Por fin, estreno del Hospital, 'movida' en el PP y Rivero sigue de rector

Uno de los más destacados, más que nada por los años que ha tenido que esperar Salamanca para poder contar con él, ha sido la puesta en marcha definitiva del nuevo Complejo Asistencial Universitario tras un largo proceso no exento de problemas.

El traslado al nuevo Hospital Universitario de Salamanca culminó «con éxito», el 22 de octubre, abarcando la movilización de pacientes, profesionales, equipos de alta tecnología y otros elementos desde los hospitales Virgen de la Vega y Clínico a las nuevas instalaciones, gracias a un plan marcado en toda su planificación y desarrollo por la pandemia de la covid-19.

El Hospital Virgen de la Vega fue el primero en comenzar su secuencia el 10 de septiembre con la movilización de diez unidades y servicios, con un total de 59 pacientes, mediante el uso de soporte vital básico o avanzado, así como el de todos los recursos materiales adscritos a esas unidades. A este número de pacientes se deben sumar once más de la Unidad de Cuidados Intensivos, hasta un total de 70. El traslado del Hospital Clínico Universitario se realizó a partir del día 21. Para la movilización de las unidades de hospitalización con presencia en este inmueble, se hizo uso de una pasarela de comunicación. El número de pacientes hospitalizados trasladados fue de 242, incluyendo nueve pacientes afectados por covid-19, a los que se añaden otros nueve procedentes de la Unidad Coronaria, 13 de la Unidad de Cuidados Intensivos, tres de ellos COVID y seis de la Unidad de Reanimación. Todo ello suma 270 pacientes procedentes de este centro.

Previamente se habían ido poniendo en marcha otras unidades de atención a pacientes y de otros servicios médicos que facilitaron el tránsito a las nuevas instalaciones, incluidas las urgencias.

Sin embargo, aún queda pendiente la construcción el edificio de consultas que se levantará donde ahora se ubica el antiguo Clínico, donde aún se siguen prestando algunos servicios y hay muchos sanitarios trabajando.

Ahora habrá que esperara ver cómo avanza la nueva instalación y si los problemas y deficiencias denuncias por los sindicatos, tanto en relación a los trabajadores como de lo usuarios, acaban de subsanarse.

Antes de abordar los aspectos políticos de este resumen anual, había que abordar las elecciones celebradas en la Universidad de Salamanca el pasado 30 de noviembre, que se saldaron con una clara victoria para el rector en funciones, y que por tanto repetirá una nuevo mandato de cuatro años, Ricardo Rivero.

La USAL ha sido una de las instituciones que ha vivido de una manera más directa las vicisitudes de la covid, y como era de esperar también las elecciones al rectorado estuvieron influencias por la forma en que se gestión esa complicada situación en las aulas.

Al final Ricardo Rivero Ortega seguirá cuatro años más al frente de la Universidad de Salamanca tras imponerse en los comicios al catedrático de Historia Contemporánea Mariano Esteban de Vega. El 59 por ciento de los votos ponderados fueron Rivero mientras que su rival se quedó en un 40,91% de los votos ponderados. La participación en su conjunto ha sido del 16,75 por ciento, con los centros de la escuela de pilotos Adventia y de la Escuela Universitaria de Enfermería de Ávila como los dos con mayor participación. Por sectores, el 88 por ciento de los profesores doctores con vinculación permanente acudieron a votar en el sufragio, seguidos en un 70 por ciento por el personal de administración y servicios, y un 69 por ciento del resto de profesorado; en cuanto a estudiantes de máster y grado, fueron los dos sectores con menor asistencia a las urnas, con un 16,75 por ciento.

El cierre del año trajo consigo un verdadero terremoto político al anunciar el día 21 de diciembre el presidente de la Junta, el salmantino Alfonso Fernández, su decisión de adelantar las elecciones autonómicas, al sospechar que Ciudadanos y PSOE iban a presentar una moción sacarle de la presidencia.

Inmediatamente, todas las miradas se giraron hacia las instituciones de la comunidad gobernadas como la Junta, por Cs y PP mediante un pacto. Y entre ellas, claro, el Ayuntamiento de Salamanca. Pero las dudas se despejaron rápidamente, ya que el alcalde, Carlos García Carbayo (PP) y la primera teniente de alcalde, Ana Suárez (Cs) reforzaron sus lazos en el Gobierno de coalición, con una frase lanzada por el alcalde en presencia de Ana Suárez, «esto es una roca».

«Aquí estamos. Yo creo que en la fantástica y magnífica armonía que hemos mantenido incluso en la circunstancias más difíciles», señaló el regidor al ser preguntado por el futuro del pacto entre las dos formaciones, tras la sonada ruptura a nivel autonómico.

Entre las razones por las que Mañueco podría haber adelantado las elecciones, la oposición al Gobierno regional esgrimía el difícil panorama judicial que se le presenta al PP tras la imputación del presidente del partido en Salamanca, Javier Iglesias, en el proceso judicial por la supuesta financiación ilegal del partido en las primarias que auparon precisamente a Mañueco a la presidencia regional del partido.

Y todo ello después de que el titular del Juzgado de Instrucción número 2 de Salamanca acordase llamar a declarar en calidad de investigado al PP de Salamanca y al presidente y gerente de la formación, Javier Iglesias, e Isabel Sánchez González, respectivamente, por considerar que existen indicios racionales de un presunto delito de financiación irregular en sus actuaciones durante el proceso de primarias de los 'populares'.

Y sin salir del apartado político, había que destacar dos sonadas dimisiones, una en el Ayuntamiento de Salamanca y otra en el de Béjar, aunque por cuestiones muy diferentes.

El 18 de mayo, el concejal de Fomento, Patrimonio y Juventud del Ayuntamiento de Salamanca, Daniel Llanos, comunicó su decisión de dimitir de su cargo en el Consistorio salmantino, así como de abandonar su puesto como secretario general de Nuevas Generaciones en Castilla y León, por «ejemplaridad, integridad y honradez personal».

En una rueda de prensa celebrada en el Consistorio salmantino, y donde Llanos estuvo acompañado por el alcalde de la ciudad, Carlos García Carbayo, y varios concejales del equipo de gobierno en representación de este, Llanos comunicó que presentó su dimisión como edil del Ayuntamiento y como portavoz adjunto del Grupo Popular en el Consistorio salmantino tras el positivo en alcoholemia registrado en un control días antes.

Y la otra, también sonada y resuelta al final con un cambio de cromos en la Alcaldía entre dos personas del mismo partido, el PSOE. Así, Elena Martín, presentó su dimisión tras haber protagonizado un incidente con la Policía Local. Según explicó en un escueto comunicado remitido esperaba que su decisión sirviese para «normalizar la situación política de la ciudad». Y es que las aguas bajaban revueltas en Béjar desde que Martín interviniera en una actuación policial para desalojar a unos jóvenes de madrugada y, según uno de los informes practicados por los agentes, desautorizara su decisión de levantar actas de sanción a algunos de ellos.

Finalmente, la concejal de Ciudadanos y los de Aportas Béjar, decidieron apoyar al nuevo candidato del PSOE, Antonio Cámara, qque fue investido alcalde pese a que el PP y Alejo Riñones, con mayoría en el Ayuntamiento esperaban haber logrado algún apoyo que les permitiese gobernar