Una fugaz hora para visitar a los difuntos
Primero de noviembre. ·
La reducción de horarios y de aforos en los cementerios salmantinos por la restricciones de la pandemia ocasionó el Día de Todos los Santos más desolador de los últimos tiemposPrimero de noviembre. ·
La reducción de horarios y de aforos en los cementerios salmantinos por la restricciones de la pandemia ocasionó el Día de Todos los Santos más desolador de los últimos tiemposLos deliciosos churros y los humeantes y reconfortantes chocolates calientes no se podían degustar ayer en las puertas del cementerio de San Carlos Borromeo, reduciendo a añicos una vieja tradición y una estampa imprescindible todos los años en cada Primero de Noviembre en el acceso ... al camposanto con mayor número de tumbas, sepulturas y nichos de la capital salmantina.
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En vez de los siempre concurridos puestos de churros, chocolate caliente y roscas, la Policía Local habilitó un ordenado dispositivo de entrada y salida al cementerio mediante la colocación de una sucesión de vallas. Las restricciones derivadas por el imparable avance de la mortífera y letal pandemia de la temible covid-19 obligaron a reducir de forma drástica la visita de los ciudadanos al cementerio para rezar delante de las sepulturas de sus seres queridos. Un cartel recordaba a los visitantes que el aforo dela necrópolis de San Carlos Borromeo se reducía este año a un máximo de 2.300 personas.Además, el Ayuntamiento estableció que la visita a cada panteón, mausoleo o nicho no sobrepasara en ningún caso la hora de duración, fijándose también un máximo tres personas por cada sepultura.
El horario de apertura también fue más reducido ayer en comparación con las celebraciones de Todos los Santos de pasados, dado que el recinto católico abrió sus puertas a las nueve de la mañana y éstas se cerraron a las 18:30 horas.Por supuesto, el uso de la mascarilla fue obligatorio y los ciudadanos pudieron desinfectarse las manos con el gel hidroalcohólico colocado en la entrada del camposanto. Además, el Consistorio incidió especialmente en la importancia de que se mantuviera la distancia de seguridad, es decir, un metro y medio entre cada dos personas.
El rosario de normas de obligado cumplimiento para los visitantes, que se podía leer en el cartel del Ayuntamiento, indicaba que se debía evitar en todo momento el contacto físico con otras personas, no pudiendo permanecer dentro de los panteones personas que no sean convivientes.
Otra de las restricciones que impuso la pandemia en este Primero de Noviembre fue la suspensión de todas las celebraciones religiosas que se oficiaban todos los años en la capilla del cementerio. Además, se recordó a los visitantes que deberían abandonar de forma inmediata el recinto todas aquellas personas que pudieran presentar algún síntoma propio del coronavirus, como fiebre, tos, sensación de falta de aire, cansancio, malestar, dolor de garganta, dolor de cabeza, pérdida de olfato y gusto.
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Todo este abanico de restricciones ocasionaron que los cementerios tanto de la capital como del resto de la provincia vivieran el Día de Todos los Santos más desolado de toda su reciente historia por culpa de la reducción de horarios y el alarmante azote otoñal de la pandemia.
De esta forma, el silencio sepulcral se entremezcló con solitarias visitas de los familiares de las personas que reposan en los camposantos y que partieron hacia el Más Allá. Este año, además, hubo momentos de especial recuerdo por parte de los familiares que tienen enterrados a seres queridos en los diferentes cementerios salmantinos y que perecieron por culpa del coronavirus meses atrás.
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La escasa afluencia de salmantinos a los cementerios durante la jornada dominical de ayer también obedeció a que durante los días previos se fomentó, por parte de las autoridades municipales, la visita a los cementerios de una forma gradual con el fin de que los ciudadanos depositaran ramos de flores en las tumbas de sus fallecidos, evitándose así cualquier tipo de posibles aglomeraciones.
Otro factor a tener en cuenta es el confinamiento perimetral al que se encuentran sometidas todas las provincias de la Junta de Castilla y León desde el pasado viernes, lo que impidió el desplazamiento aSalamanca de muchas personas que residen en otras regiones y que acostumbraban a venir todos los años aprovechando el puente de Todos los Santos para cumplir con el ritual de visitar las tumbas de sus muertos.
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Por su parte, el Ayuntamiento habilitó un dispositivo especial para regular los accesos a los cementerios.Además, el Consistorio salmantino puso en funcionamiento una línea especial de autobuses al cementerio de San Carlos Borromeo, con salida del Alto del Rollo y parada final ubicada en las inmediaciones de la plaza de Ramiro II (frente al tanatorio). Además, se incrementaron los servicios de la línea 4, cuya frecuencia de paso será de 12 minutos.
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