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La calle Álvaro Gil sigue vistiéndose de verde y, días después de reabrir al tráfico, ya se puede ver uno de los detalles de su transformación, los denominados 'jardines verticales'. Esta propuesta llamaba la atención en el proyecto, aunque en realidad se trata de macetas ... que cuelgan de las farolas y que servirán para dar una picelada vegetal a esta calle, que mantendrá su denso tráfico como uno de los pocos accesos abiertos al centro.
La calle volvió a ver circular coches el pasado 12 de septiembre tras prolongar sus obras mucho más allá de lo previsto por el hallazgo de restos de una antigua conducción de agua. Catalogados y fotografiados, se procedió a cubrirlos de nuevo, pero para entonces la obra ya acumulaba un importante retraso. Se abrió al tráfico, pero a falta de completar algunos detalles, entre ellos, el que le va a dar un toque 'verde' que, poco a poco, se va a ir extendiendo por la ciudad.
En el caso de los jardines verticales, es una solución para renaturalizar un poco una calle que va a seguir teniendo mucho tráfico. De hecho, tras su reforma mantiene los dos carriles de circulación, que son sólo un poco más estrechos que antes, y se han ampliado las aceras, pero no hay espacio físico para mucho más
Cómo se quería incluir alguna pincelada de vegetación y no había sitio, se optó por la solución de los jardines verticales, que en realidad son maceteros colgantes. Como se puede ver las imágenes de esta información, están repartidos por todo el trayecto desde la glorieta de la UDS hasta la intersección con el paseo de Carmelitas. Son macetas de color verde que cuelgan de varios postes y de las nuevas farolas instaladas y que cuentan con una conducción de agua para el riego. Los maceteros pesan unos 15 kilos cada uno y tienen capacidad para 73,5 kilos de tierra y sustrato y más de 12 litros de agua.
Según el proyecto, se han adquirido un total de 36 de estas jardineras cuyo compra e instalación está presupuestada en 15.639 euros; a ello hay que sumar 26 columnas de acero por 12.700 euros ya que sólo parte de las macetas cuelgan de las farolas previstas. En total, más de 28.000 euros para el detalle verde de esta calle, una pequeña parte de los más de 826.000 euros presupuestados.
La calle no será la última en renaturalizarse, un proceso que se va a extendiendo por toda la ciudad y en todo tipo de actuaciones. El centro ya cuenta con maceteros colgados de las farolas en varios puntos, también con centros de flores, y pronto se pondrán en marchas las obras del corredor verde que contempla incorporar vegetación en calles como Torres Villarroel.
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