Clientes ante un escaparate de la ciudad. LAYA

La incertidumbre perdura en un comercio salmantino que ha perdido el 30% de establecimientos

El presidente de la asociación Aesco considera «fundamental» la vacunación

r. m. g. / word

Domingo, 14 de marzo 2021, 11:52

Hoy hace un año comenzó el primer estado de alarma por la pandemía de la covid-19, el arranque de unas restricciones que se han prolongando con altibajos durante doce meses. En aquellos primeros días «todo era incertidumbre; era muy difícil saber valorar cuánto tiempo ... y cómo sería esa situación; nadie nos podíamos imaginar en ese momento que esto llegara hasta donde ha llegado», con «los datos, cifras y muertes que se han ido sucediendo». Benjamín Crespo, presidente de Asociación de Empresarios Salmantinos del Comercio (Aesco), no puede hacer más que «un balance completamente negativo en todos los aspectos, tanto económico como sanitario» de este año.

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Pero «el problema ya no es lo que llevamos, si no lo que nos queda», porque «la incertidumbre sigue siendo muy importante; no hay noticias buenas en ningún aspecto, ni sanitario ni comercial ni empresarial», afirma. Sin embargo, hace un llamamiento a la «tranquilidad», porque considera que «con las vacunas se producirá la seguridad necesaria para que se reactive realmente la economía». Crespo confía y considera «fundamental» la vacunación, que «hay que acelerarla con garantías; creo que es la única solución a día de hoy».

El año ha sido duro para el comercio salmantino, «hemos tenido, unas detrás de otras, situaciones muy negativas», y, según calcula Aesco, «aproximadamente se ha cerrado un 30%» de los establecimientos. El textil y el calzado están entre los más afectados, pero «no hay poder adquisitivo, con ERTE y paro, y ya se empieza a notar en alimentación».

La pandemia ha cambiado «mucho los hábitos de consumo» con «una venta online que se ha potenciado», afirma, y destaca la «seguridad de comprar en el comercio de proximidad», que «lo va a tener más difícil» en la venta online «aunque algunos se han adaptado ya». Una venta que «seguirá a más, de ahí la importancia de que el comercio de proximidad se adapte», por lo que «tenemos que ponernos las pilas y entrar en ese mercado, que es abierto, mundial y sin límites», aunque también «tenemos que seguir apostando por la atención personalizada, sobre todo porque es un poco nuestro modo de vida, nos gusta estar en la calle». Además el comercio y la hostelería «se complementan» y «eso no se va a perder, porque lo llevamos en el ADN». Pero para recuperar el consumo, «hace falta una cosa muy importante, garantía y seguridad, y eso te lo da el pequeño comercio», concluye.

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