Excelente imagen de Raquel Martín y Roberto Jarocho en la novillada de Ledesma

El primero, un novillete que es toreable por ambos pitones y Fabio Jiménez le acompaña la embestida, ejecutando una faena no de mucha emoción pero ajustada; falla con la espada y escapa la posibilidad de conseguir algún trofeo.

Manuel Tabernero tiene un oponente de otras hechuras, está animoso y trenza una faena de pinceladas de buen torero, de manera especial con la muleta; al igual que su compañero sufre una voltereta y el mal uso de los aceros queda en aplausos para el torero y vuelta al ruedo al novillo.

Se le esperaba a Raquel Martín y a su compañero Roberto Jarocho por sus recientes actuaciones, dos estilos distintos pero que llegan rápidamente al público.

Raquel Martín es el empaque personalizado, sus manos bajas y la forma de llevarse al novillo a la cadera contraria entusiasman al respetable. Se gustó en el inicio de la faena con el capote, siguió con ayudados aprovechando el toro, y aunque alguna vez calamocheaba, fue una propuesta creativa de interesante trazo. En la espada le faltó la finura que tuvo anteriormente y, aún así, con una petición mayoritaria se le concedió una oreja.

Robertito Jarocho tuvo un ejemplar que sin ser malo, no tuvo las virtudes de los demás. Pero daba igual, vino a triunfar y con decisión e inteligencia brilló en todos los tercios. En los quites con el capote, en las banderillas y hecho un jabato y pasándose muy cerca al que le tocó en suerte, hizo vibrar al tendido. Mató al segundo intento y se le concedió una sola oreja que a más de uno le hubiese gustado que fuesen dos por el mérito de la faena.

En fin, una tarde entretenida en Ledesma con apuesta en esta ocasión de complementar dos estilos diferentes pero que conectan rápidamente con el tendido, y eso, hace que haya una nueva mirada en sus futuros compromisos.