El rector de la Universidad de Poitiers saluda a Ricardo Rivero en presencia del alcalde Alfonso Fernández Mañueco. LAYA

El Grupo Coimbra quiere crear títulos comunes universitarios para toda Europa

Sus 39 universidades vislumbran el año 2020 como la fecha para el inicio de la tranformación de la educación superior

RICARDO RÁBADE / WORD

SALAMANCA

Viernes, 1 de junio 2018, 11:23

Acometer una sustancial y profunda reforma de la educación superior en Europa mediante la puesta en funcionamiento de títulos comunes impartidos de forma conjunta por las universidades del viejo continente. Éste es el ambicioso desafío que se marca el Grupo Coimbra, red académica que agrupa ... en sus filas a 39 universidades y que se encuentra reunido desde este pasado miércoles en la Hospedería y en el Colegio Arzobispo Fonseca. Este reto fue explicado ayer por el vicerrector de Relaciones Internacionales de la USAL, Efrem Yildiz, quien señaló que desde hace tiempo se viene insistiendo en la idea de realizar «una reforma en la educación superior a nivel europeo», donde el proceso de Bolonia constituyó «un primer paso», pero en el que ahora, «si queremos que Europa sea una realidad tal y como la entendemos, la educación superior tiene que alcanzar planes de estudios que acaben dando un título común a nivel europeo».

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Yildiz argumentó que «la idea de fondo es que el estudiante pueda hacer una movilidad más organizada y eficaz» dentro de las universidades del viejo continente, todo ello mediante la oferta de «títulos comunes», secundando de esta forma la idea que propuso el presidente de la República francesa, François Macron, en noviembre de 2017.

Los rectores quieren generar una movilidad estudiantil«masiva» en el viejo continente

La cumbre del Grupo Coimbra se ha estructurado mediante diferentes grupos de trabajo, que abordan diferentes cuestiones referidas a la docencia y la investigación, ahondado también en aspectos relativos a las Ciencias Sociales y las Humanidades, la investigación, el doctorado, la movilidad y la empleabilidad. Se trata de elaborar un proyecto que permita que «las universidades del futuro sean el modelo para la Europa del siglo XXI». En ese contexto, la USAL se encuentra «en la primera línea», con consorcios como el que forma junto a la Universidad de Poitiers, y a cuya Declaración, que lleva el mismo nombre que la ciudad francesa, se incorporó ayer el Ayuntamiento de Salamanca.

Otro de los aspectos sobre el que se debate en el Colegio Fonseca se refiere a los relevantes y notables cambios que previsiblemente sucederán en el sistema educativo a partir de 2020. Yildiz aseguró que los ministros de Educación de los países de la UE «se han propuesto marcar pautas para introducir cambios e innovar para fortalecer la movilidad del estudiante universitario, de forma que sea mucho más masiva, y para que el sistema sea más inclusivo», todo ello con el fin de que la sociedad esté «más cercana» a la formación académica. En este sentido, estimó que el proceso de Bolonia ha sido un sistema de «transferencia de créditos» que ha generado efectos positivos sobre el proceso de la movilidad. Sin embargo, resulta preciso mejorar otras cuestiones, como es la necesaria movilidad del profesorado, o afrontar el riesgo que corren los docentes universitarios cuando, en s u afán por «abarcar tantas cosas», resulta perjudicada tanto la actividad docente como la práctica investigadora.

Reflexión

«Cada cierto tiempo hay que reflexionar sobre lo que se está haciendo, lo que se hace bien y lo que hay que cambiar», concluyó Yildiz, quien insistió en la idea nuclear de «compaginar un título propio europeo como existe en Estados Unidos, con un sistema educativo homogéneo», a través de conglomerados tan representativos como el Grupo Coimbra, donde se unen «universidades de muchos países con gran tradición, un nivel altísimo y bien situadas en los rankings» que permiten reformar el sistema porque «juntos lo podemos hacer mejor».

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También acompañó en la rueda de prensa que ofreció Efrem Yildiz en el Colegio Arzobispo Fonseca el presidente del Comité Ejecutivo del Grupo Coimbra, Ludovic Thilly, quien agradeció a la Universidad de Salamanca, «una de las universidades más antiguas de Europa y cuyos valores están en el ADN del Grupo Coimbra», haber cedido sus dependencias para acoger una reunión realizada para «discutir y crear nuevas actividades conjuntas para apoyar el sistema y la identidad europea desde nuestras universidades». «Vamos a discutir y hablar sobre actividades de investigación, innovación y educación en las universidades», explicó Thilly, quien señaló que el Grupo Coimbra pretende «añadir valor a las sociedades y los estudiantes integrados en éstas» desde las universidades.

Su reto es conseguir que las universidades sean «el modelo» para la Europa del siglo XXI

El Grupo Coimbra está integrado actualmente por las universidades de Aarhus, Barcelona, Bergen, Bolinia, Brístol, Budapest, Coimbra, Dublín, Durham, Edimburgo, Galway, Génova, Göttingen, Granada, Graz, Groningen, Heidelber, Iasi, Estambul, Jena y Colonia. Integran también sus filas las universidades de Cracovia, Leiden, Lovaina, Leuven, Montpellier, Padova, Pavia, Poitiers, Praga, San Petesburgo, Salamanca, Siena, Ratu, Turku, Uppsala, Vilnius, Würzburg y Abo.

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El encuentro finalizará este mediodía con la presentación de las conclusiones a los medios de comunicación, rueda de prensa que contará con la participación del rector Ricardo Rivero. También se acordó que la próxima conferencia anual del Grupo Coimbra se desarrolle en la Universidad de Cracovia (Polonia) en el año 2019.

Adhesión

Además de las deliberaciones académicas en la Hospedería Fonseca, la cumbre del Grupo Coimbra se acompañó con la implicación activa del Ayuntamiento. La ciudad de Salamanca se unió así a la Declaración de Poitiers como forma de «•reafirmar su compromiso» con la Universidad de Salamanca y para reconocer el papel que tiene en el desarrollo de la ciudad», así como el de ésta en «el avance de la institución académica».

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Todo ello obedece a que Salamanca «no se pueda comprender sin su universidad ni ésta sin la ciudad», según enfatizó el alcalde Alfonso Fernández Mañueco durante el acto de adhesión de Salamanca a la Declaración de Poitiers celebrado en el Consistorio. Se trata de un documento que tiene su fundamento en el convencimiento de que las universidades desempeñan un papel central en el desarrollo de las ciudades en las que se asientan y que éstas representan un marco crucial y catalizador fundamental para el avance de las instituciones de educación superior.

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