo a medias: renegaba del asesor sin título, pero no del congreso, del que es un firme convencido.

Este lunes, según fuentes municipales, decidió disponer del cargo que el propio Castaño puso a su disposición: el concejal presentó su renuncia durante la semana pasada y el alcalde le puso como condición para seguir y no ser cesado una desvinculación expresa y total de los planes de Peace City World que, a su entender, no se ha producido. Por ahora, no tiene previsto manifestarse sobre su decisión.

Un pacto sólido

Esta decisión rompe la concordia que había reinado entre PP y Cs en el Ayuntamiento de Salamanca donde, hasta este lunes, las relaciones habían sido inmejorables. Ambos grupos municipales han trabajado y se han mantenido juntos frente a todo tipo de crisis, desde la ruptura del gobierno de ambas siglas en la Junta al cambio de presidente nacional de ambas formaciones. Una vez tras otra, descartaron tomar caminos separados: Carbayo y Suárez han salido en varias ocasiones, de forma conjunta y por separado, a expresar su unión inquebrantable.

Así se han mantenido no solo frente a los movimientos por los respectivos procesos internos, sino ante la crisis del Covid que obligó a una gestión sin precedentes desde 'cero' en materias como comercio, turismo, servicios sociales (Cs), impuestos, transportes e inversiones (PP).

Final cuesta arriba

Ahora ese idilio político se rompe por un eslabón, el del concejal Castaño, ya despojado de sus atribuciones, según informa Salamanca Hoy. No ha hablado, pero su defensa del proyecto de 'los jeques' es total pese a que se le ha pedido que se desmarque: no lo ha hecho y le ha costado el puesto, no todavía el acta. El pacto con el que ambos partidos han estado gobernando al alimón y sin fisuras durante casi cuatro años pende de un hilo. Lo hace en puertas de unas elecciones para las que quedan semanas y también con una clave política.

Ciudadanos lo tiene muy difícil para volver a ser una fuerza decisiva. Si hace cuatro años tuvo la llave del gobierno municipal, se atisba que cuando pase el 28 de mayo no será así. Hasta que llegue ese día, el alcalde ha fulminado a uno de los apoyos que sustenta el gobierno y eso puede complicar el final de la legislatura.

Castaño era el concejal número 14, el que da la mayoría al bloque de gobierno para aprobar sus propuestas. Tiene presupuestos y ordenanzas fiscales, lo fundamental hasta mayo. Ahora mismo, PP y Cs tienen asegurados los votos de 13 concejales y dependen de lo que haga Castaño, al que se han retirado competencias y concejalía, para conservar el 'sí' que la da la mayoría. Las consecuencias en caso de que cuestione votaciones o abandone la disciplina de su grupo son impredecibles. Al mandato le quedan cuestiones complicadas como el derribo del parque de maquinaria o el contrato del bus urbano para las que podría encontrar complicaciones.