![Tormenta, en el cubo que se ha convertido en su nido. En detalle, su rescatador, el ganadero Bernardo García.](https://s1.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/202206/22/media/aguila-cubo.jpg)
Secciones
Servicios
Destacamos
Todo comenzó el pasado jueves. El ganadero Bernardo García se dirigía con su tractor a una de sus tierras, cuando se encontró con la rama de un fresno partida en el suelo. «La noche anterior hubo una tormenta muy fuerte, con mucho viento», explica Bernardo, que se quedó mirando al suelo y en ese momento un movimiento extraño le llamó la atención. «Había algo al lado del camino que se movía y me bajé para ver qué era», señala este vecino del pequeño municipio salmantino de Santiago de la Puebla, que pronto se percató de que aquello que se movía en el suelo era un polluelo de águila ratonera.
«Empecé a pensar que qué hacía. ¿Llamo al Seprona?¿Llamo a Medio Ambiente?», se preguntaba el ganadero, que finalmente decidió actuar en lugar de buscar ayuda. «Le vi muy grande y me di cuenta de que le quedaba poco para poder valerse por sí mismo. Entonces, pensé que la mejor manera de salvarle la vida era subirle al árbol y hacerle yo mismo un nido. Así que me puse a la faena», asegura.
¿Y cómo fue esa 'faena' que hizo Bernardo para salvar la vida al polluelo? Lo relata él mismo: «volví a la granja, cogí un cubo, las escaleras y un taladro. Metí la paja del nido dentro del cubo, pero solo la paja porque había hasta mascarillas. Me subí al fresno y en la orquilla más cercana al lugar en el que estaba el nido antes, atornillé el cubo con dos tirafondos y ahí dejé al polluelo», apunta.
Otros sucesos con animales
La 'faena' de Bernardo ha dado un buen resultado y, seis días después de caer del nido, el águila sigue creciendo en su nido-cubo particular. Su madre le alimenta de la misma manera que antes de que el viento derribara su anterior hogar y ahora tiene hasta nombre. «Le he llamado 'Tormenta», explica su rescatador, que, día tras día, se acerca al fresno en el que vive 'Tormenta' para ver su evolución.
«Ya está muy grande. Acabo de pasar hace cinco minutos y es increíble lo que crecen estos animales en seis días», asevera este ganadero de porcino ibérico, que ha salvado la vida a un águila ratonera que pronto se encargará de mantener a raya a los topillos que acechan sus tierras. «Son animales muy beneficiosos y me siento muy orgulloso de haber ayudado para que salga adelante», concluye Bernardo con satisfacción.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.